viernes, 29 de junio de 2012

Café con leche

            Que agradable es sentarse junto a un amigo o amiga, y ponerse a conversar de temas comunes. Siempre es gratificante encontrarse con algún conocido de la infancia y ponerse a hablar de las anécdotas de la niñez. "Te acuerdas pelado cuando hacías tal o cual cuestión, sin que los otros no se dieran cuenta". Naturalmente el pelado sonríe al escuchar la anécdota de su infancia. Tal vez la infancia no fue tan feliz del modo como se tiene recuerdo, pero lo gratificante es escuchar al otro delietándose del recuerdo de ambos.
        Lamentablemente en este siglo XXI esas conversaciones de café son cada día más escasas. Ya casi nadie se sienta sólo a conversar y recordar temas en común. Ya casi nadie se detiene a dialogar acerca de la belleza del arte, de la música o simplemente a hablar de los paisajes hermosos que le ha tocado conocer durante su vida.
     La gente de nuestro siglo vive cada día más aislada entre las cuatro paredes de su departamento y entre las cuatro paredes de su oficia, para luego terminar entre las cuatro paredes de la casa alrededor de su computador. ¿ Por qué vivimos así? La respuesta es simple: somos hijos de una sociedad convulsionada y llena de exigencias. Nuestra sociedad es tremendamente dinámica, todo debe hacerse deprisa. Nuestro trabajo, nuestras necesidades económicas y nuestras aspiraciones profesionales nos impiden detenernos. En vez de cultivar buenas amistades, cosechamos muchos conocidos. Conocemos a mucha gente, ¿ Pero cuánto de ellos son nuestros amigos?  Está claro: ¿Cómo podremos tener amigos si nunca nos detenemos a escuchar y conversar con el otro? La época de los amigos pasó hace muchísimo tiempo. Lo que ahora reina es la " amistad ligh". Conocidos express.
    ¿ Hacia dónde nos lleva el tren? Si uno se pone a pensar seriamente hacia donde vamos con este tipo de vida moderna, terminamos dándonos cuenta que no vamos hacia ninguna parte. Triste vida es la nuestra. Vivimos rodeados de gente, pero a ninguno que nos rodea lo conocemos verdaderamente. No los conocemos y no nos conocen. Somos unos perfectos desconocidos con nuestros pares. Si pudieramos lograr hacer un dibujo de nuestra sociedad, tendríamos que ser dibujados con la boca amarrada, en medio de un gran gentío rodeado de edificios.
    ¿ Quién nos obliga a vivir así? Si nosotros no queremos vivir de esa manera entonces, ¿Por qué lo hacemos?. Ya al hacernos esta pregunta, nuestro cuerpo queda totalmente paralizado. No logramos entender por qué somos así. ¿ Será que somos ratones de laboratorio manipulados por otros? No cabe duda, nos manipulan. Nos llenan de mensajes publicitarios subliminales orientando nuestros pensamientos hacia lo que "ellos" nos quieren llevar. Nos manipulan a través de las políticas públicas de la educación. Nos manipulan en todo.
     ¿ Pero quiénes nos manipulan?, ¿ Quiénes son ellos?, ¿ Qué persiguen con nosotros?.  Partamos nuestra reflexión diciendo que nosotros el ciudadano común y corriente, no aporta ni en ideas ni en directrices para que nuestra sociedad funcione. Me dirán que soy un blasfemo, que estoy rotundamente equivocado. Me dirán que al votar en un país democrático ya estoy aportando con ideas y reflexiones. Amigos, pongánse una mano en el corazón, ustedes creen que eso es así.
     Nadie me consultó jamás que candidato proponía para ser presidente; nadie me preguntó jamás a quién eligiría para ser senador; nadie me preguntó jamás mi posición acerca de cómo se debe organizar la sociedad y cuáles son los principios que deben gobernarla. En resumidas cuentas, nunca le importó a nadie qué piensan los ciudadanos comunes y corrientes como nosotros. Y sin embargo, hay elecciones, existen candidatos y se promulgan leyes todos los días en nuestros congresos.
  Si no somos nosotros, ¿ Quiénes son los que gobiernan?. Me dirán que son las autoridades democráticamente elegidas, ¿ pero quién eligió a esas autoridades para que fueran electas?. Respuesta: fueron todos aquellos que votaron por ellos. Pero los que votaron nunca designaron a esos candidatos, ni menos redactaron documentos para hacer tal o cual ley.
     Los que gobiernan son pequeños grupos de poder. Son ellos los que a través de sus camarillas nombran a los candidatos. Son ellos los que influencian para que se apruebe tal o cual ley. Generalmente estos grupos fácticos están compuestos por personas pertenecientes al judaísmo y a la masonería. Nadie puede ascender al poder si ellos no lo aprueban. Todas las finanzas del mundo están controladas por estas personas.
    El oro, como respaldo de las monedas de los países fue inventado por los judíos. De hecho, el oro nunca baja, siempre va en alza. El precio del oro se fija en Londres según los criterios de un grupo que lo controla.  El oro como metal, no tiene un valor útil. Más valor tiene el cobre o el hierro.
   ¿ Cómo podremos salir de la manipulación mundial que nos gobierna?. No es fácil salir, pero se puede. Lo mejor que podemos hacer para no seguir siendo manipulados es cultivar el espíritu con la doctrina inmutable de la Iglesia y la filosofía escolástica. El estudio de la verdad nos blinda del error de lo mundano. Saber para donde va el tren es acorazar al alma para prepararla en contra de una vorágine de ideas y principios naturalistas opuestos a la verdad.
  Podrán estos señores controlar las finanzas, pero nunca podrán controlar nuestro interior. Ese sello sólo lo conoce Dios. Podrán invadirnos con publicidad alienante, pero nosotros navegaremos siempre en contra de los mentirosos del mundo. Sabemos que nos controlan a través de un relativismo y una pirotécnica tecnológica. Nos hipnotizan con el consumo de bienes y líneas de crédito, pero nosotros seremos libres para renunciar a esto y buscar conocer la verdad a través de los buenos libros.
  El mejor negocio que podemos hacer es tratar de salvar nuestra alma. Salvar el alma debiera ser nuestra prioridad en la vida. Hay que aprender a decir que no. No a la droga. No al erotismo insano. No al aborto. No a la homosexualidad.  No al mercantilismo barato. No al relativismo. No al anarquismo. No a aquellos que quieren hacer de nosotros sus títeres del momento.
  Sí a Dios. Sí a la familia. Sí al verdadero amor. Sí a la caridad. Sí a la patria. Sí al trabajo honesto. Sí al sacrificio de la vida. Sí a la ley de Dios. Si a la verdad. Sí a la verdadera amistad. En nosotros está cortar la cadena o alargarla. Dependiendo de nuestra respuesta frente a la vida y a Dios, el mal se irá incrementando o disminuyendo.
    Finalmente, se pueden decir tantas cosas en medio de dos tazas de café. Basta sentarse, preparararse el café y a arreglar el mundo. No desperdiciemos nuestra vida en cosas banas, sin un valor trascendente. No nos olvidemos que nuestras buenas acciones tienen eco en la eternidad. Trabajemos para los bienes eternos. Nunca dejemos de pensar el bien y evitar el mal. Para reflexionar es necesario detenerse a hacerlo. Los pequeños cambios son los que permiten orientar al mundo en otra dirección. Aunque seamos insignificantes en el mundo, sin embargo igualmente dejamos una huella. Dejemos entonces nuestra mejor huella.
  
 

lunes, 25 de junio de 2012

Interesante reflexión



 Bill Cosby, - brillante comediante, un hombre sin escuela pero educado  y autodidacta, quizás más lúcido que muchos. Esto debería ser de lectura obligatoria para cada hombre, mujer y niño en Jamaica, el Reino Unido, Estados Unidos de América, Canadá, Australia, Nueva Zelanda y
todo el mundo ...
"Tengo 76 y estoy cansado"
Tengo 76. Excepto por un breve período
en los años 50, cuando yo estaba haciendo mi Servicio Nacional,  he trabajado duro desde que tenía 17.
A excepción de algunos graves problemas de salud, yo pongo en las últimas semanas de 50 horas,  y no llamé a nadie para decir que
estaba enfermo en casi 40 años. Hice un salario razonable,  pero no heredé mi trabajo o mis ingresos,  y he trabajado para llegar a donde estoy.
Teniendo en cuenta la economía,
parece que la jubilación no fue mala idea, y estoy cansado. Muy cansado.

