¿Apoya el Papa Francisco las proposiciones de Kasper?
Matthew McCusker
ROMA, 12 de mayo del 2015(LifeSiteNews) – El 17 de mayo del 2013, cuatro días después de su elección como Papa, y durante su discurso del Ángelus, en la Plaza de San Pedro, el Santo Padre centró su atención en un libro, recientemente publicado, de Walter Cardenal Kasper y lo elogió efusivamente. Dijo:
En estos días, he podido leer un libro escrito por un cardenal – el Cardenal Kasper, un talentoso teólogo, un buen teólogo – acerca de la misericordia. Y me hizo tanto bien, ese libro, pero no piensen que estoy promoviendo los libros de mis cardenales. ¡No es así! Pero me hizo bien mucho bien.
Por muchos años, el Cardenal Kasper ha abogado por un cambio en la enseñanza de la Iglesia, respecto de la recepción de la Santa Comunión, por los divorciados y “vueltos a casar” y el libro en cuestión, Misericordia: La Esencia del Evangelio y la Clave para la Vida Cristiana, adopta muchas posiciones gravemente problemáticas, que subrayan su defensa de tales cambios.
Estas incluyen, sin agotar la enumeración, lo que Kasper entiende por la naturaleza de la justicia y de la misericordia, su teología de la justificación y, lo más grave de todo, su comprensión misma de la naturaleza de Dios.
A muchos católicos preocupó mucho que el Papa Francisco hablara de Kasper y su nuevo libro, en estos términos.
El 8 de octubre del 2013, el Santo Padre anunciaba los dos sínodos en los que se discutiría “Los Cambios Pastorales de la Familia, en el Contexto de la Evangelización”. Los sínodos serían organizados por el Secretariado General del Sínodo, dirigido por Lorenzo Cardenal Baldisseri. el día 26, el Secretariado envió un cuestionario a todas las conferencias episcopales, invitando a los católicos de todos los estratos de la Iglesia, a remitir sus opiniones relativas al matrimonio y la familia.
Solo tres días antes, el 23 de octubre, el Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, Su Eminencia Gerhard Ludwig Cardenal Müller había publicado un extenso artículo en L’Osservatore Romano, titulado: “Testimonio del Poder de la Gracia: Acerca de la indisolubilidad del matrimonio y el debate relativo a los vueltos a casar por el civil y los sacramentos”.
Este artículo defendía la enseñanza irreformable de la Iglesia, de que un matrimonio sacramental rato y consumado no puede ser disuelto por ningún poder sobre la tierra y que los divorciados, que han contraído una unión civil no pueden recibir los sacramentos de la penitencia y la Santa Comunión, sin un verdadero arrepentimiento y enmienda de su vida.
Este artículo de Müller es una indicación clara de la dirección del sínodo, en estas tan tempranas etapas del mismo. Ciertamente, Reinhard Cardenal Marx, Presidente de la Conferencia Episcopal alemana y miembro del círculo íntimo de nueve cardenales, del Papa Francisco, declaró que el Cardenal Müller no podría “detener el debate”, que en el sínodo, “todo sería discutido” y que “en este momento, no es posible decir cuáles serán los resultados del debate”.
Kasper sostiene reiteradamente que cuenta con el apoyo del Papa.
Estas son muy prematuras indicaciones de que el tema de la Santa Comunión para los divorciados y “vueltos a casar”, estaba en la agenda del sínodo. No obstante, todas las dudas fueron dispersadas cuando, el 20 de febrero del 2014, el CardenalKasper se dirigió a un consistorio de cardenales, especialmente convocado para preparar el inminente sínodo.
En su discurso, abogó por la readmisión de los divorciado y “vueltos a casar”, a la Santa Comunión, sin enmienda de sus vidas, proponiendo un número de potenciales justificaciones para tal práctica. Dijo que “no descartaba que la última palabra la tuviera el sínodo, de acuerdo con el Papa”.
Los informes señalan que hubo una significativa oposición a la propuesta de Kasper, por parte de los cardenales presentes. El Cardenal Ruini, Vicario Emérito de Roma, es señalado como diciendo que el 85 % de los presentes argumentaron en contra de la posición de Kasper.
