miércoles, 6 de marzo de 2013

Chile, un futuro desierto.

Chile: La Guerra del Hielo PDF Imprimir Correo electrónico
Escrito por Jorge Velasco Cruz y Marc Turrel   

Edición 128 Andes Magazine.  Avril/Mayo 2006

El proyecto minero Pascua Lama ha encendido los ánimos en el Valle del Huasco. Y no es para menos. La destrucción de tres glaciares, la contaminación de las aguas y, en definitiva, la alteración de la tranquila vida rural de la comuna de Alto del Carmen aparecen como amenazas. Aunque la empresa dueña del proyecto, Barrick Gold, diga que se han tomado todas las medidas para que ello no ocurra.

Majestuosa es la blanca montaña
Que te dio por baluarte el Señor,
Y ese mar que tranquilo te baña
Te promete futuro esplendor.”

Himno Nacional de Chile

Glaciar Esperanza ubicado en el sector de explotación de la mina.


El ambiente en el Valle del Huasco, en la Tercera Región, está tenso y muy movido. Hay incluso algunos resquemores entre sus habitantes. Entre los que están a favor y los que están en contra. Una situación que quizás no se vivía en la zona desde los eventos de El Horcón Quemado a fines del siglo XVIII. El causante: el proyecto minero Pascua Lama, a cargo de la Compañía Minera Nevada Ltda., filial de la canadiense Barrick Gold Corporation.

Los graffities en las rocas que rezan “El Agua Vale Más Que El Oro” ya son una especie de slogan para la comuna de Alto del Carmen. Como también los carteles que dicen “Barrick, Hija de Bush, fuera de aquí”, que figuran junto a los caminos de los valles del Tránsito y del Carmen, en alusión a George Bush padre, ex presidente de Estados Unidos y uno de los que se dice que son accionistas de la empresa.

Y es que desde que la Comisión Regional del Medio Ambiente (Corema) de la Tercera Región aprobó el año 2.001 el Estudio de Impacto Ambiental (EIA) para la explotación del yacimiento de Pascua Lama, se ha destapado una olla cuyos alcances son aun difíciles de vislumbrar. La población del Valle del Huasco alega que la minera destruirá glaciares, contaminará y afectará el curso de agua de los ríos y que resquebrajará, en definitiva, una forma de vida: la agricultura y la tranquilidad de los habitantes de la comuna de Alto del Carmen y de los sectores aledaños.

El Proyecto

El proyecto minero de Pascua Lama será el primero en realizarse bajo el Tratado Minero entre Chile y Argentina firmado el año 2.000 y publicado en el Diario Oficial el 7 de febrero de 2.001. Se trata, además, de la primera operación de oro binacional del mundo y consiste en desarrollar una mina a rajo abierto, ubicada entre los 4.400 y los 5.300 metros de altura, en la frontera de Chile con Argentina. En territorio chileno, las instalaciones y obras se ubicarán sobre las nacientes de los Ríos del Estrecho y el Toro, tributarios de los Ríos del Tránsito y del Carmen, respectivamente, los cuales conforman la red de drenaje del Río Huasco. La inversión estimada es entre  los US$1.400 y los US$1.500 millones y una vida útil de al menos 20 años. Se proyecta que la fase productiva de Pascua Lama se iniciará el año 2.009 y que alcanzará niveles que van entre las 750.000 y las 775.000 onzas de oro y 30 millones de onzas de plata por año. En la actualidad, la cantidad de reservas comprobada es de cerca de 17,6 millones de onzas de oro. La empresa pretende comenzar las obras el 2.006.