Estoy cansado de que me digan que tengo que "repartir la riqueza"
a las personas que no tienen mi ética de trabajo.
Estoy cansado de escuchar
que el gobierno tomará el dinero que ganaba, por la fuerza si es necesario,
y dárselo a la gente demasiado perezosa para ganarlo.

Estoy cansado de que me digan que el Islam es una "religión de paz",
cuando todos los días puedo leer decenas de historias  de hombres musulmanes que matan a sus hermanas,  esposas e hijas por el "honor" de la familia;  de disturbios musulmanes por algunas leves ofensas;  de asesinatos por musulmanes a cristianos y judíos, porque no son "creyentes";
de musulmanes quemando las escuelas
para niñas, de musulmanes lapidando a pedradas a adolescentes  víctimas de
violación, de muertes por "adulterio",
de musulmanes mutilando los genitales
de las niñas, - todo en nombre de Alá, porque el Corán y la Sharia se los indica.
Estoy cansado de que me digan de "la tolerancia hacia otras culturas"
que debemos dejar que Arabia Saudita
y otros países árabes utilicen nuestro dinero del petróleo para financiar las mezquitas y escuelas islámicas
para predicar el odio en Australia, Nueva Zelanda, Reino Unido, Estados Unidos y Canadá, mientras que a nadie en esos países se le permite fundar una escuela en la sinagoga o iglesia religiosa en Arabia Saudita o cualquier otro país árabe para enseñar el amor y la tolerancia ..
Estoy cansado de que me digan
que debo bajar mi nivel de vida para luchar contra el calentamiento mundial,
a pesar que a nadie se le permitió debatir.
Estoy cansado de que me digan
que los adictos a las drogas tienen una enfermedad, y que yo debo ayudar a
apoyarlos y tratarlos, pagar por el daño que hacen. ¿Fue esto causado por un germen gigante que salio corriendo de un callejón oscuro, y los agarró, y les hizo meter ese polvo blanco  dentro de sus narices o introducirse una aguja en su brazo, mientras trataban de combatir al germen?
Estoy cansado de escuchar
ricos deportistas, artistas y políticos de todas partes hablando de errores inocentes, errores estúpidos o errores
juveniles, cuando todos sabemos
que piensan que su único error fue ser atrapado.
Estoy realmente cansado que la gente
  no tome responsabilidad por sus vidas y sus acciones.
También estoy cansado y harto de ver
a los hombres y mujeres jóvenes en
la adolescencia y a principios de los 20 llenarse ellos mismos  de tatuajes en la cara y rellenarse de hierros,
con lo que ellos mismos logran quedarse sin un empleo  y así tener que reclamarle
dinero al Gobierno.
Sí, estoy malditamente cansado.
Pero, también estoy contento de tener 76,
  Porque, mayormente, no voy a tener que ver el mundo que estas personas están haciendo.
Lamento por mi nieta y sus hijos.
Gracias a Dios que estoy en el camino de salida y no en el camino entrada.

domingo, 24 de junio de 2012

¿Qué significa ser fariseo?

Los fariseos eran un grupo o facción del pueblo judío que aceptaban como verdadera- aparte de la torah- la tradición oral judía. Se diferenciaban de los saduceos por esto. Los fariseos no constutuían el poder político dentro de la religión judía, ya que ese papel lo ocupaban los saduceos.




    Sin el rol de los fariseos dentro de la religión hebráica, Cristo Nuestro Señor no hubiera sido crucificado. De hecho, fueron ellos quienes exacerbaron al pueblo para que pidiera la muerte de Jesucristo.
       " ¡Ay de vosotros, escribas y fariseos,hipócritas!, porque cerráis con llave ante los hombres el Reino de Los Cielos; vosotros ciertamente no entráis; y a los que están entrando, no los dejáis entrar. ¡ Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas, porque devoráis las casas de las viudas, y pretextáis hacer largas oraciones. Por eso recibiréis condenación más rigurosa. ¡Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas! porque recorréis mar y tierra para ser un prosélito, y cuando llega a serlo, lo hacéis doblemente más hijo del gehenna que vosotros. ¡ Ay de vosotros, conductores ciegos que decís: " Quien jura por el templo. Nada es; más quien jura por el oro del templo, queda obligado".  ¡Insensatos y ciegos! ¿qué es más, el oro, o el templo que santifica el oro?  Y: " Quien jura por el altar, nada importa; más quien jura por la ofrenda que está sobre él, queda obligado". ¡ Ciegos!, ¿ Qué es más, la ofrenda, o el altar que hace sagrada la ofrenda?  Quien, pues, jura por el altar, jura por el altar y por todo lo que está sobre él. Quien jura por el templo, jura por él y por Aquel que lo habita. Y quien jura por el cielo, jura por el trono de Dios y por Aquel que está sentado en él."
        " Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas!, que pagáis el diezmo de la menta, del eneldo y del comino, y descuidáis lo más más importante de la ley: la justicia, la misericordia y la fe.. Esto hay que practicar, sin omitir aquello, conductores ciegos, que coláis el mosquito, y os tragáis el camello. ¡ Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas! porque purificáis lo exterior de la copa y del plato, mas el interior queda lleno de rapiña y de iniquidad. ¡Fariseo ciego! comienza por limpiar el interior de la copa y del plato, para que también su exterior se purifique."
     ¡ Ay de vosotros, escribas y fariseos hipócritas! porque soís semejantes a sepulcros blanqueados, que por fuera tienen bella apariencia, pero por dentro están llenos de osamentas de muertos y de toda inmundicia. Lo mismo vosotros, por fuera parecéis justos ante los ojos de los hombres, pero por dentro estáis llenos de hipocresía y de iniquidad."
      " ¡ Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas! porque reedificáis los sepulcros de los profetas, y adornáis los monumentos de los justos; y decís: " Si nosotros hubiesemos vivido en el tiempo de nuestros padres, no habríamos participado con ellos en el asesinatom de los profetas". Con esto, confesáis que sois hijos de los que mataron a los profetas. ¡ Colmad, pues , vosotros la medida de vuestros padres!"
    " ¡ Serpientes, raza de víboras! ¿ Cómo podréis escapar a la condenación del gehenna?. Por eso, he aquí que Y os envío profetas, sabios y escribas: a unos mataréis y crucificaréis, a otros azotaréis en vuestras sinagogas y los persiguiréis de ciudad en ciudad, para que recaiga sobre vosotros toda la sangre inocente derramada sobre la tierra, desde la sangre de Abel el justo, hasta la sangre de Zacarías, hijo de Baraquías, a quien matasteis entre el santuario y el altar. En verdad, os digo, todas estas cosas recaerán sobre la generación esta." Mt. XXIII, 13-36.
   Sin duda, las palabras de Nuestro Señor son muy duras con ellos. A Cristo Nuestro Dios le molestaba el doble estándar de estos hombres. Ellos eran lobos con piel de oveja, aparecían bajo la carátula religiosa, pero actuaban de un modo inverso en la oscuridad de la noche. Lo propio del fariseo es estar por un lado, sujeto a una formalidad externa religiosa. Homologando su figura a los tiempos actuales, podría decirse que esa figura pertenece a muchas de esas mujeres que deambulan en las iglesias a través de diferentes devociones externas. Pero una vez que salen del templo, se dedican a descuerar a cuanto cristiano se les pasa por el camino. No nos engañemos con esas figuras de pseudo religiosidad, no nos engañemos de aquellos que muestran una imagen de santidad que no poseen.
   Por otro lado, el fariseo pertenece al interior de la religión. Es parte de la estructura jerárquica de la Iglesia, ocupa cargos y se reviste de pastor. No obstante esto, cualquiera de nosotros puede ser un fariseo por imitación. Sólo basta un doble estándar y que nos consideren como santos en vida. De hecho, muchas de las sectas protestantes presentan este tipo de conductas. Ellos se esfuerzan por mostrar una fuerza religiosa de caracter externo, guiada por animaciones histríonicas. Pero lo que existe verdaderamente en los corazones de muchos de ellos es algo opuesto a su predicación. No es raro encontrar numerosas de estas personas presas al interior de las cárceles por distintos delitos graves. Son conocidos los grupos " evangélicos" de las penitenciarías.
   Nadie es santo delante de Dios, nadie es verdadero delante de Dios. Obras son amores y no buenas razones. No hay que ser hipócritas, todos somos pecadores. Nada nos da derecho de escandalizarnos de los pecados de los demás. Otra cosa, es condenar tal o cual tipo de pecado, que proceder a condenar al pecador. San Agustín decía: odia al pecado, y ama al pecador.
   No somos nadie para coartar con nuestras palabras el deseo de muchos de poder alcanzar el cielo. Cristo vino a salvar y no a condenar. Hay que identificar el pecado, para luego exhortar al arrepentimiento del pecador para que confiese sus pecados y se salve. Pero no hay que señalar a nadie con el dedo como escandalizarse externamente de sus pecados. Por la boca muere el pez, no basta decir Señor Señor, para luego proceder de un modo inverso a Cristo.
   El fariseísmo es el gusano de la religión. Corroe la religión desvirtuándola de su fin trascendente. La causa del fariseísmo es el orgullo. Este tipo de vicio espiritual es diabólico. La vanagloria, la obcecación, la avaricia. Son todos vicios que pudren el espíritu. Por ello, el pecado del espíritu es muy superior al pecado del cuerpo. Porque el pecado del espíritu involucra la parte superior del hombre que es su inteligencia. Entendido así el problema. el fariseísmo vendría a ser una perversión del alma. Mientras que el pecado caranal correspondería a una corrupción.
  El afán de vanagloria y de autoestima para ser considerado como superior a los demás nos lleva directamente al infierno. Raza de víboras, los llama Cristo, ya que Él como Dios conocía muy bien sus pensamientos y sus obras. Sepulcros blanqueados, por fuera aparecen pulcros, y por dentro están lleno de osamentas de muertos. Nadie está libre de convertirse en un fariseo. No nos engañemos con los exteriotipos. Dios conoce hasta los más íntimos pensamientos. Podremos engañar a los hombres, pero jamás engañaremos a Dios.
   Reconozcamos delante los demás que somos pecadores, y tratemos de llevar una vida lo más acorde a lo que Dios nos manda. Orad, para que Satanás no se meta en nuestra alma y nos zarandeé con sus vanalidades. Hay que estar muy atentos con nosotros y con los otros que nos rodean. Ya que cualquiera puede ser un fariseo que nos engañe con sus apariencias de santidad y de respetabilidad.
   El fariseo hace que la religión se convierta en una obra humana. El fariseo des-diviniza la religión. No hay que seguir a los gurú de la fe. Ellos quieren  adquirir poder sobre nuestras conciencias. Se debe seguir sólo a Dios. Todo hombre está sujeto a la corrupción. No le crean a los falsos Cristos.
  Nuestra fe católica jamás debe estar sujeta a hombre alguno. Nuestra fe debe estar sujeta a la doctrina inmutable de la Iglesia. Nuestra fe acepta la verdad revelada por Dios, quien no nos engaña y no se engaña. La revelación que viene de Dios exige de nosotros un acto interno de aceptación. Sin aceptar la verdad de Dios no podremos ir al cielo.
    Por último amigos, recuerden siempre que una cosa son las apariencias y otra cosa muy distinta es la verdad que subyace debajo de ellas. El mejor ejemplo de lo que acabo de advertirles es la televisión. ¿ Cuántos de ustedes se habrán decepcionado de figuras televisivas? Este medio de comunicación está sujeto al comercio de las apariencias. De cierta manera, la televisión promueve un fariseísmo pagano si es que no es ninguna aberración hablar así en estos medios humanos.
  