Este tuvo luego la oportunidad de responder a sus críticos, dejando muy en claro que no estaba solo o actuando por propia iniciativa. Dijo al consistorio que estaba muy agradecido del Santo Padre, “por su confianza, al confiarme [la redacción] de este informe”.
El P. Lombardi, vocero de la Santa Sede, dijo a la prensa que el Santo Padre había dicho a los cardenales que el problema de la Comunión para los divorciados y “vueltos a casar” debe ser tratado sin “casuística”. El P. lombardi prosiguió diciendo que el discurso del Cardenal Kasper estaba “en gran armonía” con las palabras del Papa.
Al día siguiente, el Papa Francisco alabó el discurso de Kasper, en términos muy elocuentes. Dijo:
Ayer, antes de quedarme dormido, para no quedarme dormido, leí o releí, los comentarios del Cardenal Kasper. Quisiera agradecerle, porque encontré una profunda teología y serenos pensamientos en teología. Es bueno leer la teología serena. Me hizo bien y tuve una idea y discílpenme si disgusto s Sus Eminencias, pero la idea es esta: se llama hacer teología estando de rodillas. Gracias. Gracias.
Cuando el discurso se publicó, en forma de un libro, menos de un mes después, estas palabras del Papa aparecieron a modo de apoyo, en la tapa posterior.
Sin embargo, si el Cardenal Kasper pensaba que el apoyo público del Papa evitaría la seria oposición a sus propuestas, estaba muy equivocado. En las semanas y meses que siguieron, apareció un número de relevantes publicaciones, refutando sus propuestas; la más significativa, fue un libro escrito por cinco cardenales y otros cuatro estudiosos. El libro, titulado Permaneciendo en la Verdad de Cristo; Matrimonio y Comunión en la Iglesia Católica, es una refutación sistemática de los argumentos expuestos por el Cardenal Kasper.
El propio Kasper montó y dirigió una amplia campaña en apoyo de su posición, concediendo varias y extensas entrevistas a los religiosos y a los medios. Siempre dejó muy en claro que actuaba de acuerdo con el Papa.
Por ejemplo, el 26 de septiembre del 2014, justo antes de la inauguración del sínodo, Kasper dio una entrevista a Il Mattino, en la que señaló: “En todo concuerdo con él. Él estaba de acuerdo. ¿Qué puede hacer un cardenal, excepto estar con el Papa?
Más tarde, en la misma entrevista, volvió a confirmar: “Concuerdo con el Papa; hablé dos veces con él. Se mostró contento.”
El propio Santo Padre ha dado claras indicaciones de sus puntos de vista. En una entrevista a un diario argentino, poco antes del sínodo, fue consultado acerca de Permaneciendo en la Verdad de Cristo. El entrevistador le preguntó si estaba “preocupado” por el libro; poniéndole al tanto de lo que era el libro, y cito, “crítico de nuestras posiciones”.
El Santo Padre no rechazó la sugerencia de que concordaba con Kasper, en cambio replicó, “Todos tienen una contribución que hacer. Hasta disfruto debatiendo con los Obispos muy conservadores, pero bien formados en lo intelectual”.
Prosiguió: “El mundo ha cambiado y la Iglesia no puede cerrarse en supuestas interpretaciones de los dogmas.”
El plan para manipular el sínodo
En su homilía de apertura, el Papa Francisco denunció a “los malos pastores [que] ponen pesadas cargas en los hombros de los demás, y ellos mismos no mueven un dedo por mover.”
Agregó: “Las asambleas sinodales no están para discutir bellas e inteligentes ideas, o para ver quién es más inteligente.”
La primera sesión del sínodo tuvo lugar el 6 de octubre y claramente se hizo evidente que los acontecimientos se desarrollaban según una agenda previamente acordada.
Por cierto, estábamos advertidos de antemano acerca de esta posibilidad. El 20 de septiembre, el periodista Marco Tossati había informado en La Stampa, que un cardenal anónimo había sido escuchado explicando cómo se iba a manipular el sínodo, para conseguir un cambio en las enseñanzas de la Iglesia, en el tema de la comunión para los divorciados y “vueltos a casar”.
