Hace unos meses atrás mes prestaron este libro para que lo analizara y leyera. Me preguntaron si yo creía en una conspiración mundial para apoderarse del mundo. Más de alguno que lea esto se acordará de unos dibujos animados llamado Pinky y Cerebro. Cerebro el pequeño ratoncito lo único que quería era apoderarse del mundo, deseaba ser adorado por el mundo, esa era su leiv motiv.
Más allá de las anécdotas al respecto, el tema parece ser muy serio. Quien haya tenido la oportunidad de leer Los Protocolos de los Sabios de Sión, podrá entender mejor el problema. Refresquemos nuestra memoria. En los Protocolos se nos dice que existe una pretención por siglos del pueblo judío para apoderarse del mundo, a fin que las promesas mesiánicas se den por cumplidas en ellos. No nos olvidemos que la fundación de la Gran Masonería de Inglaterra 1717 fue constituída con este fin.
No nos olvidemos que la Revolución Francesa en 1789 llevó a la práctica todas las propuestas de la masonería. Después vino la Revolución Rusa, La Primera Mundial, La creación de la Sociedad de Naciones, La Segunda Guerra Mundial, el nacimiento del estado de Israel por orden de la ONU, etcétera, etcétera.¡ Qué duda cabe! Si se unen los puntos históricos del plan judeomasónico, nos daremos cuenta que todo calza a la perfección.
Si alguien tiene alguna duda de que esto no es así, comprúebelo hablando en contra del "Holocausto" y verá cómo los poderes fácticos de la Conspiración mundial operan. Le pasó en Argentina al Monseñor Willliamson (FSSPX). Fue expulsado de un país donde nadie es expulsado- (para los que no lo sepan, Argentina tiene la colonia judía más grande de Sudamérica, y tal vez, una de las más grandes del mundo) Usted puede hablar de todo, contra Dios, contra La Iglesia católica, contra todo lo que se le pueda ocurrir, pero menos podrá hacerlo contra los judíos, si no cree vea lo que le pasa al pobre Mel Gibson.
Pero vayamos al libro en cuestión. Daniel Estulin, un periodísta Ruso pero nacionalizado canadiense, por motivos muy especiales que son relatados en el libro, tuvo acceso a unos documentos que daban cuenta que existía una conspiración mundial que se estaba gestando en un club denomindo " Club Bilderberguer". Al principio Estulin fue bastante excéptico acerca de lo que se le decía, pero empezó a investigar por la innata curiosidad que tienen los periodistas. Concurrió a cubrir una de las reuniones del Club, y se encontró con la gran sorpresa que a ella concurrían los personajes más influyentes del mundo, en especial, ex mandatarios, ministros, dueños de diarios, revistas, medios de comunicación masivos en general, directores de agencias de inteligencia, ricos de todo el orbe. Pero lo que más le llamó la atención, que pese a la importacia de la reunión, que era por varios días, la prensa blindaba estas reuniones no dándole mayor cobertura,
Más aún, la cantidad de guardias impedía cualquier acercamiento de curiosos. Después de esto, por antiguos contáctos con agentes de la KGB de su país de origen, recopiló muchos antecedentes que daban cuenta de las reuniones del Club, de las órdenes de éste, y de un sin número de agentes de espionaje y contraespionaje que se encontraban por el mundo para canalizar los planes del Club. Con toda esta información, su vida empezó a correr peligro, empezó a diambular de un país a otro para despistar a los espías que lo seguían.
Lo que más me ha impactodo de todo lo que les cuento es que la historia parte por hechos fortuitos que le ocurren a un periodista, que no conocía en nada que algo así se estuviera gestando a nivel mundial, y eso es lo más escalofriante de la cuestión. Somos ratones de laboratorio de un grupo de inescrupulosos que trabajan para que que el anticristo gobierne al mundo. Su reinado será breve, de tres años y medio, como nos dice el Apocalípsis, el que tenga oídos, que escuche y vea las señales de los tiempos.
Felicitaciones Daniel Estulin, por tu valentía y coraje de enfrentar a los poderes fácticos de este mundo. Tu libro servirá de alerta para muchos que todavía creen que las profecías acerca del fin de los tiempos, son cuentos de viejas de Lacunza, Castellani o de todos los antiguos católicos que existen en el mundo en un número muy reducidos. Si alguno tiene la oportunidad de conocer a alguno, más vale que lo escuche.
