jueves, 1 de agosto de 2013

Prohibición de la misa tradicional.



Adversario de la Misa Tradicional

Prohíbe celebrarla
a los Monjes de la Inmaculada


Por Montasser al Shufie 


Recemos por ellos, la persecución acaba de empezar

Ayer Domingo, X post Pentecosten, salí de la ciudad de Buenos Aires con intenciones de asistir a la Misa Tradicional en la Iglesia Ntra. Sra. de la Guardia, diócesis de San Justo. Pero mis deseos se vieron frustrados: no fue celebrada al igual que el anterior Domingo.

Allí me dijeron que el párroco y superior de los Frailes de la Inmaculada, que son precisamente quienes tienen a su cargo la parroquia, estaba en Brasil por las JMJ y que los otros dos sacerdotes que quedaban no pudieron celebrarla en razón de sus ocupaciones. 

Me retiré perplejo y algo confundido y recordé, como si un negro presentimiento aleteara sobre mi cabeza, que los fieles que hasta Junio de 2010 habíamos asistido a la Capilla Sagrado Corazón de Jesús, y hoy encontramos cobijo en esa parroquia, ya habíamos sido expulsados también de Santa Julia, donde un piadoso sacerdote nos había pedido que fuéramos para ayudarle con el canto gregoriano.

Pues una de las espinas que tenía el cardenal Bergoglio clavada en el corazón de su despotismo, era la impecable celebración de la solemne Misa Tridentina cantada por los frailes de la Inmaculada, a diez cuadras del límite de su jurisdicción arzobispal, que parecía desafiar la absoluta prohibición de echo que llevó adelante contra la Misa Tradicional.

Esa misma noche, ya en la madrugada, comprobé que mis temores iban cobrando realidad. Los blogs tradicionalistas europeos, que nos llevan una ventaja de al menos cinco horas, avisaban de un decreto de la Congregación para los Religiosos e Institutos de Vida Consagrada, por el cual se intervenía, con la designación de un Comisario Apostólico, la Congregación de los Frailes Franciscanos de la Inmaculada.

Por esa disposición el fundador padre Stefano María Manelli (*), tan afecto a la tradición y que tanto apoyo encontró en Benedicto XVI, fue desplazado antes de cumplir su actual período.

Pero lo más "sorprendente", como dice Sandro Magister en un comentario que acaba de titular La primera vez que Francisco contradice a Benedicto
Son los últimos cinco renglones del Decreto del 11 de julio:"Además de lo expuesto, el Santo Padre Francisco ha dispuesto que cada uno de los religiosos de la Congregación de los Frailes Franciscanos de la Inmaculada está obligado a celebrar la liturgia según el rito ordinario y que, eventualmente, el uso de la forma extraordinaria (Vetus Ordo) deberá ser explícitamente autorizada [sic] por las autoridades competentes, para cada religioso y/o comunidad que lo pida".
Decisión que contradice lo dispuesto en el Motu Proprio Summorum Pontificum. 

No debió sorprenderse tanto el Vaticanista italiano, pues no es esta la primera vez que Francisco contradice a Benedicto. Siendo Arzobispo de Bs. As. lo contradijo con un astuto plan destinado a frustrar cualquier intento relativo a la Misa llamada Extraordinaria (ver AQUÍ).
Y ahora lo contradice al haber ordenado retirar el comulgatorio de los fieles que su antecesor mandó poner.

Lástima que los europeos no nos hayan dado crédito, se hubieran evitado alguna sorpresa. ¡Qué no se sorprendan si la B'Nai B'rith utiliza próximamente alguna basílica romana para recordar la noche de los cristales rotos!

En virtud de esta orden, que abroga Summorum Pontificum para este caso particular suspendiendo puntualmente una legislación pensada por Benedicto para llevar paz litúrgica al seno de la Iglesia, la astilla clavada en la carne de Bergoglio tiene todas las chances de ser eliminada a partir del 11 de Agosto próximo; fecha en que entrará en vigor la prohibición que tienen ahora los padres franciscanos de celebrar la Misa Tradicional.

Fecha también en que, muy probablemente, junto a otros fieles, quedarán de nuevo en la calle los ex asistentes de la Capilla Sagrado Corazón de Jesús que acudían al baluarte tradicionalista finalmente abatido.

¿Sería poco caritativo y demasiado suspicaz pensar que, aunque sea mínimamente, en la firma de este decreto haya pesado el deseo de vengar el desafío que desde allí se le lanzaba, aún sin quererlo, a la adversión visceral  que Bergoglio siente por la Misa de siempre?

No hay que olvidar tampoco que los Franciscanos de la Inmaculada tenían vocaciones a raudales y crecían sin cesar de la mano de la Misa Tridentina.
Mientras la mayoría de los seminarios diocesanos agoniza lentamente, entre ellos el del Cardenal Bergoglio, quien a pesar de que la Iglesia tiene a su merced a cerca de la mitad de la matrícula porteña en sus propios institutos de enseñanza, no fue capaz de suscitar diez vocaciones anuales entre sus miles de alumnos.
¿Habrá influido esta realidad a la hora de intervenir tan drásticamente sobre esta congregación?

Los fieles apegados a la Misa Tradicional en la Arquidiócesis de Buenos Aires, quedaremos a partir del 11 de Agosto en un verdadero estado de necesidad. Aunque es más propio decir que hemos quedado ya, pues los últimos dos Domingos no la celebraron los Frailes Franciscanos, ni tan siquiera para ellos mismos, ni para las monjas del cercano convento de hermanas.

Queda sólamente en la Capital de la Argentina la Fraternidad San Pío X, bastión ante el que aúllan impotentes las fieras del modernismo desde hace décadas.
Me gustaría preguntarles a los tantos periodistas y curas católicos que han salido a decir que la Sociedad fundada por Mons. Lefebvre rechazó la mano tendida del Papa Benedicto XVI al evitar un acuerdo -sin ponerse a ver que en realidad se pretendía una rendición incondicional de último momento- si ahora, en vista de lo sucedido a estos frailes, se atreverían a decir lo mismo.

¿Cuánto tiempo iba a demorar la Fraternidad en tener serias "disensiones" internas que ameriten un Comisariato, con el timón de la Nave en manos de Bergoglio y sus aliados?

Amigos muy queridos esperan que este incidente no tenga descendencia y que el avance de la Misa no sea entorpecido. Temo que estén equivocados. Francisco es Bergoglio, ya nos ha dado suficientes muestras, como poner su confianza en un homosexual escandaloso, que al mismo tiempo que lo representa en el IOR, dirige la casa donde vive.
¿Por qué iba a detener su embate contra la Misa Tradicional, ahora que tiene en sus manos el mayor poder sobre la tierra y cuando es el niño mimado de la opinión pública internacional, que regresa a casa avalado por el clamor de una turba varias veces millonaria?

Kyrie Eleison, Christe Eleison, Kyrie Eleison


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