lunes, 6 de noviembre de 2017

Política de las emociones.

                                  La emoción es un modo de expresión del sentimiento humano, que surge desde interior del hombre y se exterioriza por medio de signos externos. Una emoción, es la risa, el llanto, la tristeza, y una de infinidad de sentimientos que los expresamos por medio de los ojos, los brazos, las manos y la totalidad de nuestro cuerpo.
                                     Los animales, no pueden expresar emociones por carecer de razón, sólo los seres racionales expresan emociones. En general, son las mujeres más que los hombres las cuáles se expresan emocionalmente. La emoción no es ni buena ni mala en sí, es simplemente, una expresión natural del hombre. No obstante, nuestras mejores decisiones no deben ser tomadas por medio de emociones. Ya que la emoción no se caracteriza por reflexionar y analizar las consecuencias de nuestros actos. La emoción acompaña al hombre, pero no debe gobernarlo.
                                 Una mujer, que sólo se gobierna por emociones, al casarse, no suele ser una buena esposa. Pues, carecería de la prudencia de la sabiduría para saber gobernar el hogar. Sería, además, una mala influencia para sus hijos. Lo mismo ocurre en el caso del hombre, al ser gobernado por la emociones sería dentro del hogar un ciego que guía a otro ciego.
                                      Los políticos, piensan, o, quieren pensar, que la mejor manera de ser electos como autoridad, es estimulando las emociones de la gente. Como la emoción es subordinada a la razón, es más fácil gobernar por medio de ella. La razón exige sacrificio y disciplina intelectual, en cambio la emoción, sólo importa la expresión del individuo.
                                       La demagogia se sustenta ´por medio de las emociones de carácter colectivo. Los mensajes publicitarios apelan a las mismas, ya que los publicistas conocen muy bien las conductas del ser humana. La emoción no requiere del esfuerzo de las cualidades superiores del hombre. Por emociones, muchas veces, se producen desenlaces humanos que son verdaderamente una catástrofe para la humanidad.
                                   No tener emociones, es tener un estado psicopático, es algo, anti humano. La emoción siempre será buena cuando se subordina  a la razón, la cual, se ordena hacia el bien común. Lo superior siempre gobierna  a lo inferior, y no, viceversa. Las grandes tragedias humanas se producen a raíz de la subordinación de la razón a la emoción. Las decisiones pueden ser malas o buenas según se tomen con razones o por ausencia de ellas, vale decir, de emociones.
                          Recurramos a la razón, cada vez que nos enfrentemos con las propuestas de los políticos. no le creamos a aquellos que prometen el oro y el moro, a sabiendas, que dichas propuestas no se ajustan a una realidad factible de ser concretada o asumida.

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