sábado, 23 de junio de 2012

C.S. Lewis y el problema del dolor, por Überzetser



Agradezco el aporte de una fiel lectora de este blog quien me envió esta colaboración.
Fray Agrícola

En El problema del Dolor(1940), el escritor británico C.S. Lewis explica y justifica la existencia del dolor desde el punto de vista del Creador ‘disciplinando’ a la creatura de modo que pueda acceder a un bien superior: el cielo. Lewis no ve contradicción entre el amor de Dios por nosotros y nuestro sufrimiento, señalando que quien ama a otro busca su perfección, por lo tanto debe dirigirlo hacia ese objetivo superior. Creado a la imagen se Dios, el hombre esencialmente bueno, en ejercicio de su libertad decidió alejarse de lo dispuesto por su Creador, convirtiéndose en una creatura potencialmente abominable, capaz de las más increíbles bajezas. De acuerdo a esto, según Lewis, el mal no se origina en Dios, sino en el mismo hombre, quien permanentemente opta una y otra vez por el mal, rebelándose contra los deseos de su Creador, los que percibe como opresivos, contrarios al placer, meros obstáculos para su felicidad inmediata. Dios, entonces, debe disciplinarnos, y lo hace con amor de padre.

Señala Lewis: "The world is a dance in which good, descending from God, is disturbed by evil arising from the creatures, and the resulting conflict is resolved by God's own assumption of the suffering nature which evil produces.” Para el escritor británico, el mundo no es sino una danza entre el bien que desciende de Dios y el mal que se origina en las creaturas, originando un conflicto que se resuelve al asumir Dios que la naturaleza del sufrimiento radica en el mal.” La propia creatura, entonces, causó el mal al ejercer su libertad de forma inadecuada.

Lewis continúa para señalar que Dios controla el bien y el mal, en total satisfacción con Su bondad, pero a la vez respetando la libertad humana:

"In the fallen and partially redeemed universe we may distinguish (1) the simple good descending from God, (2) the simple evil produced by rebellious creatures, and (3) the exploitation of that evil by God for His redemptive purpose, which produces (4) the complex good to which accepted suffering and repented sin contribute….”

Entonces, en nuestro universo caído y parcialmente redimido, el bien simple desciende de Dios, mientras el mal simple proviene de las creaturas rebeldes. Dios explota aquel mal para su propósito redentor, produciendo el bien complejo al cual contribuyen la aceptación del sufrimiento y el arrepentimiento por los pecados. Según Lewis, de una u otra forma servimos a los propósitos de Dios, pero no es lo mismo actuar como Judas que como Juan…

El rol del dolor en el plano más bajo, según el británico, es remecer nuestro espíritu rebelde que considera que ‘todo está bien.’ Sin importar que tan a gusto nos encontremos con nuestros pecados y estupideces, el dolor persiste, requiriendo atención. En el siguiente nivel, el dolor busca destruir la sensación de que podemos valernos solos, la ‘soberbia de creernos auto-suficientes.’ En el nivel más alto, continúa Lewis, mediante pruebas y sacrificios, el dolor nos enseña la verdadera auto-suficiencia: confiar en Dios, actuar por el poder de la fuerza sobrenatural, solo por motivos sobrenaturales. Nuestra voluntad ha de volverse una con la voluntad de Dios, cumpliéndose aquello de ‘quien pierda su vida por mí, la encontrará’ (Mc. 8,35).

No cuenta, desde luego, acercarnos a Dios en actitud suplicante y entregarle toda nuestra vida cuando ésta ya no vale nada, cuando el dolor nos ha doblegado. Pocos piensan en Dios cuando todo en sus vidas parece ir bien, más bien reniegan de Dios, creyendo que todo lo han logrado por sí mismos. El mundo moderno nos tienta a relativizar todas las virtudes, reduciéndolas a la bondad, haciéndonos sentir inocentes – pero es fácil ser bondadoso con el otro mientras ’su’ bondad no interfiera con la mía. Por otro lado, la vergüenza se ha vuelto tabú; se nos dice que no tenemos nada por qué avergonzarnos – todo está en nuestra naturaleza, y por lo tanto está permitido. Y ¿dónde queda nuestra dignidad humana, nuestra superioridad moral? Somos seres racionales, no animales movidos por el instinto. Hemos de doblegar nuestra  voluntad, controlar nuestros deseos si no nos llevan a un bien superior. El ser humano ha de buscar la trascendencia. De qué nos vale nuestra inteligencia si no buscamos sacar lo mejor de nosotros y encontrar el sentido de la vida, o ¿acaso alguien puede estar satisfecho pensando que solo nacimos para eventualmente morir?

Sin embargo, y como dice CS Lewis, solo los puros de corazón quieren ver a Dios. Dejemos entonces de lado nuestros deseos, y vivamos para servir a los demás; dejemos de lado nuestra voluntad, y busquemos la voluntad de Dios. Dejemos nuestro egoísmo, nuestros mezquinos intereses y sigamos a Cristo, confiados en los brazos de su Madre, María. Entreguemos nuestra vida ahora que creemos tenerlo todo, agradeciendo a cada paso por lo bueno, y ofreciendo cada tropiezo por nuestra salvación. Hemos de hacerlo ahora que nuestra vida es plena, y no atesoremos más bienes que aquellos que nos conducen al cielo. ¿O acaso nuestro máximo anhelo no es ver a Dios?

