Es absurdo pensar, que el futuro del mundo depende de las decisiones de dos líderes mundiales. Estados Unidos y Rusia junto con Isarael, son los países que poseen la mayor cantidad de bombas atómicas del mundo. Tres naciones, tres gobiernos, dos potencias y un mini país que se sostiene bajo el amparo de otro.
¿Habrá o no habrá guerra?, al parecer muchos creen que sí, otros, piensan que esto es un gran show para generar una inestabilidad mundial para imponer nuevas formas de gobierno en el mundo. Mientras tanto, muchísimas personas abandonan las grandes ciudades refugiándose en lugares más remotos pensando que la guerra estallará en cualquier momento. El aumento de la compra de alimentos no perecibles puede ser una buena señal que indique que se da por hecho la guerra.
¿Qué hacer?, ¿debemos prepararnos o no para la guerra?, buena pregunta que no tiene una fácil respuesta. ¿Qué nos dice la prudencia?, ésta nos aconseja estar preparados siempre frente a cualquier evento inesperado. ¿Cómo prepararse?, gran pregunta que puede tener una lista larga de grandes respuestas. Lo primero es asegurar el agua, buscar métodos caseros o tecnológicos que nos permitan asegurar nuestras fuentes de aguas. Lo segundo, seleccionar el tipo de alimento, la idea es buscar alimentos que nutricionalmente nos puedan aportar grandes cantidades de nutrientes sin sufrir ellos la descomposición propia de los alimentos. Ejemplos a seguir.
Guardar miel, frutos secos, cereales y algún tipo de proteína fácil de conservar. La imaginación e internet nos puede ayudar mucho para esto. Se supone que en una catástrofe mundial, la tierra y las aguas van a quedar muy contaminadas con materiales radios activos, que durarán siglos en disolverse o disminuir sus letales efectos. Los países más afectados dentro de una confrontación mundial son lógicamente Estados Unidos, Rusia e Israel. Son los candidatos números uno de recibir la máxima cantidad de ojivas nucleares. Al estallar la guerra, el desorden climático va a aparecer de inmediato. Esas mega explosiones, a parte de la radio actividad, van a desviar el eje de la tierra creando un desorden climático nunca antes visto en la historia de la humanidad. Cataclismos, terremotos, huracanes e incendios masivos de bosques aparecerán por todas partes.
Grupos de anarquistas, revolucionarios y hombres sanguinarios recorrerán las calles sin que nadie los detenga. La anarquía invadirá lo que quede del resto de civilización. Ejecuciones públicas, saqueos, peleas, plagas, nuevas enfermedades surgirán como volcanes en medio de la nada.
El fin de una cultura se manifestará, la cultura occidental junto a su ciencia y tecnología dejarán de existir. Miles de años de conocimiento, de esfuerzo humano por alcanzar cierto estándar de vida, y de lucha para derrotar enfermedades, y el mismo hambre que sofoca a la población por milenios, mostrarán todo su fracaso.
Los que queden vivos desearán haber muerto, y los muertos descanzarán. Ésta será la derrota del Súper Hombre, que Nietzche pregonó a los cuatro puntos cardinales de la tierra, será el fin de la cultura hedonista, la cual desaparecerá luego de beber su propio veneno. Atrás quedará el aborto, la ideología de género, las corrientes igualitaristas, y todo tipo de liberalismo secular. Atrás quedarán los movimientos animalistas, los grupos agnósticos, y la gran masonería. Será el comienzo de su propio fin.
Como monos con navajas, los que gobiernan al mundo, causarán la gran catástrofe. Ya no habrá vuelta atrás, los que sobrevivan tendrán que esforzarse significativamente para vivir en un infierno de espectros que conocieron la abundancia de bienes, pero que ahora, sobreviven sin esperanzas de un futuro que no volverá.
Fenómenos celestes se harán cada vez más visibles en el mundo, seremos el espectáculo de todo el espacio sideral, los camikazes terrícolas, trogloditas con electricidad y ordenadores personas. Basta apretar un par de teclas e ingresar un par de códigos y todo este nuevo mundo se hará realidad.
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