El proyecto se aplazó después de la aprobación del estudio de impacto ambiental, debido a la caída en el precio del oro. Pero con el tiempo aumentó el valor del mineral y de sus reservas estimadas en Pascua Lama. La empresa, entonces, decidió relanzarlo y hacer crecer la inversión en US$ 500 millones desde los US$ 950 millones originales. Claro que para ello tuvo que presentar las “Modificaciones al Proyecto Pascua Lama” ante la Corema el 6 de diciembre de 2.004, las cuales hasta la fecha de cierre de este reportaje aún no son aprobadas, pues se esperaba una resolución para el 25 de abril.
barrick
Junto con ello también se reavivó el conflicto. Si bien para los pobladores de la zona en un principio el asunto aparecía sin grandes inconvenientes, descubrieron que se les estaría ocultando información. “En las reuniones (que se deben tener con la comunidad para informar de cada proyecto) jamás ellos dijeron que habían glaciares dentro de la cuenca. Lo cual uno hacía predecir que era una empresa que tenía su imagen limpia, que venían con buenas intenciones. Pero alguien, un amigo de nosotros, en una reunión dice que qué pasa con los glaciares que hay en la cordillera y ahí despertamos todos”, señala Félix Guerrero, agricultor de Alto del Carmen y uno de los más activos opositores.  A eso hubo que sumarle que, según cuenta Félix, sólo les avisaron que podían realizar objeciones al Estudio de Impacto Ambiental del 2.001, cinco días antes de que venciera el plazo para los alegatos. “No nos habíamos reunido para nada ni sabíamos cómo operaba este tipo de licitación, porque nadie nos había dicho cómo operaban los informes de impacto ambiental, las objeciones que había que decir”, dice. Se enfrentaban a algo nuevo y sintieron que la minera, en este sentido, no les ayudó mucho.

Barrick, en tanto, intenta mostrar el concepto de “Minería Responsable”. Éste relaciona la explotación minera con el crecimiento económico y social de las comunidades cercanas al emplazamiento de Pascua Lama. Y la utilización de tecnología de punta y el cumplimiento de los más altos estándares de seguridad laboral, medioambiental y de recursos humanos.

Según los agricultores, las omisiones y errores del proyecto han generado mucha desconfianza. Por ejemplo, en su “EIA Modificaciones Proyecto Pascua Lama”, el texto dice: “La Intervención de terreno producida por las obras mayores del Proyecto sigue limitada a superficies sin vegetación y a superficies con presencia de vegetación herbácea muy escasa en la parte inferior del depósito de estéril”. Aparentemente, en el lugar de emplazamiento de la mina no habría especies con problemas de conservación. Sin embargo, este texto habría quedado en entredicho por las mismas acciones de Barrick. Se construyó una pista de aterrizaje para trasladar el mineral que se extraería en el desarrollo del proyecto. El problema es que se hizo sobre unos humedales, los cuales neutralizan la acidez del agua que va a los ríos. “El humedal es un sistema biológico que te filtra toda la toxina natural de un medioambiente. Y deja ahí todo lo tóxico y te deja pasar agua limpiecita, es como un filtro”, dice Mario Mautz, licenciado en ingeniería forestal, agricultor de la zona y opositor al proyecto. Cuando la empresa fue requerida por Andes Magazine a través de un cuestionario para responder a esta interrogante, la única pregunta omitida fue la relativa a este tema.


Manejo de Glaciares


El principal caballo de batalla en el tema ecológico es el de la remoción de glaciares. El rajo de Pascua Lama se realizará donde se ubican los glaciares Toro I, Toro II y Esperanza. Barrick pretende trasladarlos y colocarlos sobre otras masas de hielo previamente estudiadas, como el glaciar Guanaco, de 2 kilómetros de ancho y 150 metros de profundidad.  Se trataría de la movilización de 10,2 hectáreas de hielos, que representarían el  1 por ciento de la masa glaciar de la cuenca de Potrerillos.

“Chile vive en un Estado de Derecho y Barrick opera dentro de él”, nos aseguró en Alto del Carmen uno de los ejecutivos de la empresa. Lo cual en rigor es cierto. Y así lo confirma Rodrigo Rivas, gerente de comunicaciones de la minera canadiense: “La protección de los glaciares es de vital importancia para Barrick. Por esto el Estudio de Impacto Ambiental (EIA) del proyecto Pascua–Lama presentado por la compañía y aprobado por las autoridades en el año 2.001, compromete un plan de manejo de glaciares que será entregado a las autoridades durante el primer semestre de 2.005”.

Pero eso no quita que muchas veces las leyes tengan errores y permitan un rango de acción demasiado amplio. “Los glaciares no se pueden manejar. Los glaciares destruidos no se pueden recrear o reconstruir”, asegura César Padilla, coordinador internacional de la ONG OLCA y Responsable de su Área de Minería, Medioambiente y Comunidades. La entidad es experta en el manejo de conflictos ambientales y ha estado asesorando a diversas organizaciones de Huasco contrarias a la minera. “Es muy difícil traspasarle a una empresa que tiene como fin la generación de capital y la explotación minera, la conservación de un glaciar”, comenta Padilla.