Überzetser

jueves, 21 de junio de 2012

Los Siete Dolores de María Santísima



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NUESTRA SEÑORA DE LOS DOLORES
2. CORONA DE LOS 7 DOLORES
[1]



Páginas: 1. Oraciones | 2. Corona de los 7 dolores | 3. Novena




"El camino para penetrar en los sufrimientos del Hijo es penetrar en los sufrimientos de la Madre. "
Cardenal J. H. Newman. Sermón para el Dom. III de Cuaresma. Ntra. Sra. en el Evangelio

[Estampa de los siete dolores de la Virgen]
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Más información







Rezar despacio, meditando estos dolores:

1º Dolor [Ir al principio de esta página]

La profecía de Simeón en la presentación del Niño Jesús.

Virgen María: por el dolor que sentiste cuando Simeón te anunció que una espada de dolor atravesaría tu alma, por los sufrimientos de Jesús, y ya en cierto modo te manifestó que tu participación en nuestra redención como corredentora sería a base de dolor; te acompañamos en este dolor. . . Y, por los méritos del mismo, haz que seamos dignos hijos tuyos y sepamos imitar tus virtudes.
Dios te salve, María,…

2º Dolor [Ir al principio de esta página]

La huida a Egipto con Jesús y José.

Virgen María: por el dolor que sentiste cuando tuviste que huir precipitadamente tan lejos, pasando grandes penalidades, sobre todo al ser tu Hijo tan pequeño; al poco de nacer, ya era perseguido de muerte el que precisamente había venido a traernos vida eterna; te acompañamos en este dolor . . . Y, por los méritos del mismo, haz que sepamos huir siempre de las tentaciones del demonio.
Dios te salve, María,…

3º Dolor [Ir al principio de esta página]

La pérdida de Jesús.

Virgen María: por las lágrimas que derramaste y el dolor que sentiste al perder a tu Hijo; tres días buscándolo angustiada; pensarías qué le habría podido ocurrir en una edad en que todavía dependía de tu cuidado y de San José; te acompañamos en este dolor . . . Y, por los méritos del mismo, haz que los jóvenes no se pierdan por malos caminos.
Dios te salve, María,…

4º Dolor [Ir al principio de esta página]

El encuentro de Jesús con la cruz a cuestas camino del calvario.

Virgen María: por las lágrimas que derramaste y el dolor que sentiste al ver a tu Hijo cargado con la cruz, como cargado con nuestras culpas, llevando el instrumento de su propio suplicio de muerte; Él, que era creador de la vida, aceptó por nosotros sufrir este desprecio tan grande de ser condenado a muerte y precisamente muerte de cruz, después de haber sido azotado como si fuera un malhechor y, siendo verdadero Rey de reyes, coronado de espinas; ni la mejor corona del mundo hubiera sido suficiente para honrarle y ceñírsela en su frente; en cambio, le dieron lo peor del mundo clavándole las espinas en la frente y, aunque le ocasionarían un gran dolor físico, aún mayor sería el dolor espiritual por ser una burla y una humillación tan grande; sufrió y se humilló hasta lo indecible, para levantarnos a nosotros del pecado; te acompañamos en este dolor . . . Y, por los méritos del mismo, haz que seamos dignos vasallos de tan gran Rey y sepamos ser humildes como Él lo fue.
Dios te salve, María,…

5º Dolor [Ir al principio de esta página]

La crucifixión y la agonía de Jesús.

Virgen María: por las lágrimas que derramaste y el dolor que sentiste al ver la crueldad de clavar los clavos en las manos y pies de tu amadísimo Hijo, y luego al verle agonizando en la cruz; para darnos vida a nosotros, llevó su pasión hasta la muerte, y éste era el momento cumbre de su pasión; Tú misma también te sentirías morir de dolor en aquel momento; te acompañamos en este dolor. Y, por los méritos del mismo, no permitas que jamás muramos por el pecado y haz que podamos recibir los frutos de la redención.
Dios te salve, María,…

6º Dolor [Ir al principio de esta página]

La lanzada y el recibir en brazos a Jesús ya muerto.

Virgen María: por las lágrimas que derramaste y el dolor que sentiste al ver la lanzada que dieron en el corazón de tu Hijo; sentirías como si la hubieran dado en tu propio corazón; el Corazón Divino, símbolo del gran amor que Jesús tuvo ya no solamente a Ti como Madre, sino también a nosotros por quienes dio la vida; y Tú, que habías tenido en tus brazos a tu Hijo sonriente y lleno de bondad, ahora te lo devolvían muerto, víctima de la maldad de algunos hombres y también víctima de nuestros pecados; te acompañamos en este dolor . . . Y, por los méritos del mismo, haz que sepamos amar a Jesús como El nos amo.
Dios te salve, María,…

7º Dolor [Ir al principio de esta página]

El entierro de Jesús y la soledad de María.

Virgen María: por las lágrimas que derramaste y el dolor que sentiste al enterrar a tu Hijo; El, que era creador, dueño y señor de todo el universo, era enterrado en tierra; llevó su humillación hasta el último momento; y aunque Tú supieras que al tercer día resucitaría, el trance de la muerte era real; te quitaron a Jesús por la muerte más injusta que se haya podido dar en todo el mundo en todos los siglos; siendo la suprema inocencia y la bondad infinita, fue torturado y muerto con la muerte más ignominiosa; tan caro pagó nuestro rescate por nuestros pecados; y Tú, Madre nuestra adoptiva y corredentora, le acompañaste en todos sus sufrimientos: y ahora te quedaste sola, llena de aflicción; te acompañamos en este dolor . . . Y, por los méritos del mismo, concédenos a cada uno de nosotros la gracia particular que te pedimos…
Dios te salve, Maria,…
Gloria al Padre .



1. La Santísima Virgen María manifestó a Sta. Brígida que concedía siete gracias a quienes diariamente le honrasen considerando sus lágrimas y dolores y rezando siete Avemarías:
  • Pondré paz en sus familias.
  • Serán iluminados en los Divinos Misterios.
  • Los consolaré en sus penas y acompañaré en sus trabajos.
  • Les daré cuanto me pidan, con tal que no se oponga a la voluntad adorable de mi Divino Hijo y a la santificación de sus almas.
  • Los defenderé en los combates espirituales con el enemigo infernal, y protegeré en todos los instantes de su vida.
  • Los asistiré visiblemente en el momento de su muerte; verán el rostro de su Madre.
  • He conseguido de mi Divino Hijo que las almas que propaguen esta devoción a mis lágrimas y dolores sean trasladadas de esta vida terrenal a la felicidad eterna directamente, pues serán borrados todos sus pecados, y mi Hijo y Yo seremos su consolación y alegría. [Volver]