Acerca del llamado "club bilderberg" vale recordar que, en las décadas del setenta y ochenta, varias publicaciones dieron cuenta de su existencia y el propósito que usted señala.
ResponderEliminarPero, más allá de la realidad del club y sus fines, como de los demás puntos que usted cita, lo cierto es que la actual globalización parece la vía más apropiada para una acumulación mayor de poder -lease dinero- en un número cada vez menor de grupos o personas.
Así como para hacer uso de ese poder sobre un número cada vez mayor de personas y territorios en un tiempo cada vez menor y también a un menor costo.
Y precisamente la línea de acción que sigue el ejercicio de ese poder -léase medios de comunicación de todo tipo- pone de manifiesto el propósito de gobernar el mundo mundanamente.
De ahí que fundadamente debemos presumir que la Vuelta está cerca.
Saludos. Tomista Medio Ilustrado -pero bastante mirón, en la línea de Aristóteles-.
Estimado Amigo:
ResponderEliminarLa realidad nos va enseñando el camino que siguen los enemigos de Cristo. Basta ver las leyes que nacen a partir de la ONU, esas leyes por una red Jerárquica mundial son introducidas en cada uno de los países.
Un abrazo.
Fraile amigo:
ResponderEliminarMe parece que una idea que queda a tiro en su reflexión radica en el poder de esa red para trastrocar el sentido de todas las cosas.
El "profeta" G.Orwell en su conocida "1984" tiene una expresión memorable de la propaganda dirigida a manejar hasta la conciencia: "LA GUERRA ES LA PAZ".
Y digo "profeta" porque hoy día, por ejemplo, parecería que quieren inculcarnos la media inversa de "sí a la vida, no al aborto"
Y digo "media inversa" porque quieren convencer al "hombre común" de la certeza de esta expresión: "sí a la vida, sí al aborto".
Ya hace tiempo nos inculcaron que todos tienen derecho a rehacer su vida, diciéndole sí al divorcio -claro que los que no podían rehacerla eran los divorciados a la fuerza por voluntad del otro cónyuge y los hijos de los divorciados-.
También nos convencieron de que la "libertad de expresar las ideas" era inclousiva de cualquier suerte de expresión.
Por sus frutos los conocemos: destrucción de la familia, de modo que hombres y mujeres andan solos frente al Estado o frente a ese grande y oscuro Poder global.
De otro lado, amén de haberse desvirtuado totalmente el concepto de obscenidad, hasta se ha perdido la idea del pudor, cuando no es objeto de burla su expresión.
Saludos.
G.Chester
Estimado Amigo:
ResponderEliminarRecuerdo con verguenza cuando asistí a una conferencia de mi profesor de metafísica. El doctor sostuvo que no había una red en el mundo de agentes del mal. Había mal, pero no concertacionado a través de una red. La realidad me dice lo contrario, basta ver el encumbramiento de las ideas masónicas en la ONU, para darse cuenta que esto no es algo que nazca aislado y por generación expontánea.
Al generoso fraile que tiene a bien hospedarnos y a todos los que suelen hospedarse en esta Academia:
ResponderEliminarYo no creo en las brujas pero que las hay, las hay.
Traduzco: yo no creo en un gobierno mundial pero:
¿será posible que cada vez que recibo un correo electrónico de una organización anti-aborto, pro-familia, católica tradicionalista y hasta el Instituto de Filosofía Práctica me aparece el cartelito "este mensaje es muy sospechoso para nuestros filtros de smart screen ..."?
¿estoy un poco paranoico o ando bien rumbeado si sostengo que de ahí a que alguien nos persiga a través de la red media un paso?
¿nos estará leyendo Big Brother?
Un abrazo.
Garra de jaguar.
Estimado Amigo:
EliminarBasta ver la jurisprudencia que se teje a nivel mundial. La creación de los tribunales internacionales, a los cuales deben estar suscritos los llamados "países libres" bajo amenazas de sanciones económicas y cuanta macana. Y la famosa ley de patente de los alimentos transgénicos.