El problema es que es muy difícil dimensionar una labor de esta índole que, según los ecologistas, tiene antecedentes en Siberia en la década del cincuenta, una zona donde prevalece el  hielo y que en dicha época no se encontraba en un estado tan delicado como los glaciares andinos están actualmente. Cuando le preguntamos sobre este punto, la empresa sólo se limitó a decir que “existe mucha experiencia internacional en el traslado de hielos”, sin citar mayores referencias.

Y es que cuesta mucho creer que se puedan resquebrajar glaciares con tronaduras y moverlos con bulldozers sin dañar de por sí el medio ambiente. “Las cosas que hace la naturaleza son de la naturaleza. Yo creo que no hay técnico y nunca lo va a haber tampoco, para cambiar lo que es la naturaleza”, dice Francisco Bou Barroeta, empresario agrícola de la zona y dueño de una de las pisqueras de mayor calidad. “Entonces –continúa-  la verdad que eso merece un improperio. Una aberración de ese porte, no sé a quién se le pueda ocurrir, que pueda cambiar una cosa de ese tipo y ponerla en otra parte”. Otro gran incoveniente –aludido por glaciólogos del Centro de Estudios Científicos de Valdivia- es que la generación de calor producto del trabajo minero, ayudaría a derretir los otros glaciares cercanos, además de que la emanación de polvo colaboraría en que los glaciares “enteros” disminuyan su captación de precipitaciones.

Si bien no se sabe a ciencia cierta la influencia que tienen estos glaciares en la red hídrica de la zona, sus habitantes aseguran que gracias a ellos, incluso en un largo periodo de sequía de 7 años durante la década del noventa, el agua nunca les faltó. Según Marcia Grez, una de las principales impulsoras de la organización Defensores del Valle del Huasco, el aporte de los glaciares es muy significativo. Riegan un área de 400 hectáreas hacia los Valles del Tránsito y del Carmen. Al ser destruidos, el agua que acumularían escurriría al rajo de la mina y se perdería.

A fines de enero, los glaciólogos Andrés Rivera y Francisca Bown, del Centro de Estudios Científicos de Valdivia (CECS), viajaron a la zona donde Barrick construiría la mina. Fueron como asesores de la Comisión Nacional del Medio Ambiente (CONAMA) y el Gobierno Regional de Atacama, para evaluar el aporte hídrico de los glaciares y el potencial impacto que tendría su traslado. El resultado de su estudio tiene un fuerte impacto en el plan de manejo de glaciares que Barrick debe presentar a la Corema de la Tercera Región.

Sus conclusiones no son buenas para la minera, lo que augura que el “manejo de glaciares” no será tarea fácil. Los científicos proponen, a grandes rasgos, realizar exámenes glacioquímicos, biológicos e isotópicos que permitan conocer los antecedentes históricos de los hielos y su evolución en el tiempo. A su vez, se deben efectuar estudios periódicos de temperatura, densidad y profundidad de aquellos que serán removidos y también del Guanaco y el Estrecho, ubicados en el área de influencia de la mina.


El Agua Vale Más Que El Oro

El tema del agua es fundamental para el desarrollo agrícola de la comuna de Alto del Carmen, tanto por su calidad como por su cantidad. La empresa asegura que utilizará 42 litros por segundo en el Río del Estrecho, que según Barrick equivale a un 60 por ciento del caudal de los ríos del Estrecho y Chollay en un verano seco. Pero si la situación es extrema, dejarían un caudal ecológico y ocuparían sólo 31 litros por segundo. Además, limpiarán y reutilizarán parte del agua de sus procesos mineros.

Los dardos apuntan más que nada al tema de la calidad. “Nuestro gobierno ha firmado tratados internacionales donde todos los productos agrícolas tienen que ser producidos con agua limpia. Y si a nosotros nos van a contaminar el agua con un producto químico y van a venir a sacar análisis del río y decir ‘no cumple la norma’, bueno, qué vamos a hacer como valle. Y ése es el problema. Aquí está en juego la identificación del valle. Nosotros en este momento somos las mejores uvas de Chile. Las paltas son buenas. El mejor pisco se produce aquí en estos valles. El aceite de oliva. Entonces, algún día van a decir ‘bueno su río está contaminado, todo lo que producen no sirve’”, dice Francisco Bou Ruiz-Aburto, agricultor y el mayor opositor del Valle del Huasco al proyecto Pascua Lama. Cuando hablaba, en su rostro aparecía el temor a un drástico e indeseado cambio en su forma de vida.

