lunes, 27 de mayo de 2013

El protegido.




        Más allá de la trama de esta película, lo que concuerdo con ella es que en este mundo existe el opuesto del otro. No me refiero sólo a los aspectos físicos, sino también en cuanto a la personalidad y las cualidades. Es cosa de buscarlo, y tarde o temprano aparecerá.
       Del mismo modo, también existen las almas gemelas, gente que actúa y opera en su vida de manera muy similar a la otra opuesta. No entiendo la causa de éste fenómeno, ni conozco estudios serios que investiguen las causas del por qué ocurre esto, tal vez sea que todos somos descendientes de de Adán y Eva .
       Siendo la persona, tal como dice Boecio: " sustancia individual de naturaleza racional", no debería ocurrir en la realidad que existan seres extremadamente parecidos, sí distintos, pero no parecidos. Mi tesis personal, frente a tal fenómeno es la siguiente:
      El ser humano participa de una misma naturaleza por su corporeidad y su alma inmortal. Lo corpóreo del hombre por participar de una misma naturaleza hace que no existan en la realidad diferencias radicales entre un ser humano y otro. En otras palabras, somos parecidos, pero no radicalmente distintos. Ahora bien, en cuanto a la similitud en el orden operativo del intelecto, la cosa cambia. Cada uno de nosotros opera de una manera libre y autónoma, de allí las diferencias radicales que existen entre determinados tipos de personas. Si bien existen variados perfiles y caracteres, sobretodo en el ámbito criminalístico y psicológico, esto se debe más bien a  que dichas personalidades concuerdan en los mismos vicios y depravaciones.
       El alma es la que marca la diferencia en la individualidad de cada ser, nuestra alma nos hace únicos e irrepetibles, siendo cada persona un sello cerrado sólo para Dios.
        No obstante lo anterior, se dan en la realidad los opuestos guardando claro está, las diferencias antes señaladas sobre el modo operativo del alma individual. La película desde el punto de vista de la reflexión y el análisis me parece bastante aceptable e interesante al poner sobre el tapete un tema no muy discutido y analizado.  

David Dunn (Bruce Willis) es un guardia de seguridad de algo más de 40 años que vive separado del mundo, triste y sin vocaciones, profundamente distanciado de su mujer (Robin Wright), que sospecha que la engaña con otra, y de su hijo pequeño (Spencer Treat Clark), al que conoce menos de lo que le gustaría. Un día, viajando en un tren que cruza Filadelfia, sucede un accidente: el tren descarrila y sus vagones son destrozados, aplastados y esparcidos en pedazos a varios kilómetros a la redonda. Más tarde, se hace pública una sorprendente noticia: sólo una persona ha sobrevivido a este suceso, y por algún motivo desconocido, no tiene la más mínima herida. Ésta no es otra que David.
David es recibido por su familia con tanta alegría como con miedo y, tras lo sucedido, se siente más perdido en un mundo que le es hostil y extraño, hasta que un día encuentra una tarjeta en el limpiaparabrisas de su coche con una enigmática frase: ¿cuántos días has estado enfermo en tu vida? David cavila sobre ésto y no recuerda haberlo estado jamás. Ni siquiera su mujer recuerda tal cosa.
A raíz de esta sorpresa, David acude, acompañado de su hijo, a la dirección que figura en la tarjeta, una galería de arte relacionada con los cómics llamada "Limited Edition" , dirigida por un hombre llamado Elijah Price (Samuel L. Jackson) quien ha escrito la nota.