Tossati explicó los tres elementos del plan:
En primer lugar, asegurarse que todas las presentaciones escritas fueran entregadas de antemano. Al momento de la publicación del artículo, esto ya se había cumplido.
En segundo lugar, leer cuidadosamente todas las presentaciones y antes de que un discurso considerado “problemático” sea pronunciado, otro padre sinodal hablaría primero, para refutar los puntos que serían expuestos.
En tercer lugar, impedir realmente que algunos padres hablaran, aduciendo que se les ha agotado el tiempo.
No sabemos con exactitud lo que se dijo en la sala sinodal porque, por primera vez, en los sínodos recientes, las intervenciones quedaron en secreto. Toda comunicación entre los padres sinodales y el público se realizó mediante conferencias diarias de prensa y sesiones informativas, organizadas por la Oficina de Prensa de la Santa Sede.
Miembros del equipo de Voice of the Family asistieron a todas ellas y estamos de todo corazón, de acuerdo con la aseveración del Cardenal Burke de que “la información es manipulada de manera de resaltar solo una posición, en lugar de informar fidedignamente las diversas posiciones expresadas.”
Ese informe preliminar: una “revolución”
Esta manipulación se hizo evidentísima en la relatio post disceptationem, que fue divulgada en la mitad del sínodo. Este documento preliminar, supuestamente basado en las contribuciones de los padres del sínodo fue, en palabras de George Cardenal Pell, “tendencioso y sesgado” y, en palabras de Wilfrid Cardenal Napier, Arzobispo de Durban, el documento era “virtualmente insalvable” y “no era, en absoluto, lo que estamos diciendo”.
Esta relatio preliminar deja en claro que la meta de los radicales no solo era la admisión a la Santa Comunión de un cierto grupo, sino más bien un asalto a todo el edificio de las enseñanzas de la Iglesia, en materias de vida, matrimonio y familia.
Un análisis amplio de este documento escapa al marco de este artículo, pero la situación fue bien resumida por el Cardenal Burke, que dijo, respecto del sínodo:
se encontró abordando, de una manera confusa, a veces equivocada, prácticas que se contradicen con la enseñanza y la práctica constantes de la Iglesia, respecto del Santo Matrimonio. Me refiero a prácticas que franquearían el acceso a los sacramentos a quienes viven en público adulterio y que, de algún modo, condonarían la cohabitación conyugal fuera del sacramento del matrimonio y las relaciones sexuales entre personas del mismo sexo.
Siguió describiendo el informe preliminar como “un manifiesto, una suerte de incitación a una nueva aproximación a temas fundamentales de la sexualidad humana en la Iglesia”.
George Cardenal Pell expresó una visión similar. Hubo, dijo “elementos radicales”, dentro de la jerarquía, que estaban haciendo uso del tema de la Santa Comunión para los divorciados y “vueltos a casar”, en sus palabras, como “un disfraz”. Lo que realmente quieren es la cohabitación y las uniones del mismo sexo.
No es de sorprender entonces, que los medios mundiales informaran el documento como una “revolución” dentro de la Iglesia.
Hubo, no obstante, oposición el documento, entre muchos padres sinodales, que se manifestó cuando se separaron en pequeños grupos, para analizar el texto. Cada uno de estos grupos sugirió enmiendas.
La revuelta de los padres del sínodo
En la mañana del jueves 16 de octubre, el Cardenal Baldisseri anunció que los informes de estos grupos no serían publicados, lo que vino a ser un nuevo quiebre con la práctica precedente. Su anuncio desató la furia en la sala de reuniones. Loa informes indican que un número significativo de padres, bajo la guía del Cardenal Pell, exigieron la publicación de los informes, lo que fue concedido, se dice, mediante una inclinación de cabeza del Papa, tras un lapso de quince minutos.
El Cardenal Burke explicó la importancia de publicar los informes:
“Era crítico que el público supiera, mediante la publicación de los informes, que la relatio es un documento gravemente viciado y que no expresa adecuadamente la enseñanza y la disciplina de la Iglesia y, en algunos aspectos, propaga errores doctrinales y una falsa aproximación pastoral.”
