domingo, 13 de octubre de 2019

Jóvenes intelectuales católicos.

                             ¿Existen los jóvenes intelectuales católicos?, si me preguntan a mí, no los conozco ni los he visto, pero si tuviera que opinar sobre esa pregunta preferiría encontrar jóvenes santos más que jóvenes intelectuales. La santidad es una aspiración que todo católico debe aspirar independiente a la edad e independiente a las clases sociales a las cuales uno puede pertenecer.
                               Muchas veces se confunde a ciertos grupos de estudio de jóvenes que disciernen acerca de la doctrina, con signos o señales de santidad, por estudiar esa determinada doctrina, lo cual es muy diferente. Evidentemente, todo católico debe estudiar la fe, es su deber conocer lo mejor que se pueda toda la verdad que viene de Dios. Pero ese conocimiento no debe ser un fin en sí mismo, más bien, debe ser un medio para alcanzar las perfecciones cristianas para poder llegar finalmente al cielo.
                               Existe una diferencia sustancial entre un intelectual y un intelectualoide, comenzaremos describiendo primero al intelectual, para luego describir al intelectualoide. Un intelectual, como su nombre lo indica, hace uso de su intelecto para conocer todo el mundo que lo rodea, para ello utiliza dos cualidades propias del ser humano, a saber; la capacidad de análisis y de reflexión. El intelectual analiza toda la información que posee e investiga acerca de la realidad que lo rodea y la realidad que recibe por gracia como es la fe. Un intelectual piensa, reflexiona, degusta y digiera esa verdad confrontándola siempre con la realidad. Un intelectual reflexiona una y otra vez sobre una misma verdad encontrándo siempre por los frutos de reflexión nuevas verdades que se develan cuando el ser humano es capaz de desentrañar desde lo más profundo del ser sus misterios.
                                Los intelectuales son siempre capaces de pensar por sí mismos, ellos elaboran sus propias líneas de pensamiento, establecen ciertas normas y directrices para llegar al conocimiento de la verdad. Esta clase de hombres es muy escasa y difícil de ser encontrada en cada pueblo y nación.
                                Los intelectualoides, ese grupo de personas se da por lo general en gente más jóven que vieja, sin perjuicio que existan viejos que cumplan ciertas notas distintivas de esta clase de personas. Por lo general los intelectualoides tienen un apetito voraz por la lectura, son lectores empedernidos, además les gusta ufanarse enfrente sus pares, es decir, frente a otros intelectualoides, los cuales por lo general se esfuerzan por poseer un saber enciclopédico repitiendo como el loro, citas y citas de una gama cuantitativa de autores conocidos y desconocidos para el resto de sus pares. Mientras más citas se repiten de esos autores, más aparecen como validados antes sus pares como gente inteligente y preparada.
                              Los libros, los intelectuales permanecen siempre rodeados de libros, caminan, descansan, hacen tertulia siempre con un libro en la mano. Esa señal muy característica de los intelectualoides hace que el resto de las personas los confundan con los verdaderos intelectuales. Tipicos casos de intelectualoides ateos son sus permanentes citas de Nietzsche y Sartre. En los católicos aparecen sus continuas referencias a Santo Tomás de Aquino.
                           Lo peor que uno puede hacerle a un intelectualoide es sacarlo de su cómo contexto, es decir, de la cita. La reflexión aterra al intelectualoide, lo saca de su pedestal de roca y lo lleva a un terreno pantanoso para él. Cuando un intelectualoide se enfrenta con un intelectual tiende siempre a descalificar al último, pues lo trata de confrontar con las citas de sus autores preferidos.
                         
                         

¿ En qué etapa de las profecías nos encontramos?.