Este desconocido sufre una peligrosa enfermedad que debilita sus huesos y articulaciones, haciendo que su esqueleto sea extremadamente frágil y algo deforme. Habiendo pasado un tercio de su vida en camas de hospitales, Elijah se fijó en los cómics de superhéroes e hizo de ellos su pasión, y esa pasión le llevó a creer en un equilibrio universal relacionado con ellos. La teoría de Elijah es que, si en el mundo hay una persona tan frágil y maltrecha como él, también debe de haber otra que sea diametralmente opuesta: fuerte, sana e irrompible, alguien que haya sido enviado sin saberlo para proteger a quienes le rodean. Creyendo firmemente en esto, Elijah ha seguido las noticias de numerosas catástrofes esperando oír una descripción semejante de alguien, y finalmente ha sucedido: dicha persona podría ser David.
Al oír eso, David se lo toma como una broma, una estafa o un desvarío, sintiéndose profundamente ofendido y engañado. En cambio Joseph, siendo sólo un niño, se lo toma en serio y cree ser como él, lo cual le lleva a enfrentarse a un niño abusivo de su clase. Los padres de ambos muchachos son llamados al colegio, donde el propio David había estudiado muchos años antes. Allí recuerda un accidente en una piscina, donde estuvo a punto de ser ahogado por otros dos niños, tras lo cual pasó una semana en un hospital con una neumonía.
Al volver a casa, Joseph lamenta no ser como su padre, y mientras consuela a su hijo, David se replantea algunas cosas. Entre ellas, recuerda sus años de juventud en la universidad, en la que jugaba al fútbol con el equipo y donde además conoció a Audrey, quien sería su esposa. En aquel momento, una noche, ambos tuvieron un accidente de coche y quedaron heridos, tras lo cual David jamás volvió a jugar al fútbol.
David acepta volver a reunirse con Elijah, invitándolo a ver un partido al estadio donde él trabaja, y allí Elijah le interroga sobre su pasado y cualidades, destacando lo parecido que es su trabajo al de un héroe de cómic. De forma solapada, David le confiesa que sí tiene una cualidad especial: cuando se acerca a alguien, parece capaz de imaginar si ha hecho algo malo, o si sus intenciones son peligrosas. Por ejemplo, en esa ocasión David cree ver momentáneamente la imagen de una pistola plateada de empuñadura negra, llevada por un hombre que va a comprar una entrada. Cuando se dispone a registrarle, el desconocido se retira con precaución, dando a entender que sí tenía algo que ocultar.
Elijah lo identifica como un poder mágico típico de un superhéroe, pero David siente rechazo por la convicción fanática de sus palabras, volviendo a alejarse de él. Elijah no se da por vencido, y sigue al desconocido al que David ha reconocido. El hombre no se deja alcanzar, y al bajar unas escaleras, Elijah tropieza fatalmente rompiéndose las piernas. Justo antes de que su objetivo se marche, logra ver que aquel hombre efectivamente guardaba un arma, y que era exactamente tal y como David la había descrito.
Esa misma noche, cuando David está en casa, sucede lo inesperado: su propio hijo le apunta con una pistola, asegurando que así demostrará que su padre es invencible. David y Audrey, horrorizados, tratan de convencerlo de que se detenga, y finalmente, David amenaza con marcharse de casa para siempre, lo cual hace entrar en razón al niño.
David, hastiado y frustrado, se reúne con Elijah por última vez en su galería. Allí Elijah, quien está postrado en una silla de ruedas, le anuncia que efectivamente aquel hombre llevaba el arma que él vio, y además, le sorprende adivinando algo que el propio David apenas recuerda: en realidad no se lesionó en aquel accidente, sino que lo fingió para retirarse del fútbol sin levantar voces y dar mayor libertad a Audrey en caso de que se casaran. Esto le lleva a la conclusión de que quizá David esté sufriendo precisamente por no hacer aquello a lo que está realmente abocado.
Pero David no acepta esto. Lo único que quiere es alejar a Elijah de su vida, pues por culpa de todo cuanto ha dicho de él, su hijo estuvo a punto de dispararle con un arma. Además, también le confiesa su experiencia en la piscina siendo un niño, que casi le costó la vida y que le hizo sentir una fobia terrible al agua para el resto de sus días. La sentencia final de David es que un héroe de ficción nunca moriría como él ha estado tan cerca de morir, y que no quiere volver a escuchar nada de eso nunca más.
