jueves, 7 de febrero de 2013

Ovnis


 
           Para muchas personas los seres de otros planetas existen y son una realidad tan tangible como sus familiares. Siempre recuerdo algunas tertulias sobre este tema en el campo mirando las estrellas y la luna. No quiero que crean que en medio de la conversación deambulaba el vino y uno que otro comistrajo. Toda la tertulia era sin alcohol y muy seria sobre este tema.
       El primer argumento a favor de los extraterrestres es la propia existencia de la humanidad. ¿cómo puede ser posible que los seres humanos seamos los únicos habitantes de este universo infinito? En otras palabras, si existe el hombre también debe existir la vida en otros planetas.
     Debo decirles que esta clase de argumento es muy débil, ya que no podemos desprender necesariamente por nuestra propia existencia, la existencia de otros seres. No les niego que muchas personas fenotípicamente hablando parecen seres  de otros planetas, pero que lo parezcan no quiere decir que lo sean. Al igual que muchas personas se parecen demasiado a los monos sin serlos, ni  su similitud es el nexo con el  eslabón perdido que haga que justifique la teoría de la evolución.
   De todos los años que llevó viviendo en el campo jamás he visto nada extraño ni he sabido de personas que hayan sido abducidas. Los que más aparecen en las noches estrellas son los satélites, algunas estrellas fugaces y uno que otro avión. El firmamento no acusa nada, nada fuera de lo común. Ni ovnis, ni invaciones extraterrestres ni seres con la cabeza grande y un solo ojo.
   Sobre el tema existe una importante cantidad de videos y literatura que recibe como beneficio mucho dinero. Charlatanes abundan en todos los países del orbe. Es más fácil creer en los ovnis que darse el trabajo de obedecer la ley de Dios.
    Nunca he tenido la oportunidad de ver restos de objetos voladores, ni cuerpos de alienígenas ni vestigio alguno de seres interplanetarios. Siempre se caricaturiza a los extraterrestres con unas tremendas cabezas, al modo como se concibe al hombre del futuro debido a su gran capacidad intelectual. Lo que hace que alguien sea inteligente no implica necesariamente que físicamente la cabeza sea lo más desarrollado del cuerpo. O si no, los elefantes nos llevarían con creces la delantera. La testa de los elefantes es tremenda, pero su capacidad cognitiva es inferior a la del ratón.
    Siempre recuerdo una conversación que tuve con una persona de religión mormona que me quedó dando vueltas en mi estrecha nuez. El misionero mormón me afirmó que para su religión, al final de todo el proceso  evolutivo el hombre iba a convertirse en un dios. Y yo le pregunté ¿ cómo podía ser eso? y el me dijo que cuando el hombre llegara a su madurez , cada uno de nosotros iba a gobernar un planeta siendo el dios de esa parte del espacio. El fin del hombre para ellos es ser "dios" de un planeta en el espacio infinito. Pero ¿ qué clase de dioses son esos que se multiplican por millares? ¿ qué diminuto poder puede ser ese dónde lo compartan muchos?, habrá tantos dioses como hombres que existen en la tierra.
    Con la conversación anterior pensé que mucha de la literatura extraterrestre puede estar alimentada por ciertas ideologías de sectas como los Santos de Los últimos Tiempos. Al final para este gente los seres de otros mundos fueron hombres en un comienzo que evolucionaron y abandonaron el planeta hace millones de años, dejando ciertas obras como recuerdo de su paso por la tierra. Un ejemplo de esto lo constituyen las Pirámides Egipcias, Los Moais de Isla de Pascua, y si ustedes quieren agregar de su cosecha, el fracasado calendario Maya.
      La imaginación da para mucho, como también da para mucho los tontos que siguen estas cosas sin pie ni cabeza.

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