La pornografía esclaviza. Es urgente la prevención y erradicarla de Internet | ||||||||||||||||||||||||||||
Sus protagonistas, la Iglesia y profesionales laicos estudiosos del tema coinciden en que es urgente la prevención y erradicación -al menos de Internet- de una industria en todo nociva para el ser humano. | ||||||||||||||||||||||||||||
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Decenas de estudios de profesionales de las ciencias sociales, reproducidos por cientos de sitios web muestran cómo el mapa mundial de la pornografía –su producción y consumo- ha ido en ascenso desde la creación de Internet hasta hoy. Sus causas, millonarios beneficios económicos y consecuencias sobre la vida de personas y sociedades señalan –en opinión de los especialistas- la urgencia de abordar en forma multisectorial esta realidad.
Es precisamente lo que se concluye en el más reciente estudio sobre el tema (“Los adolescentes y jóvenes que consumen pornografía son más proclives a cometer violencia sexual”), publicado el pasado 7 de octubre por la Revista Jama Pediatrics.
Las profesionales Michele Ybarra, del Centro para Investigación Innovadora de Salud Pública en San Clemente (California), y Kimberly Mitchell, psicóloga de la Universidad de New Hampshire, en Durham, señalan en dicho informe que un 10% de los jóvenes menores de 21 años encuestados reconocieron haber violentado sexualmente a otro al menos una vez en su vida. Agregan que dicha conducta está directamente relacionada con el consumo habitual de pornografía. “La violencia sexual potenciada por la pornografía y su consumo deja más de un millón de víctimas cada año y costos de 127.000 millones de dólares. Por ello, es urgente controlar el consumo de pornografía mediante políticas públicas y mediante programas educativos de prevención”, señalan las investigadoras.
El alma esclavizada
“Ustedes son esclavos de la pornografía tanto como cualquier estrella del porno. Si ustedes están viendo pornografía o son adictos a ella, ustedes están tratando de llenar un vacío dentro de ustedes que sólo Dios puede llenar. Siempre que ustedes miran pornografía, están haciendo el vacío más grande, y destruirán sus vidas”. Estas fueron las categóricas palabras de la ex actriz porno Jennifer Case, publicadas en la revista The porn effect en 2011 y que afirman una causa espiritual en la raíz de la adicción.
Al respecto y acorde al sexto mandamiento (No cometerás adulterio) que previene de las ofensas a la castidad, el N° 2354 el Catecismo de la Iglesia Católica señala: “La pornografía… Atenta gravemente a la dignidad de quienes se dedican a ella (actores, comerciantes, público), pues cada uno viene a ser para otro objeto de un placer rudimentario y de una ganancia ilícita. Introduce a unos y a otros en la ilusión de un mundo ficticio. Es una falta grave. Las autoridades civiles deben impedir la producción y la distribución de material pornográfico”.
Coincidente con la anterior sentencia, el Departamento de Psiquiatría de la Pontificia Universidad Católica de Chile identifica al consumo de pornografía como un “comportamiento” en directa relación con la adicción al sexo... “Las personas con este trastorno –señalan los expertos referidos- tienen problemas laborales, familiares, económicos y sociales por su adicción ya que su comportamiento sexual les obliga a acudir frecuentemente a prostíbulos, comprar artículos pornográficos, llamadas frecuentes a líneas eróticas o a mantener relaciones sexuales con desconocidos incluso sin protección, haciendo que su vida gire en torno al sexo, sin sentir en la mayoría de las veces ningún tipo de placer sino sentimientos de culpa y sufrimiento”.
Asimismo el médico psiquiatra Enrique Rojas, denuncia en el N° 10 de Revista Humanitas, que las estadísticas reflejan un hoy donde existe “una verdadera idolatría del sexo. Se ha instalado en el corazón de nuestra sociedad el sexo a todas horas, a impulsos de la pornografía y sus derivados. Cosificación degradante del sexo. Con una nota sui generis: trivializa el sexo y a la vez, lo convierte en religión”.
El cerebro esclavizado
Para el investigador William M. Struthers, especialista en neurología y biopsicología por la Universidad de Illinois “conocer cómo opera la red de conexiones y reacciones a estímulos del cerebro” permite entender por qué la exposición a la pornografía “genera adicción y permanencia en el tiempo… con un daño no sólo sociológico y psicológico, sino también espiritual”.
En su libro “Wired for Intimacy: How Pornography Hijacks the Male Brain” el profesional identifica siete aspectos para mostrar lo que ocurre en el cerebro de quien ve pornografía:
El profesional Struthers concluye que la pornografía altera la esencia trascendente del ser humano… “Lleva a la sexualidad humana de su pretendido propósito de participar en la creación profundizando la sana intimidad entre dos seres humanos, a degradarla en un producto a ser consumido. Los seres humanos se convierten en objetos de consumo en lugar de individuos que requieren la dignidad, y, en este proceso, las personas involucradas en su producción y su consumo se ven perjudicados. Este es un daño no sólo sociológico y psicológico, sino también espiritual.
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Deus adiutor noster; ipse fecit nos, et non nos. Attende, ubi albescit veritas. San Agustín
viernes, 11 de octubre de 2013
La esclavitud de las pasiones. Enfermedad contemporánea del alma.
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