En la minera dicen que cualquier agua que tenga contacto con los estériles de la mina será monitoreada y que, si su condición así lo requiere, se canalizará hacia una planta para ser tratada a “a niveles aceptables para su descarga de nuevo al río”. Pero Mario Mautz critica que la cantidad de canales será muy escasa para frenar los escurrimientos. “Es una montaña de material sólido, que tiene muchos elementos en su interior. Tiene níquel, manganeso, aluminio, bario, berilio, cobalto, cromo, litio, plata, molibdeno, cobre y arsénico... Todo eso es sumamente peligroso. Y para ello dicen que van a construir una red de canales que recogen estas aguas ácidas y las llevan a una piscina de lavado de agua ácida. Pero ellos no dicen que estas piscinas, sus carpetas deben ser cambiadas a lo máximo cada cinco años, y ellos en ninguna parte del estudio lo indican, así como tampoco los grosores, para que se cumpla el objetivo de lavar agua y entregar una agua limpia”.

“Los estériles de la minera están sobre un río, lo que implica que todas las sustancias químicas hidrológicas tóxicas que se liberen por la remoción de la roca pueden ser arrastrado por la corriente aguas abajo y contaminar el agua del río que riega toda la cuenca. Es decir, la contaminación del agua es uno de los temas centrales. Por eso la consigna es que el agua vale más que el oro”, dice César Padilla, de OLCA.

La opinión de Héctor Páez, ingeniero en minas y concejal de la comuna, es distinta. Comenta que “desde mi punto de vista, antes, digamos unos tres o cuatro años antes, era la situación mucho más complicada de contaminación. Porque todo se iba a hacer por Chile. Vale decir, por el lado chileno: tranques de relave, plantas de procesamiento, campamentos, maestranza y uso del agua. Hoy, afortunadamente para nosotros los chilenos y si quiere ponerle, preocupantemente para los argentinos, se va a hacer todo por Argentina. La planta va a quedar por el lado argentino, el tranque de relave hacia el lado argentino. El campamento, hacia el lado argentino. Y la mayoría de los depósitos de estériles van a quedar ubicados en el lado argentino. El riesgo, como todo proyecto que hace el ser humano, bajó de noventa o diez o veinte por ciento”.

Aunque Barrick dé todas las garantías y realice todas las previsiones del caso frente a estos problemas, hay un tema que es prácticamente imposible evitar: los accidentes. La empresa se encuentra en etapa de ampliación del camino que une Vallenar con la mina. Esta ruta, como es fácil de comprobar al transitar por ella, está llena de curvas abruptas que exigen una conducción muy cuidadosa. Se presupuesta que se realizarán 84 viajes diarios entre camiones, autos y buses relacionados con la mina. Un probable accidente químico puede ser letal. “No tenemos gente preparada para accidentes químicos. Ni carabineros, ni bomberos ni hospitales”, asegura Francisco Bou. Eso, además de mencionar el riesgo de atropellos a gente que transita a pie o a caballo con burros y ganado vacuno con toda tranquilidad por ese camino.

A su vez, el impacto sonoro que este tránsito significa debiese ser alto en un lugar en el cual durante el día se escuchan, más que nada, las aves y el viento. La empresa, no obstante, asegura que fuera del área de operación de Pascua Lama, los niveles de ruido estarían bajo los 40 decibeles o al menos se mantendrían en los estándares actuales; es decir, entre los 42 y los 49 decibeles para las zonas pobladas . Sin embargo, en los mismos estudios previos que la empresa realizó, se midieron 75 decibeles durante el paso de vehículos. Si contamos la cantidad adicional de ellos que transitará por el Valle del Carmen, producto del proyecto, las conclusiones son obvias.

“Se acabó la paz aquí”, asegura Francisco Bou Ruiz-Aburto, quien también teme por la introducción de males como el alcoholismo y la drogadicción propios del aumento poblacional excesivo. Ejecutivos de la minera en Alto del Carmen, sin embargo, nos aseguraron que la concentración de trabajadores estará en la mina propiamente tal. Vivirán 750 personas en los campamentos ubicados en territorio nacional en la fase de construcción y entre 500 y 600 personas en la fase de operación, por lo cual quienes trabajan en la mina no vivirían en los poblados.

