viernes, 18 de octubre de 2013

Einstein y las abejas.

teoría de Einstein sobre las abejas
Otro nuevo apocalipsis: lo nuevo del director de 'El sexto sentido' utiliza una teoría de Einstein sobre las abejas
Otro nuevo apocalipsis: lo nuevo del director de 'El sexto sentido' utiliza una teoría de Einstein sobre las abejas
@María José S. Mayo - 15/03/2008

"Si las abejas comenzaran a desaparecer, a la humanidad le quedarían pocos años de vida". En esta frase singular se resumía una de las teorías de Albert Einstein y se ponía sobre el tapete otra de esas amenazas que llevarían al ser humano al apocalipsis. Con ella, a M. Night Shyamalan, director de El sexto sentido o Señales, se le encendió la bombilla y vio las posibilidades de pergeñar otra de esas historias con su punto paranormal y misterioso. El resultado esta contenido en El incidente, película en la que ha reclutado como protagonista a Mark Whalberg, un actor que no para desde su nominación al Oscar por Infiltrados.
Muy poco se sabe de la cinta más allá de lo que cuenta el trailer, pero lo cierto es que en los últimos años los rotativos norteamericanos han difundido con alarma el enorme descenso en la población de la abejas. El llamado 'síndrome del despoblamiento masivo' ha hecho mella especialmente al otro lado del charco, donde en algunos de sus estados ha llegado a afectar al 70% de esta población de insectos.
Las abejas de América están abandonando sus colmenas y vuelan hasta morir, y lo más preocupante es que no se sabe por qué lo hacen; o por lo menos no se ha terminado de demostrar, ya que existen algunas teorías más allá de la, seguramente estrambótica, que finalmente descubramos en la cinta de Shyamalan.
La primera es que los pesticidas de los cultivos son los culpables, por lo que en muchas regiones se ha llegado a eliminar la utilización de estos productos. Otra tiene que ver con los móviles: su radiación interfiere en el sistema de navegación de las abejas y provoca que no encuentren el camino de regreso a la colmena. Pero la que parece afianzarse como la más probable es la de que el culpable es un hongo parásito procedente de China, que en poblaciones de abejas del país asiático en equilibrio con su huésped no produce enfermedades, pero en contacto con los insectos occidentales es letal.
Si las abejas no existieran no habría polinización, por lo que las plantas, los animales y los hombres irían desapareciendo en cadena, de ahí que la situación se sume a otros males que como el del cambio climático se ciernen sobre la humanidad. El cine, que últimamente está más agorero que Cassandra, no ha dudado en sumar a las amenazas conocidas algunos cuantos terrores más con los que asustar a un espectador cada vez menos impresionable. Además de las consabidas amenazas nucleares, por la pantalla han pasado últimamente zombis ávidos de carne humana, como en la saga de 28 días después creada por Danny Boyle -el mismo que en Sunshine planteaba la progresiva muerte del sol y el desastre para el planeta tierra-, o en el reciente remake de El último hombre vivo, Soy leyenda. También remedos más que sorprendentes de Godzilla, como los que aparecen en The Host o Mostruoso.

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