domingo, 6 de octubre de 2013

¿Quiénes se salvan?.

Comentario del Fraile.

 
Encontré en un blog sedevacantista llamado vaticanocatólico una reflexión acerca de la salvación . Este blog presenta posiciones de extremada rigidez teológica llegando al punto de la herejía.  Los personajes que escriben el artículo son dos hermanos sanguíneos que al parecer fundaron su propio"monasterio" siendo ellos los únicos integrantes.
 Los hermanitos se dedican a condenar a medio mundo. Dando a entender tácitamente que ellos son los únicos salvados. Extra hermanitos Daymont nulla salus. Desconozco si todas las posiciones sedevacantistas siguen esta línea condenatoria mancillando drásticamente la Misericordia de Dios.
Evidentemente la salvación eterna es un gran regalo del cielo. A ese regalo hay que corresponderle de cierta manera para poder merecerlo. Cómo se corresponda y a quién Dios quiera dárselo será algo exclusivo de Dios, que no corresponde al hombre inmiscuirse. Cuando le pregunta a Nuestro Señor acerca de cuántos se salvan, Él responde que lo que es imposible para el hombre, todo lo es posible para Dios.
Ni todos se condenan, ni todos se salvan, cómo opera la salvación es materia propia de Dios. De allí que la Iglesia siempre se ha preocupado de no afirmar la condenación de nadie. En el caso de Judás, se podrá presumir su condenación por las palabras que se desprenden de Nuestro Señor cuando afirmó que más le valió no haber nacido. Sin embargo, la certeza de la salvación sólo la conoce Dios. Todo este misterio ha quedado vedado para el hombre. Nadie sabe cómo será su última hora, eso queda en el misterio.
  Jugar al papel de Dios es meterse en la cola de los caballos. Y estos dos herejes hacen eso, se meten no sólo en la cola, sino en todas las patas de los caballos. No obstante el grave error teológico que caen estos personajes terroristas teológicos, es deber nuestro, rezar por la salvación de sus almas.
  El fanatismo religioso jamás lleva a nada bueno. En especial cuando se pretende ejecutar el papel de gurú. Bueno eso es todo, pero por favor no les crean a este tipo de gente. 
 
 

 

 

 

Muy pocos se salvan y la mayor parte del mundo, incluyendo la mayoría de los católicos, se condenan


Los católicos también deben enten der que son pocos los que se salvan.  Nuestro Señor Jesucristo nos reveló que el camino al paraíso es angosto y estrecho y son pocos los que atinan con él, mientras que el camino al infierno es ancho y espacioso y elegido por la mayoría (Mt. 7,13).

Mateo 7, 13: “Entrad por la puerta estrecha, porque ancha es la puerta y espaciosa la senda que lleva a la perdición, y son muchos los que por ella entran. ¡Qué estrecha es la puerta y qué angosta la senda que lleva a la vida, y cuán pocos los que dan con ella!
 
Lucas 13, 24: “Esforzaos a entrar por la puerta estrecha; porque os aseguro que muchos serán los que busquen entrar y no podrán”.
 
Las Sagradas Escrituras también nos enseñan que casi todo el mundo se encuentra en la oscuridad, tanto es así que hasta Satanás es llamado el “príncipe” (Juan 12, 31) y el “dios” (2 Cor. 4, 3) de este mundo.

1 Juan 5, 19: “Sabemos que somos de Dios, mientras que el mundo todo está bajo el maligno”.

Es una triste realidad de la historia que la mayoría de la gente en el mundo son de mala voluntad y no quieren saber de la verdad.  Es por eso que casi todo el mundo está en tinieblas y en el camino a la perdición.  Así ha sido desde un principio.  Lo mismo fue cuando solo ocho almas (Noé y su familia) escaparon de la ira de Dios en el diluvio que cubrió toda la tierra, y cuando los israelitas rechazaron la ley de Dios y cayeron en la idolatría una y otra vez.

La verdad es que para aquellos que verdaderamente creen en Dios, que aceptan la plenitud de su verdad (la fe católica), sin transigirla y quieren hacer lo correcto, no les será difícil llegar al cielo.  Así como Jesucristo dijo, “Mi yugo es suave y mi carga ligera” (Mt. 11, 30).  La razón por qué pocos son los que se salvan no es tanto porque sea cosa difícil, sino más bien porque ellos se niegan a creer y obrar las cosas simples y fáciles que Él ha revelado y mandado.  Los que hacen lo que Dios quiere y creen en lo que Él dice, descubren que son mucho más felices de lo que eran antes.
 
Pero la triste verdad es que casi todas las personas son de mala voluntad.  Por eso los santos y doctores de la Iglesia siempre han enseñado que sólo un pequeño porcentaje de personas se salvarán.  De hecho, los santos y los doctores de la Iglesia, incluso durante las épocas de fe, enseñaban que la mayoría de los católicos adultos se condenaban.
 
