A tanto puede llegar la demencia del ser humano, que
llega a cometer bajesas que son muy difíciles de explicar. Me contaron del caso
de una persona que ganó mucho dinero, pero no supo en que cosa buena ocuparlo.
No halló nada mejor de encerrarse en un prostíbulo junto con unos amigos
esperando que el dinero se les acabara. Tengo entendido que el dinero les duró
por un par de semanas, ya que adentro del burdel corría la droga y no sé que
cosa más. El punto es que la persona cometió adentro tal grado de excesos que
una vez que se acabó el dinero, sus "amigos" tuvieron que ir a
internarlo a un psiquíatrico porque veía puras alucinaciones.
Lo
que empezó como una simple diversión inmoral termina finalmente en la
aniquilación mental de una persona. Es triste escuchar historias así en
especial cuando uno ha conocido a las personas que se ven involucradas frente a
tales excesos producto de una mente obcecada con lo sexual. El resultado
siempre es el mismo cuando ocurre este tipo de cosas. La persona termina siendo
víctima de sus propios vicios. La imprudencia, el placer y el desorden son los
vehículos que llevan al alma engañada por sus caprichos hacia el abismo de la
existencia.
Santo
Tomás de Aquino en la Suma Contra Gentiles nos da una serie de consejos para
actuar sabiamente en la vida, veamos que nos dice el santo:
Capítulo
I
"
Mi paladar saboreará la verdad, y mis labios detestarán lo impío. El uso de la
mayoría, que considera el filósofo que se ha de seguir al poner los nombres, ha
establecido comúnmente que se llama sabios aquellos que ordenan las cosas
rectamente y las gobiernan bien. De ahí que, entre otras ideas que los hombres
conciben del sabio, afirme el filósofo que es propio del sabio el ordenar. Es
necesario que la regla para el gobierno y orden de todo lo que ha de gobernarse
y ordenarse a un fin se tome de ese mismo fin. Y el fin de cualquiera cosa es
su bien. De donde vemos, en las artes, que gobierna y es como príncipe de otra
aquella a la cual pertenece el fin de ésta. Así el arte de la medicina rige al
arte farmaceútica, y la ordena, en razón a la salud, acerca de la cual versa el
arte de la medicina, es el fin de todas las drogas que prepara el arte
farmaceútica. Y lo mismo aparece en el arte de la navegación respecto al arte
de la construcción de naves.; y en el arte militar respecto del arte ecuestre y
de todos los aparatos bélicos. Los cuales artes, pues, se llaman rectoras o
arquitectónicas, como que son artes principales; por lo cual los artífices de
ellas, que se llaman arquitectos, reclaman para sí el nombre de sabios, y de
este modo se dice: Como sabio arquitecto puse el cimiento. Más el nombre de
sabio, así en absoluto, se reserva para aquellos cuyo estudio versa acerca del
fin de todas las cosas, que es también el principio de todas ellas. Por lo cual
según el filósofo( en el lugar citado) es propio del sabio considerar las
causas más sublimes.
Ahora
bien, el fin último de cualquiera cosa es aquel que se propone su primer autor
o motor. Y el primer autor o motor del universo es un entendimiento, como se
demostrará más abajo. Por lo tanto es preciso que el fin último del universo
sea el bien del entendimiento, y éste es la verdad. Es necesario, pues, que la
verdad sea el último fin de todo el universo, y que la sabiduría insista
principalmente en la consideración de la totalidad de las cosas y de su fin. Y
por esto la divina sabiduría encarnada dió testimonio de que había venido al
mundo para manifestar la verdad, diciendo:" Yo para esto nací, y para esto
vine al mundo, para dar testimonio de la verdad". Pero aún el filósofo
determina que la filosofía primera es la ciencia de la verdad; no de cualquiera
verdad, sino de aquella que es el origen de toda verdad, es decir, aquella que
se refiere al primer principio del ser de las cosas; de dónde se sigue que
también la verdad de la filosofía es el principio de toda verdad. Pues la
disposición de las cosas en la verdad es la misma que en el ser.
