jueves, 26 de octubre de 2017

Los irresponsables.

                                    Nadie puede quedar exento de tener algún tipo de responsabilidad política en la sociedad que le toca vivir. Hemos sido testigos presenciales de gobiernos totalitarios que se han instalado por diferentes partes del mundo. ¿Cuánta responsabilidad tendrán aquellas sociedades que permitieron el auge de esos gobiernos?, sin duda, mucha. La omisión o gran silencio de una gran mayoría que permite que el mal se expanda pensando que no los afecta, hace que este tipo de ideologías lleguen a alcanzar el poder.
                                 En una sociedad se debe vivir con responsabilidad, se debe estar atento a los cambios que se proponen. Una sociedad es algo vivo y muy dinámico, todo ocurre tan rápido que el que pestañea pierde. Surgen muchas veces activistas políticos buscando deficiencias del sistema para tratar de posicionarse o instalarse en el poder. Esa búsqueda del poder no tiene un fin en sí mismo. Puesto que , lo que se busca siempre es un beneficio económico y un dominio sobre los demás.
                                  Aparecen los nuevos mesías de la humanidad, adalides de causas perdidas, que con un discurso que incita a la emoción más que a la razón acarrean a las grandes masas hacia aquello que ellos los quieren llevar. El inconsciente colectivo actúa cual  enjambre de abejas que siguen a su reina. La televisión sobretodo, más que los medios escritos, sirve como medio para este fin.
                                 ¿ Qué hacer, entonces, para no ser acarreado como rebaño?, la respuesta es muy fácil, piense por sí mismo, no se deje llevar por gurú político alguno, que más que guiar, desvía a las personas hacia el despeñadero. Busque siempre la prudencia, para poder sopesar qué postura o propuesta se asemeja a la realidad y cual no. Ponga paños fríos a su cabeza y visualice a futuro acerca de la implementación de cual o tal idea en la sociedad.
                                Rechace todo aquello que le parezca utópico, siga lo racional, y mire siempre al orden natural. Nada bueno surge cuando se atenta contra la naturaleza y su orden. Una sociedad que invierte el orden, es una sociedad pervertida, con líderes pervertidos y seguidores no menos corrompidos que sus líderes.
                              La verdad, como centro de la actividad política debe ser garantía de la paz y la estabilidad de las naciones. No hay nada más osado que no seguir la verdad. La ignorancia es madre de muchos males. En especial, cuando aquella ignorancia es vencible, cuando se ha dejado de conocer o buscar aquello que debió de ser conocido, pero que no se buscó por desidia o por desvío del orden debido.
                        Nada más equivocado en política, que seguir a intelectualoides. Vale decir, seguir a pseudo intelectuales que citan o repiten frases como el loro, sin siquiera comprender lo que dicen. Su saber es de almanaque, mero almacenamientos de datos, sin contenido profundo de lo que se almacena.
                        El hedonismo en política es madre de muchos males, buscar placer o deleite anímico por medio de una política partidista es también un modo de corrupción. Puesto que, no se sigue el bien debido hacia el cual todas las cosas deben tener, el bien común.
                         El servicio público, si se desea ser servidor público, se debe olvidar de servirse del público. Se debe abandonar todo fin egoísta. Por ello, el mercenario, debe ser alejado de la política. Y precisamente, lo que más abunda en política es el mercenario. Ente peligroso, porque se desvía cual veleta hacia cualquier rumbo mientras recibas bienes pecuniarios.
                           
                               

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Solo se publicarán comentarios constructivos y que no contengan groserías y sean mal intencionados.