jueves, 30 de abril de 2015

La irracionalidad sedevacantista.

                                  ¿Por qué el argumento sedevacantista es irracional?

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            Antes de avanzar al argumento, hay que señalar que el sedevacantismo es una posición teológica que ha surgido con mayor fuerza después del Concilio Vaticano II, debido a las novedades teológicas que se introdujeron en tal concilio. Surgió otro movimiento sedevacantista en el Concilio Vaticano I, que aún continúa de manera fragmentada, y con algunas variantes teológicas bien sui géneris.

          De lo que se trata en este breve post es demostrar la irracionalidad de tal posición y no atacar a las personas que sostienen dicha postura, ya que a sólo Dios le corresponde juzgar. El punto de partida del sedevacantismo se centra sobre la base de la incorruptibilidad de la figura del Papa.

        Para el sedevacantista el papa es incorruptible. ¿Qué significa esto? significa que en materia de fe o de costumbre no puede equivocarse y tomar una posición diferente a la de la Iglesia, ya que al hacerlo se convierte en un hereje y queda excluido automáticamente. Si es papa, luego, no es hereje. ¿Será verdad esto?. ¿Acaso el papado aniquila la naturaleza de la persona que ocupa el cargo? Por los datos históricos de papas conocidos a lo largo de la historia de la Iglesia pareciera ser que este argumento carece de validez.

       El Papa no es Dios, es el Vicario de Cristo cuando actúa como tal. Y si se aleja de la senda del buen camino, evidentemente se aleja de Dios y de la Iglesia. En tal caso, existen mecanismos dentro de la Iglesia para alejarlo de su cargo tal como lo propone Cayetano , y si no operan estos, está la posibilidad de la legítima resistencia al mal monarca. El papado no asegura la infalibilidad si no se recurre a ésta. Por ello el Concilio Vaticano I es bien preciso en señalar las condiciones de la infalibilidad. "Síguese de aquí que las opiniones, los escritos y los actos del papa, como persona privada, no participan en manera alguna del privilegio de la infalibilidad. Así las alocuciones del Soberano Pontífice en las audiencias que concede, al igual que los breves que dirige a los particulares, no son actos ex cathedra, lo mismo que los actos doctrinales cuyo alcance es revocable o restringido. Digamos, por fin, que la infalibilidad no concierne  más que a la sola definición, y no a los preámbulos, a los argumentos bíblicos, filosóficos, históricos, que forman de ordinario como los considerados de las declaraciones doctrinales." (Curso de apologética cristiana, P.G. Devivier)

          Existe un sin número de documentos condenatorios de pontífices de la Iglesia Católica,  los cuales atematizan muchos errores, condenándolos como herejías o peligrosos para la fe. En la voz de aquellos pontífices se expresa sin lugar a dudas la dulce voz de Cristo para alejar a las almas de los peligros que agreden a la fe. Sin embargo, extrapolar dichas condenaciones a los actuales pontífices y condenándolos como si fueran herejes no es algo tan sencillo de hacer. ¿En qué radica la diferencia?. En primer lugar, quien emitió el juicio condenatorio fue el legítimo sucesor de Pedro para errores o herejías propias de la época dónde se asomaban como un peligro inminente para la fe.

         La validez de dichas condenas estaban abaladas por la propia autoridad y en representación de la Iglesia Universal. En dichas condenaciones estaba toda la Iglesia detrás del Soberano Pontífice que actuaba según su trono de Sucesor de Pedro y a nombre de Cristo. En segundo lugar, cuando se hicieron aquellas condenaciones nunca se pensó que seglar alguno podría utilizarlas a juicio propio para condenar cargo alguno eclesiástico. No fue ese su fin, empero, lo que trasciende a la condenación misma es aquello que se condena, vale decir, el error o herejía. Lo que permanece inmutable como verdad para la eternidad es la condenación al error mismo, en otras palabras, se condena tal o cual novedad para la fe quedando ésta condenada para toda la eternidad.

      Extrapolar la condenación hacia el que ocupa el cargo de Sucesor de Pedro no cumple debidamente con el fin de la condenación, más allá que existan suficientemente antecedentes que ameriten relacionar lo condenado con la novedad teológica que eventualmente pudiera estar sustentando erróneamente los legítimos sucesores de Pedro post Vaticano II. Con lo cual no quiero afirmar que valide sus errores o desviaciones, pero lo que aquí no se cumple a formalidad es el debido juicio teológico de la Iglesia que ningún fiel puede usurpar en representación de ella.

      Al fiel le compete juzgar sobre la fe en relación directa sobre su alma, y no constituirse en autoridad espontánea y hermenéutica del Magisterio Pontificio. Dios no obliga al fiel a eso, Dios nunca le pide al fiel o seglar que juzgue a las autoridades de su Iglesia. Esa función la debe cumplir la Jerarquía eclesiástica, y en su defecto, el mismo Dios la juzgará en el juicio que se haga a cada uno de los que les compete hacerla.

