CASTIGADOS POR NACER EN CHILE      

   

                                La invasión de inmigrantes no se detiene en Chile. La clase política obedeciendo órdenes de sus superiores de la ONU abrió todas las fronteras. La delincuencia y la miseria se convirtió en el flagelo social número 1. La población chilena está consternada y atemorizada ante la avalancha de gente de otros países. Todos saben, que más tarde o temprano, serán despojados de sus casas y propiedades frente a este recambio poblacional nunca antes visto en la corta historia de este angosto y largo país llamado Chile.

                                Las antigua disyuntiva si las Fuerzas Armadas deben ser obedientes al gobierno de turno o se deben a la Nación- entendiendo a ésta con toda sus tradiciones y herencia culturales- ya no tiene sentido. La obediencia absoluta se da al gobierno de turno y a una " DEMOCRACIA FICTICIA" que se presenta llena de irregularidades en todo su ejercicio. Todo está consumado en un proyecto global de una élite que obedece a una plutocracia internacional. 

                                 El objetivo final de todo esto es controlar el Estrecho de Magallanes, el acceso al agua y las grandes reservas de minerales que tiene Chile. La Antártica es un lugar muy estratégico que debe controlarse cuanto antes por intereses foráneos. La ruta al pacífico debe ser asegurada. El Canal de Panamá en cualquier momento puede ser destruido por potencias enemigas a los intereses de otras. La geopolítica mundial se está rearticulando, de tal manera, que países como Chile deben desaparecer como NACIÓN INDEPENDIENTE, para luego subordinarse a una nueva estructura de política de refundación de nuevas fronteras.

                               El antiguo pueblo chileno, valiente y patriota fue reemplazado por una generación de jóvenes apátridas, enemigos de todo lo NACIONAL, enemigos de las TRADICIONES, y enemigos del trabajo y esfuerzo personal. La suerte está echada, nadie se va a oponer a la refundación del país, nadie llorará su historia, nadie honrará a sus héroes, ni a las epopeyas pasadas. Lo que queda es emigrar a otras tierras extranjeras, asumiendo y llevando en la frente la marca de la cobardía. La vergüenza de haber entregado el hogar. 

                            Estas líneas las escribo no para llorar, ni siquiera para enarbolar algún tipo de bandera, sino para enrostrar, que todo un pueblo entregó  su corazón a una clase política que lo ignoraba y tal vez, en el fondo, de alguna manera lo despreciaba. Chile cavó su propia tumba, y ni siquiera lloró lo que enterró. En el exilio susurrarán en nuestros oídos las voces de nuestros héroes, enrostrándonos nuestra felonía. VIVA CHILE !.