jueves, 16 de mayo de 2013

El alma no tiene sombra.



               Estimados amigos, el alma humana no tiene sombra. Nuestro cuerpo sí tiene una sombra, mientras que el alma humana carece de ella por ser incorpórea. Pero ¿será así?, evidentemente si entendemos por sombra aquel reflejo que se produce de lo corpóreo a consecuencia de la influencia de un cuerpo de luz externo al objeto o sujeto, el alma humana definitivamente no tiene sombra.
           Actualmente existen leyes de donantes de órganos  en muchos países que exigen a las personas especificar si quieren ser donantes o no. Si alguien elije serlo, el procedimiento médico indica para dichos casos que se constate el fallecimiento del occiso por la falta de latidos cardiacos y a veces por la falta de actividad cerebral. Ningún trasplante que se realice se podrá hacer sobre tejido necrótico o muerto. Para poder trasplantar se deberá hacer de un vivo a otro vivo.  La ciencia moderna no ve a la muerte como la separación entre el alma y el cuerpo, ya que para ellos no existe prueba del alma, el alma no se ve ni se palpa, en definitiva no tiene sombra.
       El tema es bastante controversial si pensamos que nadie de nosotros está exento de requerir algún tipo de órgano en caso de extrema gravedad. La Iglesia Tradicional con toda la sabiduría que la caracterizaba exigía el estado de putrefacción como medio de prueba para certificar la muerte de una persona. De hecho, la misma iglesia permite que se administre la extremaunción bajo estado de condición cuando existen casos que la persona no presenta actividad física evidente. Porque ¿Cuándo el alma abandona al cuerpo?, eso resulta dificilísimo saberlo, de allí la prudencia de evitar declarar muero a alguien por no presentar actividades cardíacas o cerebrales manifiestas.
       Por consiguiente, en vista de lo anterior, ¿Será lícito o no trasplantarse? si las condiciones de dicho procedimiento quirúrgico exige hacerse sobre tejidos vivos de personas que podrían estar viva desde el punto de vista católico al no tener certeza sobre el abandono del alma. El problema rebasa lo moralmente aceptable, porque podría estar ocurriendo que se estén realizando asesinatos involuntarios sobre personas vivas. En teoría, no deberíamos permitir quitar una vida en vista de otro vida, o mejor dicho, cambiar una vida por otra.   
      Tal vez para muchos esto resulte una exageración, pero indudablemente debería ser un tema que nos preocupe si es que verdaderamente queremos tratar de ser fieles a Dios y su doctrina. ¿ Cómo medir al alma? ¿cómo certificar su separación del cuerpo? debate que tal vez resulte una locura en un mundo que no cree en nuestra inmortalidad y que rechaza cualquier tipo de trascendencia. Creo prudente que se debería seguir el juicio de la Iglesia al certificar la muerte de  alguien a través del estado de putrefacción. Pero si seguimos esto, no habrá trasplante de muchos órganos que requieren tener tejidos vivos para realizarse.
       Los católicos debemos dar una respuesta a esta problemática al igual como existe una postura en contra del aborto y la eutanasia. Les dejo el tema planteado, para que cada uno realice sus aportes de a cuerdo a sus conocimientos y capacidades. Espero sus aportes.

5 comentarios:

  1. Me enteré de una persona que está en el tema médico que tuvo que dejar de participar en las ablaciones. Por supuesto no llegué a saber el porque, pero algo lo dejó asustado. Le pidió a sus colegas que no lo llamaran mas para hacer eso.

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  2. La iglesia modernista y humanista promueve las ablaciones.
    Sin embargo las ablaciones se realizan a corazón batiente.
    En Argentina por ley son todos presuntos donantes por eso, por ejemplo, en el carnet de conducir hay que aclarar que uno no es donante.
    El ser donante ata las manos a los familiares.

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  3. Comentan que es impresionante como dejan a los difuntos luego de la ablación.

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  4. Estimados Amigos:
    EL punto en cuestión es si existe un debate valórico sobre el tema. ¿Es lícito o ilícito hacer esto?, el que calla otorga. No he escuchado ni siquiera en los grupos más tradicionalistas una opinión seria sobre el problema. Ya que se trata de la vida y la muerte de miles de inocentes.
    Un abrazo.

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  5. En el fondo es un negocio.

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