domingo, 17 de junio de 2012

Decadencia



      Vivimos en una sociedad decadente. Donde el modelo de familia tradicional establecido por Dios está siendo altamente cuestionado. La imagen de padre, madre e hijos, ha sido reemplazada por el modelo del egoísta moderno.
     En resumidas cuentas, al no haber un modelo cualquier aberración es válida. El vacío espiritual del hombre moderno lo lleva a caer en un neopaganismo aberrante. Para este tipo de sociedad toda opción es válida. La moral ha sido reemplazada por la espontaneidad de la libertad individual. En este plano, ya no existen los cuestionamientos de ninguna especie. No obstante lo anterior, las llamadas Tribus Urbanas se rigen por códigos de conducta con un lenguaje y una codificación específica. De allí la diferencia entre una tribu y la otra. El patrón de conducta común es la rebelión a cualquier tipo de norma tradicional de conducta. Todo es válido, menos aquello que me lleva hacia el bien.
     Para estos individuos anárquicos, la religión, la ley, el bien y la verdad son parámetros de una sociedad elitista que los trata de reprimir y aplastar en sus derechos y opciones de vida. Su rebelión obedece a una mala constitución familiar. Por lo general, ellos pertenecen a núcleos familiares incompletos. Son hijos de padre o madre desconocidos, son hijos de una relación ilícita. Su rabia al sistema se debe básicamente a una falta de amor en los períodos de la infancia. Son niños que crecieron sin el amor. De hecho, muchos de ellos no creen en el amor para toda la vida, como es el que debe ocurrir en el matrimonio. Su esfuerzo por llamar la atención los pone un escenario confrontacional con el resto de la sociedad.
    ¿ Qué se puede hacer entonces por estos jóvenes? A mi juicio existe una solución o por lo menos un esfuerzo que puede resultar eficaz para que enmienden el rumbo. La formación intelectual y valórica, aunque suene utópico es el único medio que puede hacerlos reflexionar del rumbo equivocado que han tomado en sus vidas. ¿ Pero quién se las entrega?, ¿ Quién está dispuesto a entregársela?.
    No pretendo ser cándido en mi respuesta, pero considero justo y apropiado, que la responsabilidad la tienen aquellos que han recibido el amor y la recta formación moral. De hecho, creo que es un deber retribuir todo aquello que uno ha recibido de modo gratuito. Todos los que hemos tenido la fortuna de haber recibido una buena educación con mucho amor, debemos devolverla, en aquellos sectores más necesitados de la sociedad. No todos en la vida han tenido la misma oportunidad, pero es un imperativo moral devolver bien por bien.
    En términos concretos, no podemos ignorar o pretender tapar el sol con el dedo respecto a la actual decadencia que vive la sociedad. Hay que tomar cartas en el asunto, ya que tarde o temprano vamos a ser víctimas por nuestra omisión de una sociedad deshumanizada e impenitente. Los que han recibido un  talento, devuelvan a lo menos uno. Y los que han recibido más, devuelvan más.
   La sociedad no se puede dar el lujo de permitir que la juventud se pierda en los vicios más aberrantes que pidiéramos pensar. Dejar que los jóvenes se degeneren es hipotecarles el futuro a las nuevas generaciones. Los que siguen, nos juzgaran de nuestras omisiones. Es fácil echarle la culpa al sistema cuando uno permanece metido en una burbuja burguesa. Salir de la burbuja es el camino que Dios nos exige para que iluminemos a aquellos que permanecen en la oscuridad de sus desórdenes y errores.  En la medida que gobierna el instinto del hombre, desaparece su inteligencia. Mientras más animal es el hombre, más estúpido se vuelve. Sus razonamientos se vuelven erráticos.
   El hombre actual es un bruto, un individuo lleno de apetencias egoístas alejado de todo bien. El hombre colectivo de las sociedades modernas, se ha vuelto un brutus. Estulto, zpmbi, animal devorador de bienes de consumo. Está seducido por la era tecnológica. Todo para él es satisfacción y placer. Elaborar un pensamiento y sustentarlo frente a los demás como una proposición para construir un modelo de sociedad es algo impensable. ¿ Para qué la inteligencia si tenemos la tecnología para que piense por nosotros?. 
  Por poner un ejemplo, para este prototipo de individuo el fútbol es su religión. Lo que es un simple deporte, se transforma en una religión. El hombre del fin de semana, es el mejor paradigma. Construyen toda su vida, pensando qué van a hacer el fin de semana para pasarlo bien. Para qué hablar del arte, para qué hablar de la historia, de la filosofía y de la música clásica. Esto es incomprensible para sus testas hedonistas. El cultivo del espíritu, no es para ellos. Que lo hagan los burgueses cartuchos. Lo que importa es pasarlo bien y sólo eso.
   ¿ Quién nos librará de la tiranía de las masas? Dios tenga misericordia de nosotros.

viernes, 15 de junio de 2012

El dolor



          Nadie de nosotros está preparado para soportar el dolor. Cuando el dolor nos llega debemos de llevarlo con cristiana resignación. Dios es en definitiva quien permite que suframos. Nuestro dolor es imposible que se lo traspasemos a otros.
         Se dice que Dios nos manda pruebas que nosotros podemos soportar. Pero es evidente, que muchos no soportan el dolor y enloquecen por éste. ¿ Se deberá a una falta de fe? En teoría sí. Pero en la práctica llevar el dolor con resignación es algo que rebasa a la naturaleza humana. De allí, las oraciones a Dios para que alivie nuestros dolores y sufrimientos.
      Si alguien tiene la fe como un grano de mostaza, es capaz de mover una montaña. Entonces, debemos pedir esa fe para mover montañas cuando estamos afligidos por grandes dolores y preocupaciones. Dios cuida a los suyos, los protege para la vida eterna. La confianza que depositemos sobre Él, será el motor que mueva su misericordia. Deberemos decir: Señor, en tus manos encomiendo mi espíritu. O como dijo San Agustín " Tuyo es el día y tuya es la noche, a tu voluntad vuelan los momentos".
     San Pablo nos dice: " Llevamos un tesoro en vasos de barro para que todos reconozcan la fuerza de Dios y no parezca cosa nuestra. Nos vienen pruebas de toda clase, pero no nos desanimamos. Andamos con graves preocupaciones, pero no desesperados; perseguidos, pero no abandonados; derribados, pero no aplastados. Por todas partes llevamos en nuestra persona la muerte de Jesús, para que también la vida de Jesús se manifieste en nuestra persona."
          Efectivamente, los que tenemos por gracia de Dios la fe, la llevamos en vasos de barro. Se deshace con la lluvia de las tempestades a las que estamos expuestos a diario. Pero la fuerza de Dios es más poderosa, ella es la que nos sostiene en los peligros. Su misericordia es infinita, y ella es la que se derrama día y noche, para aminorar nuestras cargas. Estamos crucificados, porque Dios fue crucificado. La prueba es grande, pero a su vez más grande es la recompensa. Nuestras flaquezas humanas afloran externamente, más la fuerza de Dios fluye desde nuestro interior.
   La vida es la prueba para poder alcanzar el cielo. Para pasar el óbice de la vida nunca hay que dejar de orar. Dios escucha nuestras oraciones en medio del silencio de los hombres. Ya la tempestad pasará para que luego vuelva la calma. La paciencia todo lo alcanza. Hay que pedir esa paciencia.
   Los católicos no somos masoquistas que nos guste sufrir. Pero cuando el dolor nos toca, lo entendemos que es para una purificación del alma. Lo que no impide que roguemos al cielo para que nuestras cargas desaparezcan.  Y si no desaparecen, abrá que entender que era lo mejor para nuestra salvación eterna. La misericordia de Dios siempre se derrama pensando en nuestro bien espiritual. Hay que acumular tesoros para el cielo, donde la temporalidad del mundo no los pueda deshacer.
   Hay mucha gente que sufre grandes calamidades, hay gente que sufre violencia, sufre hambre y sufre desprecio por la sociedad. Dios los guarde y nos guarde de todo mal. Y si nos llega el dolor, lo llevemos con la máxima disposición entendiendo que Dios lo permite para un bien mayor.
   Señor, si es posible, aléja de mí éste Cáliz. Pero que no se haga mi voluntad, sino la tuya. Señor, soy cobarde, pero tu eres fuerte. Dáme tu fortaleza Señor, levántame cuando desfallezca en medio de las pruebas de éste mundo. Mis palabras se las lleva el viento, rubrícalas con buenas obras. Enseñarme a tener confianza, cuando creí perderla. Aleja de mí la desesperación. Prúebame en lo que tu quieras, siempre que esa prueba me lleve al cielo.
    Nunca te olvides Señor de tus hijos, que como tales somos débiles y miserables. Tú todos lo sabes, Tú todo lo conoces, Tú todo lo sostienes. Haz Señor, que nunca tambale mi fe en la adversidad de la vida.  Algún día, todo pasará y nuestro dolor quedará atrás junto con la temporalidad.
   Finalmente, detrás de cada espina, detrás de cada dolor, existe un misterio sobrenatural que nunca podremos entender a cabalidad en nuestra vida pasajera. Señor, enjuaga nuestras lágrimas.

martes, 12 de junio de 2012

¿ Dónde se encuentran los sabios de este mundo?