La publicación de los informes de los grupos determinó que eran necesarias enmiendas significativas, en el informe final del sínodo. La relatio synodi contenía reafirmaciones de la enseñanza católica an algunos, si no en todos los temas clave.
Por ejemplo, el informe preliminar señalaba que “Las uniones entre individuos del mismo sexo no pueden ser consideradas en un mismo pie que el matrimonio entre varón y mujer.” Esta declaración podía ser interpretada claramente como diciendo que algún pie habría en que pudieran ser consideradas legítimas. Por su parte, el informe final cita la enseñanza previa de la Iglesia, cuando dice: “No hay fundamento, en absoluto, para considerar que las uniones homosexuales son, de alguna manera, similares o remotamente análogas al plan de Dios para el matrimonio y la familia.”
Mientras tales cambios son positivos, el punto de vista de Voice of the Family es que ambos documentos tienen, en esencia, los mismos problemas subyacentes y que la relatio synodi, con todas sus mejoras, sigue siendo inceptable.
“Tremenda confusión”
Sabemos, porque el Cardenal Baldisseri lo ha confirmado, que el Santo Padre ha leído y aprobado todos los documentos elaborados en todas las etapas del proceso sinodal.
El Sínodo Extraordinario sobre la Familia se clausuró el sábado 18 de octubre. En su discurso final a los padres, el Papa Francisco condenó lo que llamó:
una tentación hacia la inflexibilidad hostil, esto es, querer encerrarse en la palabra escrita, la letra y no permitirse ser sorprendidos por Dios, por el Dios de las sorpresas, el espíritu; dentro de la ley, con la certeza de lo que sabemos y no de lo que necesitamos aprender y llevar a cabo. Desde los tiempos de Cristo, esta es la tentación de los celosos, de los escrupulosos, de los aislados, de los así llamados – hoy – “tradicionalistas” y también de los intelectuales.
Pasó luego a criticar las faltas de los que calificó de “así llamados progresistas y liberales” a los que acusó de “vendar las heridas, antes de curarlas” y de tratar los “síntomas y no las causas y la raíz” de los problemas de la gente.
Sin embargo, volvió sobre sus pasos, para enfocarse en los que, cito, “transforman el pan en piedra, que lugo arrojan contra los pecadores, los débiles y los enfermos, o sea, lo transforman en cargas intolerables.”
Es comprensible, dado el contexto de sus comentarios y el contenido de los debates, que muchos interpreten las palabras del Santo Padre como una crítica a quienes defendieron la doctrina católica, en contra de la amenaza planteada por la agenda radical, defendida por el Cardenal Kasper y otros altos prelados.
Cerraré con una breve reflexión del Cardenal Burke, extraída de una entrevista que Su Eminencia concedió al Catholic News Service, poco después del cierre del sínodo:
... en un corto tiempo, nos hemos alejado y descendido de la verdad de nuestra fe y de la verdad de la ley moral de la sociedad en general. Pero, el hecho de que esta clase de cuestiones se discutan seriamente en la Iglesia debería golpearnos a todos y hacernos despertar a la necesidad actual de prestar heroico testimonio de la verdad de la indisolubilidad matrimonial, ante los ataques desde dentro de la propia Iglesia.
Seguía:
... el hecho mismo de que estas materias se analicen y cuestionen, por los presidentes de las conferencias episcopales, por las cabezas de los dicasterios de la Curia Romana y por otros designados al sínodo,especialmente por el Santo Padre, causó tremenda confusión y hasta puede inducir a los fieles al error respecto de las enseñanzas sobre el matrimonio y otros temas.
Nota: Esta es un versión abreviada de una charla ofrecida por Matthew, en el Rome Life Forum, organizado por Voice of the Family, en Roma, el viernes 8 de mayo.
¿que tienen que estar discutiendo lo que YA ES DOCTRINA SEGURA? en eso se ve la mala intención y la poca sesera de los que se dicen ortodoxos.
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