miércoles, 8 de mayo de 2013

Agonía



                  En el último tiempo he tenido noticias de mucha gente que se encuentre en un estado agónico. Más aún, me tocó visitar una persona que trabajó con mis abuelos en el campo que está prostrada en una cama viviendo un verdadero calvario.
              Lo primero que pensé al ver al viejo amigo que visité fue pensar en el estado final que muchas veces terminamos nosotros los seres humanos. Y honestamente, debo decir que prefiero morirme antes de quedar en un estado de postración  dando trabajo y pena a otros.  Pero ni la vida, ni la muerte, ni las enfermedades las elegimos nosotros. Dios en su Divina Providencia permite ciertos dolores y enfermedades según las condiciones particulares de cada persona. El dolor purifica el alma, pero el dolor, valga la redundancia, duele y duele harto.
           Sin embargo, es lícito y bueno pedir a Dios por nuestra salud, tanto la del alma, como la del cuerpo. De hecho, Cristo cuando estuvo en la tierra obró varios milagros y aún lo sigue haciendo desde el cielo. Por muy delicada que esté la salud de la persona, no hay que perder la fe en los milagros de Dios. Si Dios quiere que la persona sane lo va  a hacer. La oración tiene que ser doble, por la restauración de la salud y por la salvación eterna del alma. Y mientras más personas recen  mejor. Así que si a ustedes alguna vez les piden que recen por algún familiar o amigo por favor háganlo, ya que esas oraciones son bienvenidas en el cielo. Nunca hay que perder la fe, la esperanza jamás debe desaparecer de nuestras vidas.
       Dios siempre escucha nuestras oraciones si se hacen con amor. Uno puede rezar por el futuro que aún no llega y por el pasado que ya fue y por el presente que vivimos. Como Dios es eterno presente, todo el petitorio lo recibe ( hablando cibernéticamente) en tiempo real. Debemos rezar los unos por los otros, ya que eso conmueve el Divino Corazón. Dios se alegra muchísimo que los hijos de Adán y Eva recurran a Él con la confianza de un niño respecto a su padre.
     Pidan en cada misa por sus seres queridos, pidan bendiciones sacerdotales y mucho rosarios y devociones a los santos y a los ángeles. Lo peor que podemos hacer por nuestros enfermos y amigos es no rezar por ellos. Una señal muy fuerte del cristiano es la oración. En mi visita al amigo enfermo lo primero que hice fue pedir permiso para rezar el Pater y muchas Ave María.
     Amigos recen por mi que yo rezaré por ustedes. Más allá de los tiempos difíciles que nos toca enfrentar, la oración debe ser nuestra arma de lucha contra el Demonio y sus secuaces. Aunque el dolor duele, como lo dije más arriba, duele menos si rezamos por el alma y el cuerpo del que le toca enfrentarlo.
       

1 comentario:

  1. Jesús le dijo a Santa Faustina que si se reza una coronilla de la misericordia al lado de un agonizante el se pondrá entre la justicia del Padre y el enfermo, si lo reza un enfermo también es muy beneficioso.
    Otra oración es el rosario de las llagas, se puede abreviar diciendo: por (nombre de la persona) Jesús mío perdón y misericordia por los méritos de Vuestras Santas Llagas. Se puede repetir muchas veces en el día.

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