San Leonardo de Porto Mauric io [1676-1751 d.C.], acerca de los pocos que se salvan:
“Después de haber consultado a todos los teólogos y de haber hecho un estudio diligente al respecto, él [Suárez] escribió: ‘El sentimiento más común es que, entre los cristianos [católicos], hay más almas condenadas que predestinadas’.  Si añadimos la autoridad de los Padres griegos y latinos a lo que dicen los teólogos, encontramos que casi todos ellos dicen lo mismo. Este es el sentimiento de San Teodoro, San Basilio, San Efrén, San Juan Crisóstomo. Es más, según Baronio, era la opinión común entre los Padres griegos que está verdad fue revelada expresamente a San Simeón Estilita y que después de esta revelación, para asegurar su salvación decidió vivir en lo alto de un pilar por cuarenta años, expuesto a la intemperie, un ejemplo de penitencia y santidad para todos. Ahora consultemos a los Padres latinos. Escucharán a San Gregorio decir claramente: ‘Muchos alcanzarán la fe, pero pocos  el reino celestial’.  San Anselmo declara: ‘Son pocos los que se salvan’.  San Agustín lo afirma aún más claramente: ‘Por lo tanto, pocos se salvan en comparación con aquellos que se condenan’.  Sin embargo, el más terrible es San Jerónimo, que dijo al final de su vida, en presencia de sus discípulos, estas terribles palabras: ‘De cien mil personas que han llevado mala vida, encontrarás apenas una que sea digna de indulgencia’”.
 
Cuando San Leonardo de Porto Mauricio utiliza el término “cristiano”, él se refiere a los católicos, no a los herejes. San Leonardo repite la doctrina consistente de los Padres y Doctores: la mayoría de los católicos adultos (ni siquiera incluyendo el mundo no católico) se condenan.  Si este era el sentimiento con respecto a la salvación de los católicos en las épocas de fe, ¿qué dirían el día de hoy?  Si a usted se le hace difícil o le es problemático aceptar las verdades presentadas en este sitio de web, ya sea porque ‘es demasiado difícil creer que esta enorme cantidad de personas podrían estar equivocadas o engañadas’, considere la enseñanza de Nuestro Señor y de los santos citados anteriormente. Considere cuánto más verdadera es esta enseñanza respecto a la salvación de los pocos para nuestro tiempo:
 
Lucía encontró a Jacinta sentada sola, quieta y muy pensativa, con la mirada perdida. ‘¿Qué estás pensando, Jacinta?’ – ‘De la guerra que está por venir. Tantas personas que morirán. Y casi todas irán al infierno’” (Our Lady of Fatima [Nuestra Señora de Fátima], edición inglesa, p. 94; p. 92 en algunas versiones).

Jacinta de Fátima, que tuvo visiones de acontecimientos futuros, dijo que de los que morirían en la Segunda Guerra Mundial casi todos irían al Infierno.

San Anselmo: “Si quieres estar seguro de estar en el número de los elegidos, esfuérzate de ser uno de los pocos, no de la mayoría. Y si quiere s estar seguro de tu salvación, esfuérzate de estar entre la minoría de los pocos… No siga s a la gran mayoría de la humanidad, sino sigue a los que entran por la senda estrecha, que renuncian al mundo, que se entregan a la oración, y que nunca relajan sus esfuerzos, ni de día ni de noche, para poder alcanzar la bienaventuranza eterna” (P. Martin Von Cochem, The Four Last Things [Las Cuatro Últimas Cosas], edición inglesa, p. 221).
 

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4 comentarios:

  1. ¡Con los hermanos Dimond se ha topado! El sedevacantismo es muy heterogéneo. Pero hasta donde llega mi conocimiento, son pocos los que siguen a estos personajes. Que además tienen una historia bastante sórdida
    Saludos.

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    1. Estimado Martin:
      Muchas gracias por su comentario. Le pido el gran favor de contarme más de la historia de estos personajes. ¿Cómo se financian?¿quién los financia?¿de dónde vienen?, etcétera.
      No le niego que me llama profundamente la atención que existan este tipo de personas que llevan a las almas a perderse.
      Le agradecería su colaboración.
      Un abrazo.

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  2. No tengo tiempo de buscar ahora los enlaces. Le resumo lo que he leído: se dicen benedictinos y usurpan las siglas de la Orden (OSB) pero sólo uno de ellos fue novicio por algún tiempo. Reclutaron para su secta a un muchacho al que le hicieron cederle una herencia de un millón de dólares. Luego el muchacho se salió y los demandó para recuperar el dinero. No sé el resultado del juicio. En su rigorismo llegan a extremos increíbles. Para ellos es pecado mortal la continencia periódica dentro del matrimonio para regular los nacimientos, haya o no causa proporcionada, siempre es pecado mortal, y Pio XI y XII se equivocaron al tratar el tema. Sus escritos pro-sedevacantismo son una selección bestial de textos fuera de contexto, a tal punto que se ríe de ellos un sedevacantista como el p. Cekada. En fin, es lo que recuerdo hasta el momento.
    Saludos.

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    1. Estimado Martin:
      Lo que me cuenta es tremendo. No podía entender como se podían financiar. Ahora ya lo entiendo. Si más adelante tiene alguna otra información le rogaría que me la hiciera llegar.
      Tuve un amigo muy cercano que se dejó seducir por ellos. Este amigo llegó a tal extremo que andaba mandado al infierno a cuanto cristiano se le pasaba por delante. Finalmente mi amigo se volvió sedevacantista y organizó su propio grupo como una especie de gurú religioso.
      Toda su pseudo fundamentación teológica la sacaba de estos dos hermanitos. El daño que ellos causan es enorme. Desenmascararlos es un verdadero acto de caridad cristiana.
      Un abrazo.

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