Socialismo: fábrica de pobres
ORIAN BRITO PEÑA | EL UNIVERSAL
sábado 13 de julio de 2013 12:00 AM
La misión más exitosa que tiene el Gobierno venezolano es la de empobrecer a los ciudadanos, con el paso de los meses las quejas se hacen más visibles entre quienes ven reducido su poder adquisitivo, producto de graves problemas como: devaluación, inflación y desabastecimiento.
Pero lo que pudiera interpretarse como una campaña mediática por parte del cinismo oficial, queda al descubierto con cifras del propio Banco Central de Venezuela, las cuales revelan que los productos pesqueros, por ejemplo, acumulan una inflación de 57,2% en el último año, los rubros agrícolas registran un alza de 35,7% durante el primer semestre y de 74,9% en los últimos 12 meses. Otro aspecto es que la regulación de precios lo que ha provocado es la desaparición de productos básicos para el consumidor, simplemente por el capricho gubernamental de obligar a los productores a fabricar a pérdida, obviando las trabas para la importación de materia prima, costos de elaboración entre otros, condiciones que exigen al comprador a adquirir ciertos rubros con sobreprecio.
Mientras transcurre el año la situación pareciera agudizarse, esta semana también el BCV, informó que la inflación en Venezuela se aceleró un 4,7% en junio, mientras que la variación anualizada del Índice Nacional de Precios al Consumidor fue del 39,6 por ciento hasta junio, muy por encima del 21,3 % del año previo. Por su parte, la inflación acumulada al sexto mes fue del 25%, por encima del 7,5 % del mismo período del año pasado.
Hace unas semanas, la firma Ecoanalítica estimó un retroceso del salario de 5,2% en términos reales para finales de este año, resultado que estará presionado por la devaluación ordenada en febrero y por supuesto, por la inflación. Decir que "Venezuela posee el salario más alto de Latinoamérica", se convierte en un chiste cruel, cuando en la práctica, tener acceso a la canasta básica es misión imposible. El propósito del Estado será desviar la atención de los ciudadanos, con casos como el supuesto ataque a Evo Morales, o cualquier otro, evadiendo su responsabilidad por el deterioro del poder adquisitivo de los venezolanos.
Uno de los objetivos que supuestamente se planteaba el expresidente Hugo Chávez, era el de reducir la inflación a un dígito, encomendando la tarea al equipo que aún lleva las riendas del desastre económico, en consecuencia, ya era para que estuvieran fuera de sus cargos frente al retroceso que hay, parece que mientras peor sea la gestión, más apoyo recibe. Son los ciudadanos quienes sufren la impotencia al ver limitadas sus aspiraciones frente a una situación financiera critica, que deriva en frustraciones mientras inventan fórmulas para rendir los ingresos y así mantener un nivel de vida lo más estable posible. Quienes carecen de escrúpulos o valores, esperan enchufarse para poder sacar provecho del saqueo que hay en las instituciones del Estado para alcanzar la comodidad. Giordani y Merentes deberán rendir cuentas al quedar raspados en materia económica, estimulando así la fábrica de pobres.
Pero lo que pudiera interpretarse como una campaña mediática por parte del cinismo oficial, queda al descubierto con cifras del propio Banco Central de Venezuela, las cuales revelan que los productos pesqueros, por ejemplo, acumulan una inflación de 57,2% en el último año, los rubros agrícolas registran un alza de 35,7% durante el primer semestre y de 74,9% en los últimos 12 meses. Otro aspecto es que la regulación de precios lo que ha provocado es la desaparición de productos básicos para el consumidor, simplemente por el capricho gubernamental de obligar a los productores a fabricar a pérdida, obviando las trabas para la importación de materia prima, costos de elaboración entre otros, condiciones que exigen al comprador a adquirir ciertos rubros con sobreprecio.
Mientras transcurre el año la situación pareciera agudizarse, esta semana también el BCV, informó que la inflación en Venezuela se aceleró un 4,7% en junio, mientras que la variación anualizada del Índice Nacional de Precios al Consumidor fue del 39,6 por ciento hasta junio, muy por encima del 21,3 % del año previo. Por su parte, la inflación acumulada al sexto mes fue del 25%, por encima del 7,5 % del mismo período del año pasado.
Hace unas semanas, la firma Ecoanalítica estimó un retroceso del salario de 5,2% en términos reales para finales de este año, resultado que estará presionado por la devaluación ordenada en febrero y por supuesto, por la inflación. Decir que "Venezuela posee el salario más alto de Latinoamérica", se convierte en un chiste cruel, cuando en la práctica, tener acceso a la canasta básica es misión imposible. El propósito del Estado será desviar la atención de los ciudadanos, con casos como el supuesto ataque a Evo Morales, o cualquier otro, evadiendo su responsabilidad por el deterioro del poder adquisitivo de los venezolanos.
Uno de los objetivos que supuestamente se planteaba el expresidente Hugo Chávez, era el de reducir la inflación a un dígito, encomendando la tarea al equipo que aún lleva las riendas del desastre económico, en consecuencia, ya era para que estuvieran fuera de sus cargos frente al retroceso que hay, parece que mientras peor sea la gestión, más apoyo recibe. Son los ciudadanos quienes sufren la impotencia al ver limitadas sus aspiraciones frente a una situación financiera critica, que deriva en frustraciones mientras inventan fórmulas para rendir los ingresos y así mantener un nivel de vida lo más estable posible. Quienes carecen de escrúpulos o valores, esperan enchufarse para poder sacar provecho del saqueo que hay en las instituciones del Estado para alcanzar la comodidad. Giordani y Merentes deberán rendir cuentas al quedar raspados en materia económica, estimulando así la fábrica de pobres.
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