sábado, 5 de octubre de 2013

Palabras de Bensonians.

sábado, 5 de octubre de 2013

Unas palabras sobre las últimas entrevistas

          Hace varios días que intento escribir un post en este blog. De hecho he borrado esta entrada ya unas cuatro veces porque no he quedado conforme con lo escrito. Creo que estoy pasando por una de esas crisis de creatividad intelectual que hacen que cualquier esfuerzo que hago por escribir no saque nada en limpio que valga la pena leer y que no sea confuso, y he terminado finalmente friendo mi cerebro.  Mi pobre cabeza se encuentra por un lado aletargada y por otro turbada. Aletargada pues a esta altura del año, el trabajo de la casa y el escolar me está pasando la cuenta. Turbada con los últimos acontecimientos del Obispo de Roma y sus apariciones-declaraciones. No había querido hablar sobre este último personaje ya que sobre el mismo lo han hecho varios blogs de los que sigo y me parecen muy cuerdas sus opiniones.
          Sin embargo, ya que tengo este blog, creo que debo aprovechar la oportunidad para dar mi opinión al respecto en tres tópicos, y de esta forma conseguir un poco de alivio al desahogarme.
 
1- Cuando se está ocupando un cargo tan alto y de tanta responsabilidad, pues debe confirmar en la fe a los católicos, no se puede andar por ahí diciendo ambigüedades que se tomarán en cualquier sentido, según lo que cada cual quiera interpretar y le convenga para sus fines. Entramos a campos peligrosos especialmente para los que buscan la escusa para justificar sus actos, y nos encontramos con el clásico: "es que el papa lo dijo...". Y como existe una enorme confusión - por ignorancia - sobre la infabilidad, nos topamos con mucha gente que considera que todo lo que dice el papa es ley, es magisterio infalible. Y si el papa dice que no hay que juzgar a los homosexuales, por ejemplo, la masa  lo traduce como: "ahora la Iglesia acepta a los homosexuales...". Se confunde al pecado con el pecador.  Obviamente que nadie es Dios y puede juzgar y condenar a alguien que es homosexual, pero no se puede tolerar su conducta y menos fomentarla legalizando las uniones homosexuales y viéndola como algo normal .
 Otro ejemplo: "yo no creo en un Dios católico". ¿Qué entiende el vulgo? "Parece que el papa no cree en el Dios que cree la Iglesia católica"...hay una buena respuesta a esto en Infocaótica.
 Otro ejemplo: «El mal más grave que afecta al mundo en estos años es el paro juvenil y la soledad de los ancianos». ¿Son estas dos cosas en mal más grave que afecta al mundo? ¿En serio? Yo pensaba que era la crisis de fe, la nula conciencia del pecado, el inmanentismo, el sincretismo religioso, etc, etc. O el sufrimiento de los católicos en Medio Oriente, en Asia...
Otra perla: «Cada uno tiene su propia idea del Bien y del Mal y debe elegir seguir el Bien y combatir el Mal como él lo concibe». Como yo me encuentro pasando por una crisis intelectual y me está costando un mundo expresarme, lo dejaré en manos de Soloiev en su Relato del Anticristo que responda por mi:
 
"Cristo, que ha predicado y realizado en su vida el bien, ha sido el reformador de la humanidad, mientras que yo estoy llamado a ser el bienhechor de esta humanidad en parte enmendada, en parte incorregible. Yo daré a todos los hombres aquello que necesitan. Cristo fue un moralista que dividió a los hombres según el bien y el mal, pero yo los uniré con beneficios que son necesarios tanto para los buenos como para los malos. Yo seré el verdadero representante de aquel Dios que hace resplandecer el sol sobre los buenos y los malos, que hace caer la lluvia sobre los justos y los injustos. Cristo ha traído la espada, yo en cambio traeré la paz."
 
         No estoy diciendo que Franciscus sea el Anticristo por favor, sino que con sus palabras le hace un favor a éste. No se puede relativizar el bien y el mal, de otra manera terminamos en el caos y finalmente en la nada.  Hay que pensar muy bien las cosas antes de decirlas y considerar las consecuencias que éstas traerán. Las palabras tienen una realidad y siempre las significan. No es posible largar y largar frases que suenan bonitas y que traen el aplauso del mundo. En resumen, le haría un gran favor a la Iglesia si el Obispo de Roma hablara menos. Dejaría de confundir a los fieles, la mayoría de los cuales carece de formación doctrinal y filosófica. Confunde y a la vez se atrae el halago del mundo, especialmente de la presa enemiga de la fe, lo cual me hace tiritar...dime quién te alaba, dice el refrán.
 
