martes, 1 de octubre de 2013

La venganza sin piedad.

Santiago, 30 de Octubre de 2013.
EXCELENTISIMO SR.PRESIDENTE DE LA REPUBLICA
DON SEBASTIAN PIÑERA ECHENIQUE
PRESENTE
Sr. Presidente:
                        He concurrido a los funerales del distinguido Sr. General Don ODLANIER MENA SALINAS (Q.E.P.D.), un inocente fallecido trágicamente como producto de la mascarada que terminó con el traslado de prisioneros militares al Penal de Punta Peuco. 
Por su avanzada edad y sus múltiples enfermedades, no quiso ser un lastre para su familia a raíz de la medida que V.E. dispuso. 
Murió uno de los “asesinos” – a pesar de su inocencia -, que usted denominó en forma peyorativa y poco acertada, y para reforzar sus argumentos de su medida carcelaria, a pesar que, 24 horas después, en una actitud dantesca, inoportuna y falta de decoro, daba sus condolencias a su familia, entre ellos un Embajador de su Gobierno, desde el mismo Palacio de La Moneda. 
                  Falleció trágicamente uno de los más distinguidos Generales del Ejército que creyó en V.E., cuando el 13 de Noviembre de 2009, siendo candidato prometía el “oro y el moro” a los uniformados en retiro, no sospechando que era un engaño para lograr nuestros votos, más aún si venía avalado y acompañado por uno de los más leales hombres del Pdte. Pinochet, el ex Sub Secretario ALBERTO CARDEMIL. Y a pesar de sus promesas incumplidas,el octogenario general fue a la cárcel.
Esa desilusión, alimentada día a día por sus declaraciones y la acción proveniente del Ministerio del Interior, traducidas en múltiples y permanentes querellas sin trabas, que hacen interminables los enjuiciamientos, quizás lo mató. Quizás la traición de muchos de los políticos de la Alianza, otrora compañeros de ruta de los militares; orejeros y personajes infaltables en los salones presidenciales – y que yo vi y conocí, y los veo  -, también pusieron su cuota de saciedad a su vida. 
Quizás la campaña de odio y venganza montada a través de los medios de comunicación a raíz de la conmemoración de los 40 años del Pronunciamiento, agotaron la anciana paciencia de nuestro querido y recordado General Mena; sobretodo cuando se reforzaban con las permanentes intervenciones sesgadas de nuestra más alta Autoridad Gubernamental, algunos de sus ministros y personeros del Gobierno y de la Alianza.
Pareciera que  la prudencia y la talla de estadista para ponerse por sobre la contingencia nacional, no fueran sus más calificadas características; y que habla de la “extrema volatilidad de la agenda gubernamental que ondula según la magnitud mediática de alguna manifestación ciudadana y que baila al son de grupos de presión” (Senador Jovino Novoa) 
Quizás como Soldado, el Sr. Gral. Mena tomó tan drástica resolución al ver la ingratitud de un pueblo para el que no tuvo valor alguno el hecho de la defensa tenaz de nuestra frontera norte el año 1974, que tuvo a su cargo; protegiendo nuestra soberanía que costó tanto trabajo, sudor y sacrificio, y con una subversión a nuestras espaldas; del que ni siquiera V.E. tuvo idea en Harvard.
Para la prensa ignorante y analfabeta, y para algunos personajes de la izquierda, fue consignado como “él que sembró de minas la frontera con Perú”. 
Su Excelencia, los uniformados en retiro, a pesar de las cuñas que se quieran introducir y a sus recientes afirmaciones, estamos unidos, mezclados y fundidos con nuestras Fuerzas Armadas. Quien no lo crea así es un ignorante. Los militares, marinos, aviadores y carabineros perseguidos, procesados y encarcelados, nos sentimos miembros de las FF.AA. Nuestros hijos e hijas, nuestros nietos, nuestros familiares; todos juntos formamos un eslabón indestructible, que una persona que dura cuatro años en el cargo  o un Ministro de Defensa, jamás lograrán destruir. La sangre de nuestras venas llega hasta el último soldado que desfiló en la Parada. A pesar de que alguno de ellos sea hijo o nieto de un “Asesino”, según su acepción vertida en La Moneda. 
Nosotros no odiamos, lloramos en silencio a nuestros muertos, derramamos callados las lagrimas en nuestras tumbas. Jamás un cartel, jamás una palabra ofensiva, jamás una palabra hiriente.
Tenemos solamente un arma: nuestro voto. Y en lo particular, convenceré a mi familia, a mis amigos, a mi entorno; en una labor incansable para que jamás vuelvan a votar porque quienes prometen y no cumplen, hablan incansablemente y engañan. 
En fin, no votar por los que no tienen honor.
“Será un castigo frente a los camaleones políticos, que tiñen sus ideas con los colores del adversario para aparentar ser otra cosa o para fingir ser todas las opciones al mismo tiempo”. (“Con la fuerza de la libertad”. Jovino Novoa)
Todo lo anterior, era un sentimiento que quería compartir con V.E. después de acompañar al distinguido Gral. Mena, que no tenía escolta militar, no tuvo honores, ni una banda militar que interpretara “Yo tenía un Camarada”. 
Al defensor de Arica, el “Pago de Chile”. 
Anoche veía una película y un rabino decía:” Yo quiero a los que me quieren. A los que no me quieren, que Dios les hable al corazón; y si no escuchan, que les retuerza los tobillos para reconocerlos por su cojera”.
Hartos cojos que no quieren a los militares se han visto rengueando en La Moneda últimamente.
 
Lo saluda atentamente.
  
Fdo. HERNÁN NÚÑEZ MANRÍQUEZ
General
 

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