¿Quién podrá detener, a miles de jinetes arriba de su caballo, en medio de las urbes modernas?, la fuerza del campo, es la fuerza más poderosa para enfrentar a la ideología que desea aniquilar nuestro ser como Nación Libre e Independiente. Es la gente de campo, la que produce los alimentos que son trasladados a las ciudades. Si a esa gente, se la ataca y abandona, - tal cual está ocurriendo hoy-, su fuerza se hará sentir generando en Chile un verdadero terremoto político. independiente de lo que ocurra en las próximas elecciones, el globalismo NO se detendrá, seguirá la senda trazada de aniquilación de nuestras tradiciones. Pero ese globalismo deberá saber, que con el campo chileno no se deberá meter, pues de allí surgirá un espíritu patriota que no se detendrá hasta vencer a sus enemigos más feroces. La fuerza de la tierra es más poderosa que la fuerza que nace del cemento; ya que la fuerza de la tierra es regada con el espíritu de Dios, que bendice al hombre con la libertad , que lo hace gozar de la naturaleza, nombrándolo Rey de la Creación y no súbdito de la misma- como lo quiere imponer el antiguo paganismo que hoy se denomina Indigenismo. El hombre del cemento, desconocedor de toda la Obra Creadora de Dios, por ignorancia y soberbia, menosprecia al Hombre de la Tierra, que lo intenta subyugar por medio de leyes perversas, ignorando que ese intento de sometimiento hará surgir un gran volcán que renacerá de las entrañas de la tierra. En los próximos meses, y tal vez años, seremos testigos de esta lucha sin cuartel entre estos dos mundos, cuya Victoria estará asegurada para el Hombre de la Tierra, ya que sin comida no hay Nación.
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