Pero
es propio de una misma cosa afirmar uno de los contrarios y rechazar el otro;
como la medicina produce la salud y excluye la enfermedad. Por lo cual, así
como es propio del sabio meditar la verdad, principalmente acerca del primer principio
y discurrir acerca de las demás cosas, así también es propio de él impugnar la
falsedad contraria. Por lo tanto está indicado convenientemente, por boca de la
sabiduría en las palabras que citamos, el doble oficio del sabio, a saber:
meditar la verdad divina, que es la verdad por antonomasia, y una vez meditada
hablar de ella, a lo cual se refiere cuando dice: Mi paladar saboreará la
verdad; e impugnar el error contra la verdad, que esto significa y mis labios
detestarán lo impío, pues por impiedad se designa la falsedad contra la verdad
divina, falsedad que es contraria a la religión, que también se denomina
piedad, de donde la falsedad contraria a ella toma el nombre de impiedad."
Comentario:
¿ En definitiva en qué consiste la sabiduría? Para Santo Tomás consiste en
ordenar todos los actos hacia el fin último de nuestra vida que es Dios. Desde
el momento que el alma subordina ciertos actos a un bien particular y no a
Dios, en ese preciso instante nos alejamos de nuestra felicidad y quedamos
expuestos a la corrupción y al mal. El hombre sabio no puede ser un bicéfalo,
un hombre con dos cabezas y dos voluntades yuxtapuestas una de la otra.
Tiene
que haber una concordancia total de nuestro ser respecto hacia el fin último
que perseguimos. De allí la importancia del conocimiento de la verdad, que es
el bien del entendimiento como nos lo dice el propio Santo Tomás. Nuestra
felicidad siempre deberá estar subordina a este fin, de allí que los bienes
intermedios no pueden ser un óbice para llegar al conocimiento del fin hacia el
cual debemos acceder, si es que verdaderamente queremos ser felices.
Respecto
al caso de la persona que malgastó su fortuna en prostíbulos, él subordinó su
ser hacia un bien sensible aparente, alejándose de su fin último hacia el cual
debiera acceder. Por consiguiente, fue víctima de su propio egoísmo que lo
llevó al extremo de llegar a un estado de locura.
Desconocer
de dónde venimos y hacia dónde vamos es en el fondo cavar nuestra propia tumba,
enterrando de partida nuestra felicidad futura. La obcecación en el apetito
sensible nos empuja a adherirnos al error hasta la médula de los huesos. Y
lamentablemente, es común caer en este tipo de fango que pudre nuestra alma.
Finalmente,
nunca es tarde mientras tengamos vida de meditar la verdad y adherir a ella
pese a nuestras debilidades y falencias humanas. Ya que Dios es Caridad, puesto
que Dios es amor que espera siempre a aquél que lo invoca.
Santa Faustina Kowalska (1905-1938) recogió en su diario las palabras que, en oración, escuchó directamente de Nuestro Señor Jesucristo, entre otras:
ResponderEliminar"Soy Santo, tres veces Santo, y siento aversión por el menor pecado. No puedo amar al alma manchada por un pecado, pero cuando se arrepiente, entonces Mi generosidad para ella no conoce límites. Mi misericordia la abraza y justifica. Persigo a los pecadores con Mi misericordia en todos sus caminos y Mi Corazón se alegra cuando ellos vuelven a Mí. Olvido las amarguras que dieron a beber a Mi Corazón y Me alegro de su retorno. Di a los pecadores que ninguno escapará de Mis manos. Si huyen de Mi Corazón misericordioso, caerán en Mis manos justas. Di a los pecadores que siempre los espero, escucho atentamente el latir de sus corazones [para saber] cuándo latirán para Mí. Escribe que les hablo a través de los remordimientos de conciencia, a través de los fracasos y los sufrimientos, a través de las tormentas y los rayos, hablo con la voz de la Iglesia y si frustran todas Mis gracias, Me molesto con ellos dejándoles a sí mismos y les doy lo que desean" (Diario, nº 1728).
Saludos al fraile amigo,
Übersetzer
Estimada Amiga:
ResponderEliminarMuchas gracias por sus comentarios. Dios quiera que todos nosotros lleguemos al arrepentimiento total de todos nuestros pecados. Dios nos pide un corazón constrito y arrepentido.
Hay que rezar mucho en especial por los que pecan con mayor gravedad.
Un abrazo.