martes, 31 de octubre de 2017

¿Qué significa decir la verdad en política?.

                                  Para la mayoría de las personas, no sólo en Chile, sino en gran parte del mundo, los políticos son unos mentirosos. La palabra político ha pasado a constituirse en el léxico popular como sinónimo de mentiroso. ¿Cuál es la raíz de dicha percepción?. Tratemos de analizar el problema por parte.
                                 ¿Qué hace que una persona sea catalogada de mentirosa?, por simple sentido común, un mentiroso es aquel que lo que dice, es opuesto a lo que hace. En términos muy simples, las palabras no se ajustan a la realidad de los hechos. Si todos coincidimos con este breve análisis del concepto de mentira y de mentiroso, en referencia a la persona que la dice, veremos entonces, que en el obrar propio de la actividad política, aparecen muchísimos personajes con estas características.
                                Para ser político , en una democracia, se debe acceder mediante el sistema de elecciones. Pues bien, para ser elegido se debe tratar de convencer a los futuros votantes que el candidato representa una visión particular del mundo. Esa visión implica diversas áreas, empezando con lo económico y terminando en lo moral y religioso. Para poder satisfacer los requerimientos de los presuntos votantes, el político intenta entusiasmar a las masas con promesas que estimulan la emoción más que la razón. Aquí se atrinchera el político para construir su base electoral, trabajando las emociones de multitudes prometiéndoles cosas que ellos quieren escuchar pero que él sabe que nunca va a poder cumplir.
                                 Esa propuesta de ofrecer multitud de cosas que se sabe que no se van a poder cumplir se llama demagogia y populismo. El político sabe bien diferenciar, dónde está la masa impensante de sus presuntos electores y dónde se ubica el votante crítico. Una vez más, siguiendo al tan vapuleado sentido común, sabemos por experiencia que la masa más manipulable de la ciudadanía es el electorado jóven por un lado, y por otro, la gente pobre menos instruída.
                                  Los jóvenes por su corta edad carecen de experiencia y visión de futuro, a raíz del ímpetu de su juventud. Como carecen de lo más sustancial, que debe tener, el arte de gobernar, vale decir, esa capacidad de reflexión para proyectar una sociedad en todos sus ámbitos en vista del bien común, ésta masa social a crítica es presa fácil del inescrupuloso  mentiroso que miente y miente, promete y promete, sin que nadie se detenga en analizar si esas promesas son factibles de cumplir.
                           ¿Qué le promete el político inmoral a las masas', lo primero, más libertad, sí, a los jóvenes y a la gente iletrada le gusta creer que es libre, a pesar, que en el fondo de su corazón sabe que es objeto de la manipulación de unos pocos. ¿Qué más le promete el político mentiroso?, otra palabra clave, felicidad, a qué persona no le gusta escuchar que puede alcanzar la felicidad en éste mundo. Existe un anhelo de nuestra especia por alcanzar la felicidad. El político sabe muy bien esto, y repite la palabra miles de veces para manejar nuevamente las emociones del ingenuo votante.
                           ¿Qué más promete?, otra cosa que de antaño anhela la humanidad, trabajar menos y ganar más. Promete, éste individuo inescrupuloso, menos trabajo y más ayuda del estado. La masa a crítica recibe éste cúmulo de promesas con gran ovación. Ya con eso, el político mentiroso se gana los votos y se asegura un electorado fiel. Frente a éste escenario de mentira creado por éste artífice de pirotecnia electoral, el político honesto y que dice la verdad aparece como fome y anacrónico a la época en que se vive.
                        ¿Es posible elegir a un político que diga la verdad?, de partida no es imposible, pero eso significa sólo una cosa, que no sea imposible no implica que sea altamente probable. ¿Dónde radican, entonces, las posibilidades de ser electo de un político honesto?. Sus posibilidades radican en una sola cosa desde el punto de vista electoral, a saber, que con la verdad, les hable directamente a esas masas mostrándoles que siguen el engaño. Si la gran masa de gente se logra dar cuenta que es presa del engaño del embaucador político, su indignación se hará patente en el momento mismo de la elección.
                        Finalmente, si algún político honesto quiere ser elegido, debe cotejar la verdad con la mentira, a fin de que la verdad termine imponiéndose contra la putrefacta mentira. No existe otro camino dentro del sistema democrático para acceder al poder, que decir la verdad y develar la mentira.
                       Los que conozcan a políticos sabrán lo que digo, entenderán, que los que llegan de esa manera inescrupulosa de hacer política , no son personas que deben ser dignos de la confianza de nadie.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Solo se publicarán comentarios constructivos y que no contengan groserías y sean mal intencionados.