      El error principal del sedevacante consiste en asociar condenaciones del Magisterio Pontificio anterior de la Iglesia y aplicarlas no a la fe misma, sino más allá de ella, como ocurre en el caso de los distintos cargos eclesiásticos. Las consecuencias prácticas de una posición sedevacante son la anulación total de la sucesión apostólica y por ende de la misma Iglesia, porque lisa y llanamente, ya no existe un Pedro que confirme a sus hermanos en la fe.

     Al eliminar a Pedro elimino la roca firme en la cual Cristo fundó su Iglesia. Ya no hay confirmación en la fe por anulación misma de la autoridad que Dios constituyó para que así lo hiciera. Desaparece el papado y desaparece la Iglesia misma. Por eso no es juego negar ipso facto la figura de Pedro dentro de la Iglesia. El trigo y la cizaña siempre estarán en la Iglesia porque siempre existirá un Pedro que esté como cabeza visible del Cuerpo Místico de Cristo, a pesar que este Pedro actúe por un misterio del cielo como si no lo fuera. El sedevacantista lo que ha dejado de creer es en la Iglesia, en aquella institución formada por Cristo el cuál prometió estar con ella hasta el final de los tiempos.

       El sedevacantista confunde las peras con las manzanas al confundir la condenación del Magisterio anterior con la condenación al actual magisterio aplicada según sus criterios autónomos pero poco representativos de la Iglesia Universal. La defensa de la fe no consiste en afirmar o negar la autoridad misma del papa liberal, la defensa de la fe consiste en amar aquella doctrina inmutable y guardarla como tesoro hasta la muerte.

        El Papa no es Dios ni está libre del error o de la corrupción. El Papa nunca deja de ser hombre, y al serlo experimenta los mismos defectos de los de su especie. La asistencia del Espíritu Santo se dará si se la pide a Dios dicha asistencia. No nos olvidemos que Dios respeta las libertades de las personas, más allá de los cargos que estas ocupen. Se dice que en papado hay muchos ángeles para asistir a los papas, yo en lo particular adhiero a eso, por esos ángeles asistirán en conformidad si el alma del hombre que ocupa el cargo en la sede de Pedro no cierra su alma a ellos.

     Un caso emblemático de asistencia directa del cielo al papado fue el de Pío IX, este obispo antes de ser papa era conocido por su liberalismo y según muchos pertenecía a los grados altos de la masonería. Una vez que fue electo como Papa cambió radicalmente su postura teológica , hubo en él una especie de conversión, pero aquí debió haber habido un acto de buena voluntad de su propia parte.

     Es conocido el hecho que los masones en el momento de su funeral apedrearon su ataúd por traicionar a la hermandad, y algunos historiadores sostienen que incluso quisieron robarse el cadáver. En fin, muchas cosas pueden decirse, sin embargo, no hay que olvidarse que Dios actúa al interior del alma y que jamás pide algo que no competa al estado mismo de la persona.
      
      
           

3 comentarios:

  1. No se si son irracionales pero que bergoglio NO ES PAPA, eso es seguro, y que los anteriores desde roncalli fueron usurpadores también es seguro.

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  2. Quien se rasgue las vestiduras por bergoglio mire esto,
    un documento del 2001 en línea con el conciliábulo:



    Le peuple juif et ses Saintes Écritures dans la Bible chrétienne, El pueblo judío y sus Escrituras Sagradas en la Biblia cristiana (24 de mayo de 2001)
    [Libreria Editrice Vaticana, Ciudad del Vaticano 2001]


    http://www.vatican.va/roman_curia/congregations/cfaith/pcb_documents/rc_con_cfaith_doc_20020212_popolo-ebraico_sp.html


    https://www.youtube.com/watch?t=398&v=RlMfqlJaL-8


    el documento dice:

    "leer la biblia como la lee el judaísmo implica necesariamente la aceptación de todos sus presupuestos..... que excluyen la fe en Jesús como Mesías e Hijo de Dios."

    y en el video está JP II bajando la cabeza cuando con los judíos rezaban una oración mencionando al "mesías" que ellos esperan.

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    1. Estimado Amigo:
      Aquí no se trata quién sea verdaderamente Bergoglio , el problema en cuestión es si lo puede destituir un simple seglar. Todo lo que sea censurable de Bergoglio y compañía es repudiable, pero, eso no nos autoriza para negar su papado, ya que no representamos a la Iglesia Universal.
      El problema es usurpar funciones de un tribunal propio de la Iglesia como juez para destituir a un Papa de su cargo. Una cosas es la resistencia al mal monarca y otra muy distinta tomar el cargo de juez universal de la Iglesia para negar su trono.
      Lamentablemente los que siguen al sedevacantismo no hacen las distinciones necesarias para el gran problema teológico que nos ha tocado enfrentar.
      Un abrazo.

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