David está a punto de rendirse con todo y marcharse a Nueva York para tener una vida nueva. Sin embargo, decide darse una última oportunidad y sale a cenar con su mujer, para que ambos se confiesen sus temores. Allí se sorprenden de cuánto se quieren todavía y de cuántos buenos recuerdos guardan de su juventud. Audrey es quien ha cuidado de Elijah después de su última lesión, y también sabe lo que él cree. Aunque ella no cree en fantasías, asegura que lamenta mucho lo que a ambos les sucedió en aquel accidente, pues ella también cree que David poseía un don especial.
Tras esto, David se plantea multitud de preguntas sobre los caminos que se abren ante él, y en su paseo visita un almacén repleto de cristales rotos y desechos de vehículos, David logra recordar aquel accidente con detalle y acepta la verdad: que nunca jamás se ha lesionado. Así pues, sólo tiene dos vías para escapar de la desdichada vida que lleva: abandonar a su familia y marcharse a Nueva York, o intentar emplear sus cualidades para hacer algo que ningún otro hombre podría. Y elige.
Esa misma tarde, David llama por teléfono a Elijah y le confiesa que jamás ha estado herido, preguntándole qué debe hacer ahora. Elijah le recomienda que acuda a un lugar público y espere a sentirse necesitado. David obedece y acude a una gran estación con su uniforme de servicio, compuesto por una capa impermeable con la palabra "Security" y una gorra. Allí, extiende disimuladamente las manos dejando que la gente se le acerque, y gracias a ello logra sentir la presencia de criminales y delincuentes a su alrededor.
Entre ellos identitica a una ladrona, a un camorrista xenófobo y a un violador. Pero después de estos, detecta a un hombre que parece haberse instalado en la casa de una familia, haciendo lo impensable con sus habitantes. David sigue a esa persona, que vuelve a su nuevo escondite. Allí, el vigilante logra rescatar a dos niños pequeños, pero al buscar al criminal, cae sobre el toldo de una piscina y está a punto de morir ahogado, pero es salvado por los pequeños. Tras ello, sube a la habitación de los padres donde encuentra al asaltante, a quien ataca por la espalda y estrangula. Los padres han muerto, pero los niños están a salvo, y David se marcha. Cuando vuelve a casa, David lleva a su mujer a la cama y le dice que no va a abandonarles.
A la mañana siguiente, David y Audrey hablan entre sí con mayor confianza y alegría, lo cual sorprende a Joseph. En un instante en que ella no está mirando, David le señala a su hijo un noticia en el períódico del día, la cual se refiere a un "héroe" encapuchado que salvó a dos niños de un asesino. Cuando Joseph comprende lo que su padre ha hecho, derrama una lágrima de orgullo.
Más tarde, David y su familia acuden a la galería de arte de Elijah, que ha atraído a muchos posibles compradores y se ha vuelto popular, quizá a raíz de la noticia a la que el "vigilante" ha dado lugar.
David se reúne a solas con Elijah para darle las gracias por todo, y ambos se estrechan la mano. Entonces, el poder de David se activa y descubre con horror la verdad sobre Elijah: los accidentes y catástrofes que investigó en busca de David, en realidad, fueron causados por él mismo. Esto incluye un accidente en un aeropuerto durante un despegue, un hotel incendiado y el descarrilamiento del tren en el que David viajaba. Todo ello ha causado multitud de víctimas mortales, y Elijah clama haber hecho tales sacrificios simplemente para encontrarle a él. Entonces ambos comprenden la verdad: si David es un héroe, Elijah es en realidad su villano, su opuesto, tal y como suele suceder entre los personajes de los cómics.
La historia concluye en que David entrega a Elijah a las autoridades, que lo confinan en una institución para criminales mentalmente desequilibrados

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