martes, 17 de octubre de 2017

Libros.

                En una conversación coloquial con una persona conocida ésta afirmó: " los libros van a desaparecer", ante dicha afirmación me quedé expectante esperando la justificación de la afirmación.
                Guardé por un instante silencio y le pedí que me explicara su afirmación, a lo cual, gentilmente accedió. " En efecto, sostuvo, los libros de papel van a dar paso a los libros digitales", inmediatamente pensé sobre el peligro cultural que enfrenta el mundo si esa tendencia se masifica. Ante cualquier catástrofe mundial, llámese guerra nuclear o cataclismos, las posibilidades de supervivencia de archivos digitales son mucho más bajas que ante el papel impreso en los libros. La vida útil de un libro es mucho más larga en papel que en versión digital. Todo esto debido a los riesgos y falencias de la débil tecnología, ya que se requieren una serie de condicionantes para que la versión digital se mantenga.
                  Por favor, el libro impreso es una verdadera obra de arte del hombre que no es prudente abandonar. El poder tocar el libro, olerlo, contemplar sus ilustraciones y devolverse a gusto cuantas veces uno lo desee sobre páginas interesantes es un verdadero deleite para el alma. El libro nos permite cómodamente desplazarnos en medio de la naturaleza, nos permite poder contemplar y meditar aquellos conceptos y verdades que captamos por medio de la palabra escrita que no es posible dimensionar su verdadero aporte en vista de la perfección del hombre.
                 Una tablet o un computador portátil no tienen la versatilidad de un libro. Un libro no requiere fuentes de energía, no cansa intensamente la vista, tal como lo hace la pantalla de un computador. Digitalizar un libro puede ser una buena medida de resguardo de la información, pero nunca será, un adecuado reemplazo.
              Los buenos tratados tienen que ser degustados disfrutando no sólo su contenido, sino además, su estética y valor creativo del artista que los diseño. Es más probable que volvamos a la época de las cavernas al digitalizar el libro, que al elaborarlo por impresión escrita.
                Por último, como consejo de lector aficionado, cuiden los buenos libros, ya que es probable que cada vez sean más escasos debido a que a muchos grupos ocultos no les conviene que la gente conozca la verdad.

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