sábado, 21 de febrero de 2015

El problema del agua comienza por el egoísmo.

La era de la hidrodiplomacia

La cooperación puede frenar el aumento de los conflictos por la escasez de agua.
Estamos presenciando un auge de las crisis relacionadas con el agua. La

La era de la hidrodiplomacia

La cooperación puede frenar el aumento de los conflictos por la escasez de agua.
Estamos presenciando un auge de las crisis relacionadas con el agua. La cuenca oriental del mar de Aral se secó por completo en agosto por primera vez en 600 años. California sufre una sequía sin precedentes: va ya para tres años. Los cambios demográficos y unas actividades económicas no sostenibles están afectando a la cantidad y la calidad del agua disponible. La rápida urbanización crea una enorme presión sobre el consumo hídrico, con graves consecuencias para la salud humana y el medio. El agua se está convirtiendo en un recurso cada vez más escaso y caro, sobre todo para los pobres, los marginados y los vulnerables.
Se prevé que la demanda de agua habrá crecido más de un 40 por ciento para 2050. Y se calcula que, en 2025, 1800 millones de personas vivirán en países o regiones donde escasea el agua y dos tercios de la población mundial tendrán que pechar con un aporte de agua limpia insuficiente.
Si bien la movilización global suscitada por los Objetivos de Desarrollo del Milenio ha logrado que 2000 millones de personas dispongan de un suministro de agua mejor, 750 millones de personas siguen sin agua potable segura. Alrededor del 80 por ciento de las aguas residuales se arrojan sin depurar al mar, ríos y lagos. Casi 2 millones de niños de menos de cinco años mueren todos los años por falta de agua limpia y saneamientos decentes; 1000 millones de personas de 22 países siguen defecando al aire libre, y 2500 millones carecen de medios adecuados para la eliminación de las aguas residuales.
Por todo ello, en 2013 efectué, en nombre del Secretario General de las Naciones Unidas, un llamamiento para que se actuara sobre el saneamiento ambiental. Ha llegado la hora de romper el silencio y los tabúes que rodean a los retretes y la defecación al aire libre.
l se secó por completo en agosto por primera vez en 600 años. California sufre una sequía sin precedentes: va ya para tres años. Los cambios demográficos y unas actividades económicas no sostenibles están afectando a la cantidad y la calidad del agua disponible. La rápida urbanización crea una enorme presión sobre el consumo hídrico, con graves consecuencias para la salud humana y el medio. El agua se está convirtiendo en un recurso cada vez más escaso y caro, sobre todo para los pobres, los marginados y los vulnerables.
Se prevé que la demanda de agua habrá crecido más de un 40 por ciento para 2050. Y se calcula que, en 2025, 1800 millones de personas vivirán en países o regiones donde escasea el agua y dos tercios de la población mundial tendrán que pechar con un aporte de agua limpia insuficiente.
Si bien la movilización global suscitada por los Objetivos de Desarrollo del Milenio ha logrado que 2000 millones de personas dispongan de un suministro de agua mejor, 750 millones de personas siguen sin agua potable segura. Alrededor del 80 por ciento de las aguas residuales se arrojan sin depurar al mar, ríos y lagos. Casi 2 millones de niños de menos de cinco años mueren todos los años por falta de agua limpia y saneamientos decentes; 1000 millones de personas de 22 países siguen defecando al aire libre, y 2500 millones carecen de medios adecuados para la eliminación de las aguas residuales.
Por todo ello, en 2013 efectué, en nombre del Secretario General de las Naciones Unidas, un llamamiento para que se actuara sobre el saneamiento ambiental. Ha llegado la hora de romper el silencio y los tabúes que rodean a los retretes y la defecación al aire libre.

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