viernes, 13 de octubre de 2017

Vanidad.

                La vanidad es el engaño intelectual de considerar que todo lo que uno es, o hace, es superior a todo lo que nos rodea. El vanidoso se ama a sí mismo de un modo desordenado, alejado del amor y del bien común. La vanidad nos engaña a tal punto que en nuestro celo por sentirnos superiores a los demás, buscamos aplacar al otro que nos rodea.
                 El vanidoso busca ser reconocido por los otros como alguien superior, un ser perfecto dentro de muchos imperfectos. ¿Quién es vanidoso entonces?, lamentablemente, la mayoría de los hombres experimentamos en muchas partes de nuestra vidas la corrupción de la vanidad. Nos auto engañamos con nuestras propias distorsiones de la realidad.
                ¿Cómo sanar de dicha enfermedad del ama?, primero debemos clamar a Dios que nos de humildad, que nos enseñe a tener presente que todo lo hemos recibido de Él. La mejor manera de combatir la vanidad es el amor. El amor sana toda enfermedad del alma, dentro de las cuales está la vanidad.
              Nuestro Señor Jesucristo nos dice que, no hemos venido a éste mundo a ser servidos, sino a servir. Amando se es amado, perdonando se es perdonado, dando se recibe. La vanidad es todo lo contrario, aisla a la persona del amor y bloquea cualquier acción que vaya en orden al bien común.
              La humildad se recibe por gracia, por aquella disposición del alma de dejarse moldear por el amor de Dios.
           

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