viernes, 8 de agosto de 2014

Ella miente o se equivoca

de agosto de 2014

Ella miente o se equivoca

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Licenciada en Filosofía.
O miente o se equivoca; pero la ambigüedad de sus declaraciones (e incluso sus omisiones) dan pie para suponer que lo hace de mala fe. Porque si mientras era candidata se podía justificar que protegiera su capital político con el silencio, en su condición de Jefa de Estado es imperdonable que anteponga su popularidad a la responsabilidad que le cabe por los costos sociales y económicos de las reformas estructurales que pretende impulsar.
Ella… ella ostenta el cargo más importante de la nación; y si pretende liderar cambios radicales como los que se discuten, lo menos que se puede pedir es que  conduzca el proceso; y no que se limite a observarlo como espectadora, para hacer de cuando en cuando una que otra declaración insulsa que raya en la mentira. Sobre todo, si la desprolijidad con que han sido pensados esos cambios (porque éste no es sólo un problema comunicacional), enrarece el clima político y repercute negativamente en la economía.
Miente, o contradice a su ministro de Hacienda, cuando señala, a propósito del Imacec, que la cifra “confirma lo que hemos dicho desde que llegué a Chile, que la economía venía en un proceso de desaceleración y que esto se manifestaría con mayor fuerza este año”. Porque si hay algo que el Gobierno y Hacienda repiten hace rato, es que la economía va de menos a más.
Ella miente o se equivoca cuando dice, por ejemplo, que “con la reforma no se van a cerrar colegios”. Porque aunque la educación subvencionada no se cierre por decreto, es evidente que las cosas estaban pensadas para matarla por asfixia. Cuando ella asegura, además, que los colegios “van a tener más recursos” y no dice nada respecto del tiempo que tardará el Estado en reemplazar el dinero que genera el copago, ni aclara que la subvención estatal seguirá siendo paupérrima… engaña.
Ella miente, ¡y de manera descarada!, cuando permite que se diga que la reforma electoral tendrá costo cero. Y es difícil suponer que lo hace bienintencionadamente, si el proyecto que se envía al Congreso no lleva adjunto (como se hace con cualquier proyecto) un informe financiero.
Miente, o contradice a su Ministro de Hacienda, cuando señala, a propósito del Imacec, que la cifra “confirma lo que hemos dicho desde que llegué a Chile, que la economía venía en un proceso de desaceleración y que esto se manifestaría con mayor fuerza este año”. Porque si hay algo que el Gobierno y Hacienda repiten hace rato, es que la economía va de menos a más.
Y no se trata, como es obvio, de enjuiciar moralmente a Bachelet, cuyo fuero interno desconozco, sino simplemente de hacer notar que, desde el punto de vista político, su liderazgo es de papel.

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