sábado, 2 de febrero de 2013

Los espías

                                                                                                                 
              Para nadie es un secreto que los países más desarrollados tienen una red de servicios secretos. Tampoco es un secreto que la misma ONU tiene su red de espías que obtienen información de los distintos países del mundo. Existen espías en las empresas, en las Fuerzas Armadas y en un montón de entidades sociales en las cuales uno menos se imagina que pudieran existir esta clase de personajes salidos de las películas de acción estilo agente 007.  
        La actual tecnología facilita muchísimo las cosas, un ejemplo bien gráfico corresponde directamente a los satélites  que surcan nuestros cielos obteniendo información valiosísima para quienes los manejan. La web es otro instrumento para recoger información e investigar sobre alguien o algo. Nunca estamos solos, existen muchísimos ojos que nos observan sin siquiera percatarnos quién lo hace. Nos miran como quien mira desde la cabeza hacia el suelo viendo pasar a las hormigas en fila a través del suelo.
      ¿Para qué nos investigan? En principio, no existe una fundamentación seria y relevante que amerite que seamos vigilados por otras personas. Pero luego nos damos cuenta que el que tiene la información posee un poder enorme en sus manos. Conocer lo que piensan las personas, cuales son sus gustos, su manera de vestir y qué gente los visita, es un útil medio para recopilar toda esa información, procesarla y orientarla hacia los caminos que más nos acomoden.
    Es práctica usual, de las casas comerciales, obtener los números telefónicos y direcciones de las personas a fin de ofrecerle un sin número de productos y créditos para  captar nuevos clientes. Los censos en los respectivos países procuran averiguar hasta lo más mínimo de las personas, su religión y el núcleo familiar que los acompaña. Toda esta información es sacada con el pretexto de parte de quienes gobiernan, para crear políticas públicas que vayan orientadas en mejorar la calidad de vida de los distintos segmentos de la población.     Mas en la práctica, lo que menos hacen los gobiernos es legislar por el bien común de los grupos más débiles de la sociedad.
      Las redes de espías están cubriendo los lugares más estratégicos del orbe. Se dedican a observar, recopilar antecedentes, informar y enviar la información a otros espías más doctos que son los analistas de inteligencia. Más de alguno de ustedes conocerán gente que fueron expulsados de trabajos sin una razón aparente. Después con el tiempo lograron entender que esa persona había hablado más de la cuenta frente a sus pares.
      Existe una escala jerárquica en la red de espionaje, que va desde los servicios de espionaje a nivel doméstico hasta llegar a las organizaciones criminales tales como los traficantes de armas, de drogas, de esclavos y de cuanto su imaginación logre crear. Muchos de esos espías hacen desaparecer del mapa a otros colegas haciendo aparecer ante la opinión pública que la causa de muerte de tal o cual persona se debió a un accidente o a causas naturales producto de una afección cardíaca.
      Los miembros de las redes de espías, en un porcentaje considerable se conocen entre sí, o a lo menos intuyen que tal o cual persona participa de su mismo oficio. Para ser espía la persona debe ser capaz de aprender códigos y claves secretas que constantemente van cambiando a fin de impedir que sean detectadas. Por lo demás, la carrera de espía dura por lo general un tiempo relativamente corto, y lo es precisamente, para proteger la integridad física y familiar de los agentes.
     En todo este mundo del espionaje siempre existe la traición, ya que la moral ha sido subordinada a la obediencia ciega a sus superiores. Como esa obediencia opera bajo un sistema de cierta coacción sobre los agentes, es fácil romper esa estructura de hierro utilizando como herramienta el poder del dinero. Quien tiene más millones puede comprar personas. Este mundo de la inteligencia es realmente repugnante, pero es una realidad que existe, y existe más cerca de nosotros de lo que nosotros mismos pudiéramos pensar. No se trata de andar paranoico, ya que el que nada hace, nada teme. Pero no es muy agradable saber que existe gente a nuestro alrededor que nos observa con otros fines que no es el de la amistad.
     Por lo demás, se gastan billones de dólares en el mundo para mantener este tipo de agentes y agencias de inteligencia. Mientras más elaborada sea la información, mayor es el gasto en obtenerla y procesarla. Si a alguien le ofrecen trabajar de espía por alguna razón en especial, mejor no lo haga si quiere llevar una vida familiar en paz.
      Mientras más globalizado se encuentre el mundo, mayor va a ser el aumento de espías en los servicios secretos. La información atomizada debe ser unificada a través de un sólo sistema de redes que sirva para gobernar el mundo desde un poder más centralizado y autoritario. A mayor concentración del poder, más necesidad de contratar agentes que suministren a ese soberano la información que necesita para poder sustentarse en su cetro.
     A medida que vaya pasando el tiempo y la sociedad se vuelva más tecnológica, el ser humano va a estar expuesto a un mayor control bajo un poder centralizado. Vamos a llegar al extremo que vamos a tener micro chips injertados a nuestra piel con GPS para observarnos desde que sale el solo hasta que se oculta. En esos micro chips va a estar codificada toda nuestra información familiar y financiera. En el fondo vamos a llevar puesta toda la bitácora de nuestra vida, pero que va a estar abierta esa información hacia gente que gobierne nuestros países y ciudades.
    Nadie va a poder oponerse a toda esta revolución tecnológica que se nos avecina. Llevar el chips no va a ser una lección, sino una obligación. Lo único que no va a poder la tecnología investigar va a ser el interior de nuestra alma, ya que ese sello sólo le corresponde a Dios. La sociedad del futuro va a ser una sociedad de esclavos, de gente sometida a sistemas cerrados de individuos que van a pretender de gobernarlo todo, sin ningún tipo de oposición y rebelión.
   Los albores del siglo XXI, nos van mostrando los dientes tan sólo lo que va ocurrir en un futuro no tan lejano. La diosa tecnología va ser el medio para esclavizarnos. La gente pensante en ese tipo de sociedad va a ser encarcelada y despreciada por agitar las masas como lo fue en el pasado Sócrates. La era de la imagen inalámbrica va a marcar un antes y un después dentro del proceso de auto aniquilación de los hijos de Adán y Eva. De la expulsión del paraíso a la esclavitud de la era tecnológica.
     Cerebro, el ratón que quería conquistar el mundo, va a ser el modelo del nuevo amo del mundo. Sin tecnología todo este espectro Orweniano no sería posible. Pero ya es una realidad que no podemos evitar. Mientras el ser humano siga reflexionando, esta situación futura se puede postergar, pero lamentablemente lo que menos hace el hombre actual es reflexionar.
    Finalmente, como siempre le digo a los que están a mi alrededor, existen los locos que dicen cosas cuerdas y los cuerdos que dicen cosas locas, en lo particular creo pertenecer a los primeros.

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