viernes, 6 de octubre de 2017

Francisco invoca el Magisterium ¿Lo hizo? ¿O puede hacerlo?

Traducido de Fatima Network

Francisco invoca el Magisterium
¿Lo hizo? ¿O puede hacerlo?

Por Christopher A. Ferrara
28 de agosto del 2017


¿Dónde están los jóvenes?



¡En la Misa Latina tradicional!

En la serie de artículos dedicados al argumento del Cardenal Burke acerca de la distinción entre la persona del Papa, hablando a título personal y el Vicario de Cristo, hablando con la autoridad de la Tradición, en línea con las enseñanzas de todos sus predecesores, desarrollé el punto de que el auténtico Magisterium, que es el oficio docente de la iglesia, no puede contener errores en contra de la fe. Por lo tanto, puede suceder que algún Papa extraviado proclame un error en contra de la fe (como, por ejemplo, hizo Juan XII), lo que posiblemente no sería un ejercicio del auténtico Magisterium, puesto que la noción de un “Magisteriumfalible” carece de sentido.

¿Qué hacer, entonces, con la declaración del Papa Francisco, el 24 de agosto, ante una conferencia de liturgistas italianos, en el salón de audiencias Paulo VI, con ocasión de 70º aniversario del “Centro para la Acción Litúrgica” de Italia? Hablando de la mal definida “reforma litúrgica” posterior al Vaticano II, Francisco dijo: “Después de este Magisterium, tras un largo camino, podemos afirmar [possiamo affermare] con seguridad y autoridadmagisterial, que la reforma litúrgica es irreversible”.

En primer lugar, “podemos afirmar” no es lo mismo que un simple “afirmamos”. En efecto, es imposible decir, del italiano original, si el Papa estaba empleando el tiempo subjuntivo, expresando una mera posibilidad o duda, porque la forma verbal “podemos” es la misma, tanto en el subjuntivo como en el indicativo del verbo italiano potere: por ejemplo, possiamo[podemos]”.

En segundo lugar, ¿qué significa, exactamente, “la reforma litúrgica”? ¿La edición típica de la Misa Nueva, en latín, empleando el Canon Romano y las rúbricas tradicionales? ¿O “la reforma litúrgica”, que abarca la plétora de traducciones vernáculas, las opciones y los abusos tolerados en estos cincuenta años, que incluyen la Comunión en la mano, que han motivado al Cardenal Ratzinger a llamarla acertadamente “el colapso de la liturgia”? estando ausente cualquiera indicación clara de a qué se refiere Francisco, su acotación resulta, en esencia, gratuita.

En tercer lugar, el comentario al pasar “podemos decir... que la reforma litúrgica es irreversible”- sin ninguna explicación de lo que “la reforma litúrgica” significa, en primer lugar- difícilmente se compara con la solemne declaración del Papa San Pío V, en Quo Primum(1570), la bula papal que ordenó la universal normalización de la liturgia de la Iglesia Occidental, mediante la adopción del Misal Romano (con la excepción de los usos locales de al menos 200 años, aunque incluso ellos estaban en la continuidad con la forma básica del uso romano, incluido el Canon Romano, de origen probablemente apostólico). San Pío V declaraba:

“Además, por autoridad Apostólica y a tenor de la presente, damos concesión e indulto, también a perpetuidad, de que en el futuro sigan por completo este misal y de que puedan, con validez, usarlo libre y lícitamente en todas las iglesias sin ningún escrúpulo de conciencia y sin incurrir en castigos, condenas, ni censuras de ninguna especie.

Nos hemos decidido y declaramos que los Superiores, Administradores, Canónigos, Capellanes y otros sacerdotes de cualquier nombre que sean designados o los religiosos de una Orden cualquiera, no pueden ser obligados a celebrar Misa de otra manera diferente a como Nos la hemos fijado y que jamás nadie, quienquiera que sea podrá contrariarles o forzarles a cambiar de misal o a anular la presente intrusión o a modificarla , sino que ella estará siempre en vigor y válida con toda su fuerza, no obstante las decisiones anteriores y las Constituciones Generales o Especiales emanadas de Concilios Provinciales y Generales, ni tampoco el uso de las iglesias antes mencionadas confirmadas por una regla muy antigua e inmemorial, pero que no se remonta a más de 200 años, ni las decisiones ni las costumbres contrarias cualesquiera que sean.

Que absolutamente nadie, por consiguiente, pueda anular esta página que expresa Nuestro permiso, Nuestra decisión, Nuestro mandamiento, Nuestro precepto, Nuestra concesión, Nuestro indulto, Nuestra declaración, Nuestro decreto y Nuestra prohibición ni ose temerariamente ir en contra de estar disposiciones. Si, sin embargo, alguien se permitiese una tal alteración, sepa que incurre en la indignación de Dios Todopoderoso y sus bienaventurados Apóstoles Pedro y Pablo”.

¿Sugiere Francisco que la clara invocación de San Pío V, de una irrevocable normalización de la liturgia romana, incorporada en la Misa Latina tradicional, basada en el Misal Romano, como existía en 1570 (substancialmente idéntica al ordo de la Misa del Misal de 1962) está, del algún modo, superada por su puro comentario pasajero, que “podemos decir” que la mal definida “reforma litúrgica” desde el Vaticano II es “irreversible”? Pero, ¿cómo un Papa puede revertir la decisión irrevocable de un predecesor, solo para declarar que su propia decisión es irrevocable? La sola idea se burla del verdadero Magisterium.

De hecho, Quo Primum nunca ha sido revocada, pues la Nueva Misa fue introducida junto a la Misa tradicional que, como aseveró Benedicto XVI en Summorum Pontificum, “nunca fue derogada” (abolida) por Paulo VI y “en principio, siempre fue permitida”, al contrario de la falsa impresión tan cuidadosamente cultivada por los burócratas promotores del seudo magisterio que ha afligido a la Iglesia desde el concilio- hasta que, finalmente, Benedicto expuso el fraude, el año 2007.

Lo que tenemos aquí, en consecuencia, no es sino un intento- tan típico de la época post conciliar- para sugerir que el “Magisterium” ha decidido algo que, en efecto, no hizo ni podía decidir.

Irónicamente, en el mismo discurso, el Papa Francisco opina que “la reforma litúrgica” representa “una liturgia viva, para una Iglesia viviente”, aludiendo al slogan del Centro para la Acción Litúrgica. Pero, como ha señalado un buen amigo mío, activo en el movimiento de la Misa Latina tradicional, la nueva liturgia, en general, se ha convertido en “una cosa moribunda que está vaciando las iglesias”. Sin duda, observó adicionalmente, que en las fotos, procedentes del Centro para la Acción Litúrgica, mostradas arriba, no hay jóvenes.

Pero hay crecientes legiones de jóvenes que asisten a la vieja Misa, que en realidad es el futuro de la Iglesia, sin importar lo que Francisco pueda pensar en contrario. Porque, como dijo San Agustín de la Iglesia, ella es “siempre antigua y siempre nueva”.

Gracias por difundir

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