“Estamos seguros de que el proyecto traerá importantes beneficios para Chile y Argentina, entre estos la generación de cerca de 5.500 puestos de trabajo durante la construcción y 1.600 una vez que entre en operación. En este sentido, hay que destacar que la política de contratación de la empresa favorece a la gente de las comunidades cercanas a los respectivos proyectos”, señala Rodrigo Rivas, gerente de comunicaciones de Barrick.

Uno de los cuestionamientos reales, según fuentes vinculadas a la minería con quienes tuvimos contacto en la comuna, es que se pagan bajos sueldos a mucha de esta gente, sobre todo para trabajos que no requieren gran preparación profesional. Otra de las problemáticas es que parte importante del personal especializado sería de distintas regiones del país, lo que traería los vicios de las grandes ciudades. “Son instaladores que están una semana, dos semanas, un mes a veces que están arriba trabajando, que viven en Temuco, en Santiago, en Arica, lejos. Entonces no van a sus casas”, dice César Padilla. La distancia obligaría a los mineros y sus costumbres a quedarse en Alto del Carmen.

Un Futuro Abierto

El conflicto está despertando más allá del Valle del Huasco, después de un largo período en que al parecer las autoridades lo ignoraron. Por ejemplo, el 28 de noviembre de 2.004 varias comunidades enviaron una carta al Presidente de la República, que fue ignorada. Una omisión que dolió, como también un tratado minero con Argentina que, a juicio de los habitantes del valle, en poco o nada benefician al país o a las localidades cercanas a los proyectos mineros. “La canción nacional, yo eso es lo que le digo a las autoridades, ‘para qué la cantan si esa alta montaña ya no es de nosotros’”, dice Francisco Bou. Y continúa: “Yo estoy dolido con mi país. Mi país es el que está permitiendo esto. Las autoridades son las que están dando la pasada. La Barrick tiene todo a favor”.

No obstante, a partir de una exitosa marcha de protesta contra Pascua Lama por las calles de Vallenar el lunes 21 de marzo, que congregó a unas 300 personas, las cosas han empezado a verse un poco mejor. A fines de marzo, una serie de autoridades de la Democracia Cristiana de la Tercera Región, firmaron la “Declaración de Alto del Carmen”, en la cual mostraban su preocupación por las negativas consecuencias que el proyecto tendría para la comunidad, recomendando que éste no se apruebe mientras no dé las garantías suficientes. Pocos días después, el Intendente de Atacama, Rodrigo Rojas, anunció un viaje a la provincia argentina de San Juan –donde se construirá Lama, la otra parte de la mina-, para conversar con el gobernador de dicha región y analizar los alcances técnicos del proyecto y su impacto medioambiental.

El 5 de abril, el diputado por la Región de Atacama, Braulio Leal, afirmaba que “la explotación del yacimiento del proyecto Pascua Lama, tal como éste está planificado hoy en día, puede provocar un poderoso impacto geomorfológico, la destrucción de cabeceras de cuencas y glaciares, una grave afectación de los ecosistemas y de sus ambientes asociados, que por la baja biodiversidad son extremadamente frágiles, una contaminación química por descargas rutinarias y accidentales con cianuro, metales pesados e incluso sustancias orgánicas persistentes en los recursos de agua que tienen sus nacientes en Pascua Lama”.

También el diputado por la Provincia de Iquique, Fulvio Rossi, criticó el emprendimiento minero, sobre todo por el impacto que el traslado de los glaciares implicaría para el desarrollo sustentable de la comuna. El senador por la Tercera Región, Ricardo Núñez, se sumó a los cuestionamientos y pidió un estudio internacional que diera garantías a todas las partes.

Si bien el EIA -y por tanto el proyecto original de Pascua Lama- está aprobado, intervenciones como éstas son alentadoras para quienes llevan varios años luchando contra la mina, como los Defensores del Valle del Huasco, la Asociación de Agricultores del Valle de San Félix y la Asociación de Agricultores del Valle del Tránsito. Con este apoyo, el camino para que Pascua Lama se realice en las condiciones actuales no está completamente pavimentado. Al menos en este año de elecciones

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