                                                                                                                                                                                  A lo largo de la historia de la humanidad siempre existieron hombres que guiaban con su sabiduría a los demás. Esos hombres sabios, que llevaban una vida llena de austeridad y enfocada en el conocimiento, eran los grandes faros de la humanidad. En la Antiguedad fueron los presocráticos, para luego derivar en los filósofos más destacados tales como Sócrates, Platón y Aristóteles.
   Luego, la sabiduría natural del hombre fue reemplazada por la sabiduría sobrenatural que viene de Dios. De allí las palabras del Apóstol: " Nadie se engañe a sí mismo. Si alguno entre vosotros cree ser sabio en este siglo, hágase necio para hacerse sabio. Porque la sabiduría de este mundo es necedad para Dios. Pues escrito está: Él prende a los sabios en su misma astucia. Y otra vez: El Señor conoce los razonamientos de los sabios que son vanos. Así pues, nadie ponga su gloria en los hombres. Porque todo es ciertamente vuestro; sea Pablo, sea Apolo, sea Cefas, sea el mundo, sea la vida, sea la muerte, sea lo presente, sea lo porvenir, todo es vuestro, más vosotros soís de Cristo, y Cristo es de Dios".
     Para quiénes no tuvieron el privilegio de conocer la revelación, pudieron a lo menos seguir los humanos razonamientos de ciertos hombres que seguían un saber natural. Pero una vez conocida la revelación, la humanidad estaba obligada a conocer la verdad que viene de Dios. La única y verdadera sabiduría viene de Dios. Ningún hombre puede atribuirse una sabiduría que no le compete.
   El hombre es débil por naturaleza. El hombre está sujeto a la corrupción y al pecado. Por eso, nunca debemos seguir a hombre alguno, sino que tenemos la obligación de buscar la verdad que viene de Dios. Si seguimos a la  verdad entonces todo es nuestro como dice el Apóstol. Este mundo fue hecho para nosotros. Si hacemos la voluntad de Dios, podremos gozar libremente de los bienes de este mundo. De allí las palabras de San Agustín: Ama y haz lo que quieras. Ese amar, se refiere únicamente a Dios.
     Los grandes predicadores de la Iglesia Católica, ya han dejado de aparecer sobre la tierra. Ya nadie invita al mundo al arrepentimiento del pecado, al abandono del mundo por amor a Dios. Ya nadie exhorta, ya nadie corrige, ya nadie advierte sobre las consecuencias nefastas del pecado. Se podría decir, bajo cierto respecto, que Dios guarda silencio. La luz de la verdad, permanece bajo el Celemín. La confusión abunda por doquier. Cada cual cree y hace lo que desea según los antojos subjetivos de su voluntad. Los sacerdotes permanecen como perros mudos, ya no ladran.
   Los sacerdotes, a lo menos una gran mayoría de ellos, se encuentran muy cómodos en el mundo. Han perdido el rumbo hacia lo cual han sido llamados por Dios. Dios les grita desde el cielo " Salven las Almas de mis hijos", " Prediquen sobre el pecado, hablen sobre el infierno" " Adviertan al mundo sobre mi justicia" " Sean ejemplos, a fin de no escandalizar a mis polluelos". " Ladren a la humanidad" " Salgan a buscar a las ovejas perdidas" " Miserables sacerdotes que os habéis osado desobedecer mis mandatos" " Hay de vosotros levitas apóstatas", " Prevaricadores", " Seréis acosados en el sheol eternamente".
    Si el mundo anda a oscuras, es por culpa de aquellos que debiendo haber predicado la verdad, permanecieron como si fueran mudos de nacimiento. ¿ Y dónde va el mundo? El rumbo del mundo es el opuesto al rumbo que quiere Dios. El mundo se acerca a un gran despeñadero sin fondo. Un mar de almas, un mar de almas eternas van derecho hacia los suplicios eternos. Sí, el infierno es eterno, aunque no nos guste. Al infierno eterno irán los que desobedescan los mandatos de Dios. Sin embargo, todos los desobedecemos en algún momento de nuestras vidas... eso es verdad, por eso debemos arrepentirnos siempre de toda ofensa  al Creador.
   No dejemos que el mundo manche nuestras almas con sus inmundicias, con sus locas vanidades, con sus apariencias de bien. No dejemos que el dinero guíe el alma. La verdad, y sólo la verdad nos hará que seamos hombres libres.
   Ya basta de elucubrar, llegó la hora de actuar. Los que quieran salvarse, se salvarán. Ya que agotarán todos los medios que le dé Dios para que eso ocurra. Como uno vive, es como uno muere. Si hemos vivido según el mundo, moriremos con él. Si vivimos bajo el amparo de la ley de Dios, moriremos bajo su protección. Ya no nos podemos hacer más los sordos. Aún tenemos la tradición de la Iglesia, y sólo a través de ella podremos volver hacer de nuestras vidas algo útil para Dios. Si nos alejamos de la tradición, nos alejamos de las raíces sanas del árbol de la Iglesia que viene de Cristo.
      " El justo perece,
        Y no hay quien se conduela;
        son arrebatados los hombres piadosos,
        Y nadie advierte que el justo es quitado
         para eximirlo del mal.
         Entra en la paz; descansan en sus moradas
         los que andubieron con rectitud.
         Mas vosotros acercaos acá,
         hijos de la hechicera,
         descendencia de la adúltera y de la ramera.
         ¿ de quién os burláis?
         ¿ contra quién ensancháis la boca
          y sacáis la lengua?
          ¿No soís hijos de pecado
          linaje de mentira?
          Os inflamáis de concupiscencia
          bajo cada taberinto
          y bajo todo árbol frondoso,
          y sacrificáis a los niños
          en los valles de los torrentes,
          en las hendiduras de las rocas.         
          Las piedras del torrente serán tu herencia;
          ellas, ellas son tu suerte,
          porque a ellas les derramastes libaciones
          y les presentaste ofrendas.
          ¿ Y por ello no he de indignarme?
           sobre un monte alto y encumbrado
           colocaste tu lecho,
           y allí subes para inmolar víctimas.
           Detrás de la puerta y los postes
           pusiste tu memorial,
           y lejos de Mí te desnudaste,
           allí subiste a tu lecho y lo ensanchaste,
           vendiéndote a aquellos
           cuyo comercio amabas,
           y cuyo signo veías.
           Llevaste unguentos al Rey,
           y multiplicastes tus unciones;
           enviaste lejos a tus legados,
           y descendiste hasta el scheol.
           Te fatigaste en el largo camino,
            pero no dijiste: " Es en vano".
            Hallaste como avivar tus fuerzas,
            por eso no te debilitaste.
           ¿ A quién temiste, acongojada,
            para renegar de Mí,
            para no acordarte de Mí,
            ni parar mientes en ello?
            ¿ No es porque yo callaba desde largo tiempo?
            Por eso no me tuviste miedo.           
           Ahora haré conocer cuál es tu justicia,
           y cuáles tus obras que no te aprovecharán.
           Cuando clames,
           ¡líbrete tu colección( de imágenes)!
           Más el viento se las llevará a todas;
           un soplo las arrebatará:
           pero el que se refugia en Mí,
           heredará la tierra,
           y poseerá mi santo monte." Isaac, 57, 1-13
        Pobres Atalayas, ¡ Ay de ellos si persiguen sus propios intereses!. Tendrán que dar cuenta por la sangre perdida.  ¡ Ay de nosotros, si no escuchamos los llamados del cielo! Pensábamos que Dios guardaba silencio, pero desde el silencio obserbaba nuestras malas obras. Si alimentamos nuestra carne en  desmedro del espíritu, cosecharemos corrupción.
   Siempre puede haber un despertar del alma. Hay que quitarse las costras de la inmundicia. ¿ Quién es santo delante de Dios?. Que lance la primera piedra el que esté libre de pecado, todos retrocedieron y se fueron. Empezando con los más ancianos.
     Toda la sabiduría que viene de Dios nos enseña que debemos tener una confianza absoluta en sus santos decretos. Y por otro lado, deberemos purificar nuestras almas con el bálsamo de la confesión y la penitencia. Quien confió en el Señor, nunca quedó desfraudado. Antes nosotros desfraudamos a Dios, que Él a nosotros.
   Dios siempre envía a los profetas para aclarar las escrituras. Y la gran profeta de nuestro siglo es la Vírgen María. Ella se ha aparecido en numerosas partes del mundo anunciando que el mundo debe convertirse y arrepentirse de sus pecados.  La Virgen se le ha aparecido a distintos videntes en el mundo diciendo que si el mundo no se arrepiente, un gran castigo caerá sobre la tierra para purificarla.
  El tiempo es breve, pero aún podemos cambiar nuestras miserables vidas.