2- Me ha llamado profundamente la atención el desprecio que hace por el proselitismo. Nuevamente caemos en una ambigüedad. Recuerdo a mi profesor de lógica en la universidad cuando nos hablaba de los distintos supuestos. Una cosa tiene varios supuestos y para que nos entendamos y nos pongamos de acuerdo tenemos que hablar siempre bajo los mismos términos, entendiendo lo mismo, y me parece que en este sentido sobre el proselitismo hay una confusión de conceptos.
Según entiendo el verdadero proselitismo busca convertir al pecador para que no pierda su alma. Convertirlo a la verdadera y única fe. No nos podemos quedar callados guardándonos la fe para nosotros mientras vemos que los demás pierden su alma por la ignorancia. Esta labor le corresponde a la Iglesia en primer lugar. A mi como madre, en mi estado, me corresponde enseñarles a mis hijos la fe. Si no lo hago, omito y por esta omisión seré juzgada. Con la Iglesia sucede lo mismo,  y es por esto que ante las palabras de Franciscus lo primero que se me vino a la mente fue este texto de las Confesiones de R. H Benson:
 
"I had been taught to believe that Catholics had at least the grace of Proselytism; that they possessed, at any rate, that passion for converting others which is usually one of the signs of strong conviction. And here I found, not only indifference in many cases, but even a kind of veiled opposition towards every form of activity in this direction. "Converts have so much zeal," it is said; "they are indiscreet and impetuous. The steady old ways are preferable; let us keep our faith to ourselves, and let others keep theirs."

"Me habían enseñado a creer que los católicos tenían al menos el don del proselitismo a toda costa, la pasión de convertir, que suele ser uno de los signos de una firme convicción. Y he aquí que encontré no sólo indiferencia en muchos casos, sino incluso una especie de velada oposición hacia cualquier actividad en esa dirección. "Los conversos muestran demasiado celo" decían; "son indiscretos e impetuosos. Es preferible continuar por los clásicos caminos; dejémonos la fe para nosotros y que los otros mantengan la suya"
 
Entonces, tal como lo dije arriba, viene aquí la distinción clara de lo que queremos decir con proselitismo y lo que se mal entiende por el mismo. Hacen un mal proselitismo los neocon, especialmente los Opus, que más que buscar hijos para la Iglesia, buscan hijos para la Obra, o para el movimiento que sea. Me van a reclamar que al entrar en el movimiento entran también en la Iglesia, sí, pero el movimiento neocon no es LA Iglesia, y ahí radica la confusión. Si el Obispo de Roma se refiere a este último tipo de proselitismo quizás no se equivoca en sus palabras, pero no lo aclara, lo deja a la libre interpretación.
 
3- Por último, está su deseo de reformar la curia. Un par de cosas: no se puede descalificar al personal que trabaja y ha trabajado con los Pontífices de esa manera, pues además siguen trabajando con el actual. Se genera un ambiente de desconfianza que termina por afectar a toda la Iglesia, además de ser ofensivo e hiriente. Está claro que en todas partes hay gente que anda con camarillas, adulaciones, y cosas por el estilo, pero no se pude colocar en el mismo saco a todos.
Si va a sacar del Vaticano a las malas influencias, a aquellos, que por ejemplo, pagan suculentas sumas para acelerar y destrabar los procesos de beatificaciones y canonizaciones, bienvenido sea. Estaría muy buena una reforma en la Curia para correr a los corruptos, lobistas, amanerados, masones, etc. Pero si va  reformar la Curia para caer en algo peor, ¡qué Dios nos dé la fortaleza para contemplar cómo la Iglesia se abandona en las manos del mundo!
           Estaremos atentos y expectantes ante los nuevos cambios que lleguen. Confiados en que de una  buena vez se muestren las cartas y estemos con la película más clara respecto a lo que nos han anunciado las profecías apocalípticas. Es lo que tiene que ser, es lo que tiene que pasar. Está todo profetizado y mientras tanto seguiremos pidiendo con más fuerza en el Pater Noster: adveniat regnum tuum. Permanecemos firmes en la fe, sabiendo que ésta no depende de un papa de turno, ni de un cura.  Nos remitimos al Evangelio, a los Padres de la Iglesia, a los grandes maestros en nuestras lecturas. Contemplamos la historia de la Iglesia como siempre avanzando en línea recta, con ondas cíclicas, pero siempre recta hacia el Triunfo del Rey. Quedarán muchos en el camino confundidos, cansados y hasta sin fe...le rogamos a Dios que nos asista en el combate.
           Si he sido confusa al exponer, si he sido superficial en mis argumentos les pido su comprensión a causa de mi noche oscura intelectual.
Que tengan un domingo santo. 
 

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