08 de agosto de 2014 • 07:01
Denuncian
nuevos ataques con "droga de contacto" en el Metro
Un
segundo caso de ataques con "drogas de contacto" es lo que denuncia
una joven universitaria en el Metro de Santiago en un modus operandi muy
similar a lo afirmado hace unos días por otra mujer que denunció que un
ciudadano, presumiblemente colombiano, la habría atacado a la salida del Metro.
(TERRa.cl)
Por
RICARDO FRANCINO SALDIVIA
Impacto
provoca la aparición de, al menos, una
nueva denuncia relativa a los ataques con “drogas de contacto”, “escopolamina”
o “burundanga”, en
distintas estaciones del metro de Santiago, hechos en
que dos jóvenes
mujeres han sido víctimas de ataques por parte de
personas que por su aspecto y acento, no serían chilenas.
Los
ataques se habrían producido en el interior e inmediaciones de estaciones de
Metro.
Hace unos días una joven denunció a
través de un mensaje de voz viralizado a través de Whatsapp, que en la
estación Universidad Católica, un hombre que se identificó como “Marcos”
y que dijo ser de nacionalidad colombiana, habría atacado a la mujer con una
“droga de contacto”, la que le habría provocado mareos, pérdida de conciencia y
diversos problemas que la obligaron a acudir a un centro de salud donde se le
habría diagnosticado que estaba bajo los efectos de una droga, traspasada de
forma maliciosa por un tercero.
Ahora se hace pública una segunda
denuncia del mismo tipo,
siendo esta víctima una joven universitaria de 20 años, quien en momentos en
que transitaba por la línea 5 del metro capitalino, sufrió el acoso y ataque de
un desconocido, “yo me subí en Carlos Valdovinos y tenía que llegar hasta el
metro Rondizzoni. Ese día y tal como puse en Facebook andaba muy normal con
jeans, zapatillas y una polera azul, andaba media cansada y siempre iba mirando
al suelo. Al rato me
fijé que un tipo me iba haciendo señas -como de saludar gesticulando- y me
decía “hola”, pero yo no pesqué pues no iba a andar conociendo
a un tipo en el metro”, señala.
El relato de la joven con TERRA.CL continúa
afirmando que: “Cuando
me bajé en la línea 5, en la estación Santa Ana, el tipo se bajó conmigo y me
agarró la mano y yo no lo pesqué pero luego insistió y me dijo
algo como “oye, te
quiero decir algo porque te vine mirando todo el metro, tienes un cuerpazo y te
encuentro que eres súper linda y te quería preguntar algo”,
pero yo seguí caminando y me preguntó: “¿cuánto te puedo ofrecer?, un
departamento para ti, efectivo, dinero, una cuenta para ti” y yo le dije que me
dejara tranquila. Ahí
como que me tomó más fuerte del brazo y yo me arranqué y él me siguió y en la
parte baja de la escalera como que empezó a acorralarme y ahí me tocó la cara
varias veces”, señala la joven aún shockeada por el hecho.
“Ahí recordé el audio que había escuchado de
esta niña en el metro de la Católica y mi
reacción fue la de correr, subir las escaleras y quedarme donde se ponen los
guardias y lo vi que desapareció” relata la joven estudiante
universitaria.
La joven afirma que luego de unos
minutos y sin haberle dado cuenta del hecho a los guardias de la estación bajo
al andén y cuando estuvo segura que el desconocido no estaba alrededor
continuó su viaje: “Cuando
estaba por el metro Toesca me empecé a sentir muy mal, estaba mareada, con
ganas de vomitar, muy fatigada así que me bajé del metro y estuve sentada un
buen rato y recién después pude devolverme a mi casa”. En su
hogar prosiguieron las molestias durante todo el día.
La universitaria alcanzó a observar
ciertos detalles del desconocido, los que podrían servir para evitar eventuales
nuevos ataques, “el tipo usaba lentes de sol como el clásico de los
reaggetoneros y tenía rasgos como de centro americano. Usaba jeans oscuros, era moreno
y alto, de aproximadamente 1,80 o 1,85. La verdad es que no
tenía mucha pinta de chileno y tenía un acento extraño pero no podría definir
de qué país, un bolso negro en la mano”.
La joven hizo un llamado para que otras
mujeres e incluso hombres tuvieran más cuidado en situaciones similares: “Desconfíen, no dejen que los toque
nadie, ni que acerque sus manos a la cara, ni que se les
acerque mostrándoles un bolso o una billetera, porque en el cierre de estos el
polvo sale volando y ustedes serán quienes luego estarán colaborando en todo
acto de estos infelices” afirmaba en su Facebook.
La joven además afirma que su interés
es prevenir situaciones como la suya y que nadie tenga que pasar por esto
nuevamente, hecho que se suma al de metro Universidad Católica y en redes
sociales se hablan de otros caos no confirmados en las estaciones, entre ellos
uno en metro “Mirador de La Florida”.
“Yo tuve suerte… No quiero que nadie me cuente casos de
esto, quiero prevenirlos con esta publicación, quiero que nadie tenga que pasar
por esto nuevamente. Favor difundir. Uds. podrían salvar a un
ser querido de vivir algo así” cierra su posteo en la red social.
Otra muchacha, Ivonne, también fue víctima de un
hecho extraño que guarda cierta relación con las denuncias
anteriores, primero a través de Facebook y luego en conversación con TERRA.cl exteriorizó
sus pensar: “Yo tomé el metro
en estación Mirador y un
tipo de metro 80 moreno, bien vestido y arreglado me empezó a
decir que era preciosa y sexy. Me subí al metro y se puso a conversarme al oído
sobre sexo ofreciéndome de todo con detalles obscenos… me bajé en Baquedano y
él hizo cambio de andén de vuelta”, denuncia la joven.
Dice que en el momento se puso muy
nerviosa sufriendo una crisis de pánico de la que solo pudo recuperarse horas
después, cuando finalmente pudo tomarle el peso a lo que le pasó, afirmando que
era moreno pero no negro
y reconociéndole cierto acento extranjero: “Él quería tocarme las manos y después la
cara como para ‘hacerme cariño’ pero yo lo saqué del brazo”, finaliza la
joven.
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