              



      

viernes, 8 de junio de 2012

El perdón

Fern Seeds and Elephants
Dios no nos pide perdonar los pecados del prójimo sólo si no son en extremo graves o cuando existen  circunstancias atenuantes; debemos perdonar todas las faltas, aunque sean muy mal intencionadas, ruines y frecuentes. De lo contrario, ninguno de nuestros pecados será perdonado.
C.S. Lewis.
          ¿Puedo perdonar a mi padre después del daño que me hizo? Sin duda  muchos habrán escuchado en más de algún amigo esta pregunta. Tal vez sea el caso de muchos de ustedes. El hecho es que conocí de cerca el caso de un amigo que murió hace algunos años. Marcelo se llamaba él. Cuando era joven y estando recién casado tuvo dos hijos chiquititos. Pero tomó una decisión que le cambió la vida.
   Marcelo decidió abandonar a su mujer y a sus hijos para buscar nuevos rumbos. No supo  de sus hijos hasta después de muchos años. Su hijo varón ya siendo adolescente cayó lamentablemente en las drogas, luego que su madre muriera de cáncer. Su padre, a pesar de la enfermedad de su madre nunca la visitó cuando ella estaba enferma. Sus hijos sufrieron de cerca la falta de afecto paternal en especial en el momento más crucial de nuestra vida: la adolescencia.
   La hija de Marcelo creció con un profundo dolor y rabia contra aquel padre que no fue capaz de visitarlos cuando ellos más lo necesitaban. Por esas cosas de la vida Marcelo, después de una vida tremendamente licenciosa y conscupiscible empezó a sufrir el desgaste de los años. Tenía fuertes dolores de columna, sumado a una soledad que iba creciendo con el tiempo. Lo acompañaban en su habitación muchísimos posters de mujeres desnudas,  algunos libros y botellas de vino.
   Marcelo con su enfermedad, su soledad y su edad más avanzada empezó a recordar aquellos hijos que abandonó. Se acordaba de su hija siendo bebé, lloraba por su niñita. Él se repetía una y otra vez, " No he sido malo, sólo cometí algunos errores, ¿ Pero por qué me pasa esto ahora?, ¿Por qué echo de menos esa hija que abandoné a su suerte junto con su hermano?" Una seguidilla de autolamentaciones y algunas recriminaciones y a veces otras justificaciones, pasaron a ser algo muy recurrente en la vida de Marcelo.
     Como yo era su amigo, me pide que lo ayude al respecto. Me sugiere que le redacte una carta a su hija pidiéndole perdón por todo el daño que él le había ocasionado. No supe bien como- tal vez con la ayuda de algunos familiares-  pero él había conseguido la dirección del trabajo de su hija. Sabía que ella se había casado recién con un ciudadano español y que ella tenía un  niño pequeño. Le enternecía el alma al saber que tenía un nieto. El punto es que deseaba poderle hacer llegar la carta lo antes posible a su hija.
    No recuerdo muy bien el tenor de la carta, ya que la escribí hace unos años atrás, pero lo que sí recuerdo que dejé a Marcelo como lo peor del mundo. La carta comenzó diciendo que estaba sufriendo una enfermedad que lo tenía bastante a mal traer; que estaba muy arrepentido de haberse comportado como un animal desnaturalizado y muchas otras cosas más. La palabra " perdón", se repitió por muchos lados de la misiva. Para resumir un poco la historia, Marcelo reescribe la carta con su propia letra manuscrita y la sella con su firma.
      El hermano que vivía con Marcelo le entregó la carta a su sobrina para que la leyera enviándole los saludos de Marcelo. Pasaron las semanas, y no se supo nada de Marcela, la hija abandonada. Por lo que Osváldo, su tío decidió ir a visitarla para saber su respuesta a la petición de su hermano de recibir el perdón personalmente. Cuando el tío habla con ella la muchacha le dice que no quiere saber nada de su padre; le dice que ella no puede hechar por tierra todo el dolor del abandono y la falta de misericordia de su padre con respecto a su madre. Que ella pasó largos años con un cáncer a los huesos. En resumidas cuentas, Marcelita no quiso perdonar a su progenitor. Ella en su interior no deseaba que su hijo y marido tuviera contacto con aquel hombre tan vicioso y descariñado que tuvo como progenitor. El odio fue más fuerte en ella, perdonar a alguien que le hizo tanto daño no era posible.
   Para terminar la historia, Marcela nunca perdonó a aquel hombre compunjido de arrepentimiento. Marcelo al poco tiempo murió después de días de tomar vino. Al parecer se ahogó con sus propios vómitos. Siempre traté de ponerme en el lugar de los dos, tanto de la hija como del padre. Pensé que hubiera hecho yo ante un caso tan dramático como el de Marcela. ¿ Podría yo haber perdonado un padre así?  ¿ Sería capaz de perdonar a un hombre que me abandonó cuando más lo necesité?              ¿ Podría perdonar a mi propio padre?. El asunto me dió vueltas por mucho tiempo. Sé por mi fe católica que uno debe perdonar a los que nos han hecho daño, pero una cosa es lo que se dice teóricamente y otra cosa es vivir el drama en carne propia.
   ¿ Se puede perdonar? Indudablemente perdonar no es fácil. Yo diría que es tremendamente difícil perdonar cuando el daño ha sido muy grande. Pero Nuestro Señor Jesucristo nos obliga a perdonar a pesar de nuestras aprehensiones. El hecho es que Dios nos perdona a cada momento, sólo pide un acto de buena voluntad de nuestra parte. Es fácil amar a nuestros amigos, pero amar a nuestros enemigos requiere de una gracia muy especial del cielo.
    Dios siempre nos perdona cuando nos arrepentimos de verdad. Pero no nos perdona, valga la redundancia, cuando nosotros no somos capaces de perdonar a los demás. Cristo en la Cruz dijo: Padre perdónalos porque no saben lo que hacen. Y nosotros por imitación al Maestro debemos repetir sus mismas palabras con nuestros enemigos.
    Una señal muy características de los verdaderos católicos es su capacidad de perdón hacia quienes les han hecho daño. El cristiano verdadero todo lo hace por amor a Dios. Si perdona, lo hace pensando siempre en que Cristo perdonó a sus enemigos. Si afrentado por causa de Cristo, se alegra de padecer por su Maestro. Pero más de alguien suspicazmente me dirá: ¿ Dónde podremos encontrar a esos cristianos verdaderos en este mundo perverso?. La mayoría de los católicos que conocemos, me podrán decir, son todo lo contrario de lo que usted me señala. Ellos siguen con sus actos más la ley del Talión que los mensajes de Jesucristo.
   ¿ Para qué perdonar? Si ni siquiera los curas lo hacen. Si uno le dice algo feo al cura, este me contesta con una burrada mayor a lo que yo le dije o hice. Es imposible un catolicismo del perdón. Quienes piensan así no conocen del amor y de la justicia de Dios. Perdonar es un acto de amor, un acto que trasciende lo humano. Es un acto por imitación de lo divino. Perdonar no es ir contra la justicia, sino más bien es conducir la gravedad de la falta a una dimensión sublime. Una cosa es el perdón, y otra muy distinta es la impunidad o el justo castigo que se debe recibir por el daño causado.
  La verdadera justicia siempre viene de Dios. La justicia humana actúa o debiera actuar por imitación de la justicia divina. De hecho, en la antiguedad una vez al año se indultaba a alguien como signo de benevolencia del monarca hacia su gente. Para los antiguos, la benevolencia no era señal de debilidad. No obstante lo anterior, y por muchas razones y argumentos que se tengan a favor del perdón,sigue siendo tremendamente difícil para las almas el poder perdonar al que les ha causado algún tipo de mal. Por consiguiente, se deberá siempre recurrir a Dios si de verdad se desea perdonar, ya que el orgullo y  el egoísmo humano encierran al alma en un laberinto sin salida.
     " Señor, enséñanos a amar a nuestros enemigos perdonando sus faltas. Señor, que no me guíe la ira ni el odio en la senda de la vida.  Dame alegría para no guardar rencor hacia aquellos que más daño me han hecho. Divino Maestro, tú lo sabes y conoces todo, sabes de mi debilidad, levántame para siempre amar a mi prójimo.
    Que no me torture el alma, el recuerdo de mis enemigos. Aleja de mi, Señor Dios mío, el desorden de mis pasiones. Enséñame a traer la paz, en medio de un mundo de guerra. Haz que sea yo instrumento de tu caridad. Que nada ni nadie me lleven a perder la paz. Que así sea."  Fray Agrícola.
    Amigos míos, no es fácil perdonar, pero se puede si dejamos que Dios habite en nosotros.