                             Nos encontramos en un momento apocalíptico sin precedentes en la historia de la humanidad, en el momento del reinado del Anticristo como cuerpo social. Una vez completado el proceso de secularización y ateísmo dentro de todas las instituciones, desde los estados, la Iglesia,la educación, los alimentos, hasta la legar a la casi completa destrucción de las familia tal cual las conocemos. La bestia se extenderá como un enjambre de abejas por todos los medios de comunicación hasta alcanzar la total manipulación de las masas, una vez logrado su objetivo preparará toda su estructura para encarnar en un sólo hombre ( el Anticristo) la concentración de todo el poder mundial.
                          Ese hombre bestial unirá como un emperador mundial lo que ningún hombre en toda la historia de la humanidad pudo unir; el poder político, el poder económico, el poder militar, hasta terminar finalmente en el poder religioso. Algo impensado hasta la fecha, ninguna civilización anterior tuvo como máxima cabeza de su poder a alguien que unificara en todo el orbe tan macabro poder. Su gobierno por providencia divina será transitorio, durará tres años y medio, tiempo suficiente para llevar al mundo hacia una gran conflagración y destrucción de millares de almas, tiempo además suficiente como para purificar al resto de los elegidos, aquellos que guardaron la fe sin doblar sus sienes y sus rodillas ante la Bestia(666), hombres que amarán la verdad pese a que todo el mundo a su alrededor negará todo lo que tiene que ver con lo sagrado y divino.
                          Como todo buen estratega, este hombre bestial- sin alma- procurará conquistar a las masas por medio de los alimentos y del poder militar. Hablará de la paz, pero como toda criatura tenebrosa su paz será falsa, porque estará disponiendo a todas sus fuerzas para una gran guerra, la guerra de los continentes, que alcanzará al orbe completo, guerra que será muy rápida pero a su vez muy desastroza, que sólo la intervención divina podrá reparar creando un cielo nuevo y una tierra nueva.
                       Las personas de esta época anticristiana serán personas extremadamente egoístas y sin amor, incluso la caridad de los fieles ( los que guarden la fe católica), será enfriada a grados tan extremos que no se diferenciarán del resto pagano. Los demonios atacarán por medio de los sueños hasta los más creyentes a fin de que pierdan la fe, las pobres almas de los inocentes ( los niños ) será corrompida con obsenidades y imágenes diabólicas nunca antes vistas. Juntamente con esto, la tecnología alcanzará sus máximos logros, aparecerán grandes prestidigitadores por los cuatro puntos cardinales de la tierra, falsos milagros y falsos descubrimientos pretenderán cegar hasta las inteligencias más dotadas. Todo parecerá que está perdido, el desánimo cundirá a tal grado entre los fieles, que su permanencia en la fe permanecerá cuestionada.
                         Una parte del pueblo de Israel, una pequeñísima parte en ésta época del Anticristo, decepcionada e sus líderes se convertirá a la verdadera fe, ellos reconocerán a Cristo como el Mesías, tal vez con la ayuda de Enoc y Elías, dos figuras bíblicas que están reservadas para combatir al Anticristo hasta destruirlo.  Aquellos profetas portadores de la verdad de Dios serán muertos por el Anticristo y resucitarán para asombro de muchos por el poder de Dios, mientras estas cosas ocurran, los pocos que guarden la fe deberán permanecer como almas orantes esperando la Segunda Venida de Cristo como Juez universal de vivos y muertos.
                      El sacrificio será públicamente prohibido de toda la faz de la tierra, los antiguos lugares de culto católico serán transformados en lugares de culto ecuménico donde lo abominable se hará adorar tal cual lo relata Daniel 7, cuando habla de la abominación de la desolación en el templo. A su vez el resto de las religiones, en especial, las que tengan raíces cristianas serán igualmente perseguidas, no debe quedar nada que hable de Cristo,
                      El que tenga oídos para oír que escuche, es decir, que entienda los acontecimientos apocalípticos, para ello habrá que estudiar el comportamiento del actual Sanedrin y lo que vaya ocurriendo dentro de la Iglesia Católica.
                       Estamos ad portas de la reconstrucción del templo de Jerusalen, es cosa de un tiempo breve para que ello ocurra, de hecho los rabinos del mundo ya están hablando de la venida de su Mesías, el cual deberá habitar a interior del templo, gobernando desde allí a todo el mundo. Ese Mesias no será otro que el Anticristo, el cual se hará adorar como si fuera Dios. Aparecerán señales en el cielo y eventos climáticos extremos ( cambio climático), terremotos y guerras y rumores de guerra, una lenta agonía que atravesará toda la humanidad.
                        El libro Pusillus Grex de la autora chilena Paula Aguirre relata magistralmente todos estas descripciones anteriores, con más lujos y detalles, alertando a toda la humanidad acerca de todos los peligros que les tocará enfrentar en los tiempos presentes. Vale la pena leer el libro, detenerse en los detalles y acontecimientos que les toca vivir a los personajes para poder ser fieles a Cristo. La fuerza de Dios guía en dicho libro a quiénes optan por ser fieles a su creador, por lo que recibirán, la corona de los elegidos del cielo. Leen el libro y podrán conocer mejor los detalles.