Voy a comenzar este post hablando de mi amiga la lombriz. Efectivamente lo ha sido. Este animalito relata parte de la historia de mi vida. Y aunque ustedes no lo crean, la lombriz cambió mi vida.
En el campo donde vivo se producían muy pocos vegetales y los frutales que habían tenían escasos frutos. Tras años de tratar de mejorar esta situación y ya muy decepcionado y abatido por la situación decidí buscar la causa de tan magros resultados. No faltó quien me dijo que todo se debía a una maldición. Pensé en esta posibilidad como una causa real y decidí bendicir mi campo. Junto con esto contraté a un investigador especialista en edafología para que hiciera un análisis completo de todo mi suelo, en paralelo además analicé las aguas.
Después del estudio de suelo, el investigador me llama por teléfono y pide tener una reunión conmigo para entregarme los resultados de su investigación. Lo primero que me dijo en la reunión antes de entregarme el informe es que me tenía malas noticias. Sin darle más tiempo para pensar al sabio de suelos, le dije que me dijera inmediatamente sus concluciones sobre el estudio. Empiece a decirme las malas noticias- le manifesté- no se preocupe, tengo el cuero duro. Bien, me dijo, lo que pasa es que usted tiene un suelo muerto, no tiene nada en el suelo, no tiene vida. En resumidas cuentas le mataron el suelo. Cuando recibí la noticia sentí una sensación de agrado que hizo que mirara a mi interlocutor fijamente a los ojos y estrechara fuertemente su mano dándole las gracias por su valiosa información.
El profesor no podía entender mi euforia y mis agradecimientos a su persona. Tal vez el hombre pensó que me estaba mofando de él, pero de verdad no era este mi norte. Cuando recibí la noticia, recibí en ese instante la respuesta que buscaba sobre los malos resultados que había tenido en mis siembras. Supe en definidas cuentas la verdad sobre mi situación. Inmediatamente comprendí que los que habían matado mi suelo eran antiguos arrendatarios de la tierra que habían ocupado productos tales como el malation y el paration, además de tremendas cantidades de urea que había causado un exceso de sales lo que trajo como consecuencia la esterilización casi total de la tierra.
Con la información anterior, comencé un estudio muy serio sobre abonos orgánicos que me ayudaran a mejor mi estructura de suelo y a su vez favorecieran a la fertilidad del mismo. Y así llegué a la lombriz. Comencé a trabajar con este animalito haciendo una serie de ensayos. Incluso inyecté frutales con su famoso humus líquido obteniendo muy buenos resultados. Optimicé además los procesos de producción de humus haciendo humus líquido permanente a través de un proceso de lixiviación. Todo lo anterior lo empecé a hacer con alta tecnología y de manera automática.
Las propiedades organolépticas y sinolépticas comenzaron a dar sus resultados evidentes en los vegetales. Mejoró el color, el tamaño y el sabor de los frutos. De hecho, una vez tenido estos resultados comencé a especializarme cada vez más en la vida de este animalito. No en vano era considerado en el antiguo egipto como un dios o un semidios. Había una prohibición absoluta por parte del faraón de matar a este animal.
¿ Cómo llegaron los egipcios a conocer las bondades de la lombriz? Ellos se dieron cuenta que después de las crecidas del Nilo, en las tierras aledañas, quedaban muchos restos orgánicos que estaban plagados de lombrices teniendo como características muy especial el color negro de la tierra. En esas tierras aledañas al río se producía de todo, trigo, frutales etcétera. Tal es así que cuando venían los períodos de escasez de alimentos que tan bien nos relata el Antiguo Testamento, se debía como factor principal, que el río Nilo no había tenido desborde sin inundar las tierras aledañas eliminando la fertilización natural que causaban sus crecidas.
Muchos consideran a la lombriz como el arado natural de la tierra, ya que ella cava túneles que ayudan a airear los suelos dándole a las raíces de los árboles el oxígeno necesario que éstas necesitan para sobrevivir. Siempre cuando veo las lombrices pienso en que tarde o temprano seré consumido por alguna de las más de ocho mil variedades de lombrices que existen en el mundo. A pesar que me van a comer las lombrices y serviré de abono a la tierra, no puedo ser mal agradecido cuanto me ha servido este tan noble animal en el período que me ha tocado vivir.
Hace muchos años, incluso en mi país se llegó a vender su carne debido a su alto contenido proteico, ya que su uso es muy variado dado su gran potencial que tiene como especie. Incluso el viejo Darwin le dedicó cuarenta años de su vida a investigar las propiedades y conductas de la lombriz. No pretendo divinizar a este maravilloso animal, sólo quiero hacer hicapié que los beneficios que se pueden optener de las lombrices son múltiples. La lombriz debe estar al servicio del hombre y no al revés.
En fin, puedo escribir páginas y páginas sobre mis ensayos y experiencias con lombrices, pero la idea no es esta, sólo quiero transmitir mi experiencia de vida a otros que les pueda servir, en especial a las futuras generaciones que vienen. Más de alguno me dirá, que tal vez sería bueno hacer un estudio metafísico sobre las lombrices, pero yo creo que eso sería una exageración.
¿A mi me parece o eso de que a los muertos los comen los gusanos es cuando el cuerpo queda expuesto y sin enterrar?
ResponderEliminarPorque esos gusanos son los que ponen las moscas, no son lombrices.
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