jueves, 18 de julio de 2013

Política chilena. La derecha en busca de destino.

jueves, 18 de julio de 2013

La Derecha en Busca de Destino

La renuncia de Longueira encuentra a la derecha en su peor momento, porque está completamente desorientada y carece de conducción racional. En efecto, resulta increíble que dos de sus liderazgos, el Gobierno y RN (el tercero es la UDI), pongan todas sus energías en llevar a cabo una de las aspiraciones más antiguas de sus adversarios, en particular del comunismo: cambiar el sistema binominal.

Este es un tema que no le interesa a casi nadie, salvo a una ínfima superestructura politizada de extrema izquierda que, como no tiene votos, requiere de un mecanismo de acceso al poder con sólo un mínimo apoyo electoral. El desinterés ciudadano por ese tema es tan grande que en la última encuesta CEP, de quince materias consultadas a la gente, el sistema binominal resultó en el último lugar de interés, con sólo el 2,9% de menciones, mientras la delincuencia era declarada como el mayor problema por el 46% de las personas. ¿Y dónde ha sido menos eficaz la acción del Gobierno, según la misma encuesta? En la solución de este crucial problema, según el 83% de la gente. ¡Es que el Gobierno está en otra, procurando darles en el gusto a las "élites habladoras", como las denomina Paul Johnson, y en particular a los comunistas!

¿Es que RN y el Gobierno se han vuelto locos? Algo parecido: es una antigua enfermedad o, mejor dicho, un "karma" derechista, consistente en creer que son las ideas de los adversarios las realmente preferidas por la mayoría. Este mal aflige a algunos personeros más que a otros. Andrés Allamand constantemente afirma ser el mejor candidato posible a la Presidencia, no por sus ideas propias, de derecha (el sector al cual supuestamente representa), sino por su capacidad de asimilarse a las de sus adversarios. Pero la reciente primaria le demostró (aunque él no se haya dado cuenta de eso ni siquiera después de su derrota) que la derecha vota por quienes la representan a ella y no a sus adversarios. Y por eso fueron los reductos electorales derechistas los que determinaron la derrota de Allamand. Porque el sector clama por alguien que lo interprete y no por quien quiera darles en el gusto a los que están ahora empeñados en destruir "el ladrillo", es decir, el modelo que ha convertido a Chile en ejemplo a imitar por otros países.

El hecho es que ahora la UDI, en calidad de última, aunque vacilante, reserva del sentido común de la derecha, mira el panorama desorientada, con sus socios (el Gobierno y RN) dedicados a cumplir una "sentida aspiración" opositora, como si no tuvieran nada mejor qué hacer. La UDI hasta ha llegado casi a plegarse a esa inverosímil estrategia e insinuar un apoyo al proyecto de supresión del binominal del Gobierno. Lo peor es que a este estado, ya por sí solo cataléptico, vino a sumarse la renuncia de su abanderado presidencial, debido a una dolencia insuperable e incapacitante.

¿Qué puede hacer la UDI ahora? Más que hacer, puede "des-hacer". Cuando tenía un candidato muy popular, Laurence Golborne, que encabezaba las encuestas del sector y hasta desafiaba a la aparentemente invencible adversaria de izquierda, cayó presa de un síndrome de pánico ante críticas sin mayor fundamento y defenestró a ese candidato. Eso es lo que debe "des-hacer".

En un medio escrito que requirió ayer mi opinión expresé que la UDI debería reponer a Golborne, más allá de lo que digan o hagan el Gobierno y RN, hoy por hoy dedicados a satisfacer a la Nueva Mayoría. Así, expresé en el mismo medio: "En caso de que así no lo hiciere, opino, desde mi particular punto de vista, que Golborne debería iniciar un proceso de recolección de firmas para presentarse como candidato independiente a la Presidencia. Tiene plazo hasta el 17 de agosto para cumplir ese trámite.

"No me cabe duda de que reuniría fácilmente las necesarias adhesiones a lo largo del territorio, siendo, como es y siempre lo corroboraron las encuestas, la figura con más posibilidades de derrotar a la candidata de la Concertación, entre todos los postulantes que se han presentado.

"Además, se trata de una persona joven, que ha llegado a los más altos cargos de los sectores privado y público sin el apoyo de padrinazgos y por sus propios méritos. Él representa los valores capaces de motivar a las nuevas generaciones de gente constructiva y de orden para acudir a las urnas y salvar el legado de progreso nacional, cuya permanencia se ve hoy amenazada".

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