miércoles, 27 de septiembre de 2017

Extra Ecclesiam nulla salus.

 
                    El padre Jaime Herrera al final de su homilía del día domingo en la parroquia Nuestra Señora de Puerto Claro les dijo a casi un centenar de personas Extra Ecclesiam nulla salus : " Fuera de la Iglesia no hay salvación". Los fieles quedaron impresionados por las palabras pronunciadas, en especial los más jóvenes que desconocían este dogma católico. Con ésta frase el padre Herrera quiso expresar que la única iglesia fundada por nuestro Señor Jesucristo es la Santa Iglesia Católica y Romana.
            No hay otra verdad revelada que en la Iglesia Católica, ella es la continuadora de la Sinagoga y de toda la religión Hebrea. No hay otras verdades ni otras riquezas espirituales, salvo, en la iglesia Católica. Para salvarse, hay que hacerse católico. Es a la Iglesia que nuestro Señor le dio las llave del cielo, " todo lo que ates en la tierra quedará atado en los cielos. Y todo lo que desates en la tierra quedará desatado en los cielos".
              El que desee salvarse debe convertirse al catolicismo, debe aceptar todas las verdades transmitidas por la Iglesia. ¿Pero qué sucede con todos aquellos que no conocen la Iglesia?, ¿ cómo se salvarán esas millones de almas que están engañadas por religiones falsas si no tienen culpa de haber conocido tal o cual religión. ¿Acaso Dios es injusto y crea almas para condenarlas?. Esas son típicas preguntas que surgen después de un momento de esparcimiento y sobremesa cuando se conversa de religión en el hogar.
               Partamos señalando lo más esencial, Dios no es injusto, eso atenta contra la propia naturaleza de Dios, contra su propia esencia. A Dios no se le puede atribuir defecto alguno, muy por el contrario, ÉL es perfección absoluta, nada está más allende de ÉL mismo. Respecto de quiénes se salvan y quiénes se condenan en la Iglesia Católica por lo que yo lo he estudiado a lo largo de todos mis años, no todo el que está dentro de la Iglesia se salva, ni todo el que está aparentemente fuera de la Iglesia se condena. En cuanto al católico que se condena, no se condenará a causa de su catolicismo o membresía dentro de la Iglesia, sino se condenará a causa de su impiedad y pecados mortales no confesados ni arrepentidos.
             Respecto a los que permanecen en apariencia fuera de la Iglesia, como es el caso de aquellos que por ignorancia invencible no tuvieron la oportunidad de conocer la Iglesia Católica, estos últimos se obraron en conformidad de la ley natural y amaron esa ley y al autor de la misma, se podrán salvar muriendo como católicos, pero sin saberlo. Obviamente, como dicen en el fútbol, aquí entramos al área chica, lo que ocurra allí es un profundo misterio de Dios. Pero el camino real y ancho para salvarse o intentar hacerlo es por medio de los sacramentos de la Iglesia Católica. Ese es el medio sobrenatural que Dios nos da.
              ¿Se salvó Platón o Sócrates ?, para un filósofo siempre queda latente esta pregunta, cómo es posible que hombres tan buenos de la antiguedad se pudieran haber perdido por no conocer la revelación. La respuesta no está en nosotros sólo en Dios, a sabiendas que el pecado mortal nos hace enemigos de Dios, y la confesión y el acto de constricción en caso extremo, nos de vuelve al estado de gracia o de amistad con Dios.
                   Para muchos sedevacantistas el bautismo de deseo y de sangre no valen, ellos no los reconocen. Pero si somos hijos de la Iglesia si ésta misma los acepta ¿ quiénes somos nosotros para desconocerlos?.
          en fin, el problema está planteado y los invito a debatir y estudiar el problema con mayor profundidad.
             

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