lunes, 4 de junio de 2012

Bien Propio v/s el Bien Común 2



             Bonum alienum v/s Bonum suum:
    Siempre se corre el riesgo a equivocarse respecto a la búsqueda y obtención del bien. Por nuestra fragilidad humana, tendemos siempre a buscar lo más fácil y placentero. Rehuímos el dolor y la tristeza para buscar la alegría y el placer. Nos gusta la buena comida, la buena casa, la buena ropa, los buenos autos, los buenos amigos, y una holgada posición económica y social. Por lo general, se busca el máximo de confort para nuestra vida.  El bien común, en esta manera de vivir la vida aparece como algo ajeno y contrario a nuestros ideales de vida. ¿ De qué bien común me hablan?, si estoy pasándo fantástico en la vida, todo me sonríe.
     ¿ Para qué velar por un orden jerárquico externo a mi singularidad? Vivo feliz sin tener que necesitar de un bien común allende a mi persona. Al no visualizar el orden hacia el cual se dirigen nuestras vidas, el bien comúm se constituye para nosotros en un concepto abstracto que representa un obstáculo para nuestra felicidad. Romper la raíz de nuestra singularidad involucra un esfuerzo del hombre en su dimensión intelecto volitiva. Veo el bien superior, y me adhiero con todo mi ser para alcanzar ese fin.
     Romper nuestro estado in nuce, implica romper con nuestra pereza y complacencia singular o entitativa. La cáscara de nuez que envuelve nuestras vidas en una entidad sigularizada, hace que nos mantengamos relegados a la concupiscencia sensible de los bienes que nos rodean. Para alcanzar una recta inteligencia , hay que realizar un gran esfuerzo intelectual, donde se debe subordinar el sentido y el instinto a la razón.
  De hecho, una gran mayoría no visualiza claramente donde se encuentra el bien común y por tanto se equivoca en su objetivo. La inteligencia se nubla por la invación de lo sensible. A lo sumo logramos visualizar bienes físicos que se asemejan en parte a lo que deberíamos considerar como el bien común.
   Cuando nos despertamos cada día, no lo hacemos pensando en el bien común. Más bien, tratamos de centrarnos en las actividades cotidianas que debemos realizar en conformidad de nuestras profesiones u oficios. No obstante esto, nuestro deseo implícito siempre deberá estar centrado en hacer el bien y evitar el mal. Aquí radica la diferencia entre los que tratan de seguir el orden establecido por Dios y quienes se rebelan por causas que sólo ellos conocen. El acto de rebelión lleva implícito un deseo muy fuerte de una felicidad autárquica, auto generada.
  La creatura racional no es capaz de entender el orden del universo. No lo es, ya que nuestra existencia es una parte en ese orden. Pero es una parte más perfecta que la simple materia inerte. Esta parte se entiende sólo en vista al fin hacia el cual debiera tender. Alejarse de ese fin que es Dios mismo es llevar la existencia a un camino de autoaniquilación eterno.
   Nuestro Señor dijo de aquel que lo iba a traicionar que más le hubiera válido no haber nacido. Lo dijo pensando en que el acto de traición hacia el Creador conlleva a un alejamiento del orden, del bien. Lanzándonos al despeñadero del fuego eterno del infierno. ¿ Pero por qué alguien procede así, si todos quieren la felicidad eterna? Es verdad, nadie quiere sufrir para la eternidad, pero todos saben que existen dos caminos en la vida: El del infierno, la puerta ancha hacia la cual caminan muchos seducidos por los bienes de este mundo, y El del cielo, aquellos que se dejan amoldar por las manos amorosas del Padre.
   El bien común encuentra su causa y se identifica siempre con Dios. Todo procede de Él por un  deseo de su voluntad divina de comunicar todo su bien. De allí que en el Génesis se diga: Dios creó el cielo y la tierra, y vió Dios que todo era bueno. Todo lo bueno nace de Dios. ¿ Y de dónde entonces el mal en el mundo? Esta pregunta es tan recurrente en muchos de nosotros, sobretodo cuando vemos sufrir a tanta gente a causa de la maldad del hombre. Siempre nos preguntamos,¿ por qué Dios permite tanto dolor? ¿Por qué Dios permite tanto sufrimiento?.¿ Y por qué Dios permite nuevos nacimientos sabiendo que esa gente viene a sufrir?
      A raíz de una conversación sobre este mismo tema, me dijeron que si nosotros pudieramos convencer a todas las personas para no tener hijos eso haría que se acabara el mal en el mundo. Si pudiéramos torcerle la mano a Dios, por llamarlo así, ya nadie más se condenaría. Al no haber más nacimientos, las condenas en el infierno desaparecerían. Pensar así no es pensar en el bien común. Pensar así es rebelarse contra un orden que viene de lo alto. Pensar así no es amar al prójimo. Ya que amar es hacerlo en el bien, y no hay bien más excelso, que Dios. Alejar la creatura de Dios, es alejarla de su fin, del orden para el cual fue creada.
    Pero claro me dirán, pero no se puede decir lo mismo de los que se condenan. Evidentemente que no, si las puertas del infierno son anchas, ¿ para qué crear almas para la condenación?. ¿ Quién sabe con certeza que se va a salvar? Obviamente que nadie, pero nuestro deber, ya que tenemos la existencia, es luchar con todas nuestras fuerzas para alcanzar ese fin. Pero pese a ello, me dirán, muchas almas se condenan, ya que el infierno está plagado de buenas intenciones.
    No sé cuan buenas intenciones sean la de los condenados en el infierno, pero sí sé que uno debe cultivar las tres virtudes  teologales; fe, esperanza y caridad. Y lo demás, hay que dejárselo a Dios. Nuestro conocimiento del fin último para el cual Dios hizo todas las cosas, siempre va a ser limitado, va a estar sujeto a la revelación. La especulación teológica que podamos hacer siempre se hará sobre las bases de la revelación. No podemos entenderlo todo, siempre la verdad es superior a nuestro razonamiento natural, la luz de la fe nos ilumina, pero hasta cierto punto. No puede sobrepasar nuestras limitaciones de creaturas temporales.
      Un agnóstico nunca va a hablar de bien común. Si es que lo habla, lo hará pensando en el bien físico de un grupo de individuos, en desmedro de una gran mayoría. Su noción de bien siempre va a ser errónea. Para un agnóstico la singularidad va a ser el bien máximo que pueda alcanzar. Su desvinculación del bien participativo con las demás personas pasará a ser una relación de conveniencia en el orden práctico. Yo beneficio en lo que puedo de los que me rodean, y ellos reciben de mi lo que más les conviene. Su modo de relacionarse va a ser por intercambio de intereses egoístas.¿ Pero que pasa entonces con el agnóstico filantrópico? Su caracter filantrópico no hará que pierda su amor a su singularidad. Por el contrario, aunque parezca raro decirlo, su afán de dar a los otros va a estar condicionado a su proyección de su egoísmo singularista. Va a dar por sentirse bien con el mismo, por reafirmarse con su yo, pero jamás lo hará por un amor verdadero por el prójimo.
    Es distinto dar por amor a Dios que dar por amor a uno mismo. Cuando uno da por amor a Dios, lo hace sin esperar nada a cambio. No esperamos agradarnos nosotros mismos ni agradarnos en  los otros, damos sólo por amor hacia quien nos creó. Por ello siempre el amor a Dios va a ser el amor más perfecto que podamos realizar. De allí la importancia del sacerdote o religioso que ofrece su virginidad por amor a Dios. Su oblación tendrá eco en la eternidad.  Dios nunca abandona a los suyos, ni menos a aquellos que lo dan todo por Él.
      Finalmente, y tal como ya una vez me lo dijeron, entonces: ¿Cómo definiría usted el bien común? Mi definición de bien común va a estar sujeta a la posición que postula Santo Tomás. El bien común es aquello hacia lo cual todas las cosas tienden en vista de su perfección final. Como la perfección final  se da en Dios. El bien común  será el ordenamiento de mi bien singular  hacia el bien trascendente que viene de Dios. Aquí ya no existen dos lecturas sobre el tema: o me ordeno o me "desordeno". No hay términos medios, esa será siempre el dilema de nuestra existencia.